El dolor de ya no ser

• Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.net)
• 07/09/2014
• (40 comentarios )

A veces no se trata de entender sino de aceptar. Argentina cayó por un resultado doloroso ante Brasil que de un solo manotazo cobró venganza de las veces que tuvo que padecer a esta Generación Dorada.

Luis Scola terminó con solo 9 puntos. ¿Cuándo Luis terminó con menos de 10 puntos? Cuando estaba comenzando en el 2002 y sumaba pocos minutos. Toda una parábola que nos regala el básquet para entender que por mucho que queramos la eternidad lo único que perduran son los recuerdos.

Y se terminó el cuento habiendo jugado un primer tiempo muy inteligente, de alto nivel llevando a Brasil a jugar incómodo hasta el hartazgo. Pero la paciencia de Brasil y la espera al acecho de su oportunidad fue un arma que Magnano supo trabajar con el tiempo. Brasil esperó el juego hasta encontrarlo.

Scola jugó incomodo todo el partido, bien tomado, sabiendo exactamente que haría pero ¿Cuántas veces Scola jugó incómodo? Muchísimas, aunque el capitán siempre respondió. Como se ve no sólo es la táctica, sino también la ejecución. Erro los libres, los dobles, los tiros cortos y largos. Justo él que nos salvó de mil naufragios. Cosas de la vida. Nocioni y Leo Gutiérrez también estuvieron en una noche de magros porcentajes.

El partido:

Lamas sorprendió con el cambio de alineación titular incluyendo a Leo Gutiérrez por Walter Herrmann. La apuesta de dejarlo a Nocioni de alero y tener un mejor frente de defensa era la explicación.

En el comienzo Campazzo y Prigioni se repartían las asignaciones de Leandrinho y Huertas, siempre cambiando en la marca para no dar ventajas. Mientras Leo Gutiérrez tenía que cortar el juego de pases de Anderson Varejao para Tiago Spliter en el poste bajo. Esa condición de sacar el pase lo aisló a Spliter que no podía recibir juego.

Argentina comió todo el primer cuarto de la mano de sus tiros perimetrales. Primero 8-6 con dos conversiones de 6.75 mts y luego 13-10 con 5 puntos seguidos de Campazzo (un triple). Pero fue puntualmente Pablo Prigioni quien lideró a la Argentina en ataque con 3/3 en triples.

Rubén Magnano sabía mejor que nadie que el líder ofensivo y espiritual de este equipo es Luis Scola y armaron todos los dispositivos de defensa contra él por eso Prigioni leyó bien las ventajas y las aprovechó. Carente de poste bajo, ante el atrape a Scola Argentina se vio obligado a buscar todo desde afuera.

La excelente noticia no eran los triples sino la defensa y la forma en que Argentina frustró el juego ofensivo de Brasil para dejarlo sin fluidez en todo el primer cuarto (21-13). El tiro de tres puntos era propiedad de los de Lamas 5/9 mientras Brasil penaba con 0/4.

Para el segundo cuarto Rubén Magnano lo mandó a la cancha a Guilherme Giovannoni que entró para abrir la cancha con sus triples. La posibilidad de abandonar la ventaja de centímetros era para el técnico cordobés muy importante si la compensaba con el tiro exterior. Y la apuesta fue un pleno en la ruleta.

Guilherme metió rápido un triple y luego un triple con falta incluida. Ante la falta absoluta de juego de Brasil esa respuesta impidió que Argentina tomara una ventaja de 10 puntos que podría haber quebrado el partido.

La temprana segunda falta de Scola suponía la primera gran preocupación para Lamas, el ingreso de Delia dejaba al equipo sin un líder natural con gol en la cancha. No obstante Argentina aguantó de excelente manera sin Scola, Nocioni y Prigioni en cancha.

Marcos Delia hizo un muy buen ingreso al juego en la defensa de Nené Hilario y un doble importante en la zona pintada. De todos modos la clave fue el apuro que tuvo el equipo, guiado por Campazzo que hacía casi todo bien en lo individual pero no terminaba de cerrar la jugada. Era el momento de disfrutar de un confundido Brasil con paciencia y por abrir el partido Argentina se apresuró más de lo necesario.

Magnano bajó la altura de su media cancha y otra vez acertó con Leandrinho junto con Alex y dos bandejas seguidas en el corazón de la defensa argentina para sumar importantes cuatro puntos y que Brasil cierre abajo apenas por 3 el primer tiempo 36-33

Habiendo jugado mejor todo el primer tiempo la distancia de 3 puntos tenía gusto a poco pero era suficiente. Se reconocía al rival como un enorme oponente de cuidado. Y se estaba ganando en la “nuestra”

Todo cambio el segundo tiempo. Fue otro partido. Para que un juego de estas características cambie, tan scouteado, tan al límite de las posibilidades (sobre todo de Argentina) tienen que suceder dos cosas: la primera es que Brasil encuentre todo lo que no tenía y lo segundo es que Argentina también pierda lo suyo. Y sucedió.

Es cierto que escribir la crónica con el resultado puesto da ventajas y que el buen lector estará ávido de encontrar a los culpables. Que los cambios, que los libres errados, que la defensa, que el abuso de la individualidad. Fue todo en su conjunto.

Luis Scola abrió el tercer cuarto con cuatro libres seguidos errados y arrastrando un magro 1/7 de campo. Por eso con muy poco Brasil pasó al frente 36-38 con parcial 5-0. Argentina cayó en el medio de una maraña defensiva del rival. Con los tiradores muy cercanos a la defensa de Brasil que salió a tomarlos más arriba.

La defensa del equipo de Magnano salió a buscar el partido y quitarle a la Argentina lo que venía disfrutando. Entonces también aparecieron los desméritos propios errando bandejas cercanas al canasto, tiros de media distancia y algunos tiros de tres puntos que nos quedaron a pie firme. Todo.

El base titular de Brasil Marcelinho Huertas lució inicialmente errático y apagado, por eso saltó a la cancha su relevo Raulzinho Neto quien tuvo un segundo tiempo descomunal. Fue el base con su constancia para contestarle a los bases argentinos punto por punto más el alero Marquinhos con sus oportunos triples sobre la marca quien lastimaron la defensa Argentina.

Un triple de Walter Herrmann nos devolvió la alegría (51-47) pero fue apenas un espejismos. En la siguiente jugada, Brasil tomó tres rebotes ofensivos para sacarle mucho provecho a la segunda instancia y volver a tomar 10 puntos (57-47) con un triple de Marquinhos. El tercer cuarto fue un parcial de 24-13 para Brasil. Con 2/6 en triples y 6 rebotes ofensivos en el segmento.

En el último cuarto Brasil sintió la tranquilidad que nosotros esperábamos que nunca la sintieran. La idea original era poder llegar a un final cerrado para trasladar la presión, pero con distancia en mano empezaron a disfrutar el partido.

La salida de Facundo Campazzo frustrado por tantos intentos (4/12 de campo) fue cuando la distancia comenzaba a abrirse de manera decisiva (60-49). Y no hubo recambio desde el banco para la Argentina que diera un vuelco a la situación más allá de los dos triples de Safar para seguir en la pelea, Brasil fue una maquina que no frenó su carrera hacia la victoria.

La “verdeamarelha” terminó el último cuarto con 10/11 en dobles y 1/2 en triples. Incluso disfrutó de correr el contraataque ante un ataque argentino desesperado que lanzó 4/14 en triples y 4/9 en dobles en todo el segundo tiempo. El dato destaca todo lo que no pudo hacer Argentina: solo nueve dobles lanzados al canasto en 20 minutos. Méritos del ganador y desméritos de una confundida Argentina.

La distancia terminó siendo de veinte. Tan dolorosa como anecdótica. Es una derrota que nos saca del mundial y que pone fin al ciclo de Lamas, quien como ya había anticipado dejaría la selección terminado el mundial liberando a la nueva conducción de la CABB la posibilidad que decida su continuidad o el sucesor. En cuanto a los jugadores queda la expectativa de Monterrey 2015 y Río 2016. Algo que hoy parece tan lejano ante el dolor presente.

Link al boxscore oficial

Fotos: Majo Gil @MajoPick

Pablo Tosal
@pablotosal
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