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Un comienzo prometedor

La NBA llegó al primer mes de competencia, instancia que permite hacer un análisis de cómo fue hasta aquí el desempeño de los jugadores argentinos de acuerdo al equipo donde juegan y, desde ahí, la situación que enfrentan, tanto en lo grupal como en el plano individual.

Existe una característica que nuclea a los tres argentinos que están participando de la temporada 2015/2016 NBA. Cada uno integra un equipo que pelea - en diferente medida - por alcanzar el anillo de campeón. Si bien es cierto que sus chances son distintas, y dependen directamente de sus recurso, es innegable que tanto Emanuel Ginóbili, como Luis Scola y Pablo Prigioni son parte de proyectos que piensan en grande.

Del retiro a la búsqueda de un nuevo anillo

Durante el último receso, Emanuel Ginóbili transcurrió un período de duda y de decisiones importante sobre el futuro de su carrera. Finalmente, y en parte también gracias a la intención de Gregg Popovich de tenerlo en el plantel - al igual que Tim Duncan -, el bahiense le dio el sí a los Spurs para continuar un año más. Hoy están agradeciéndoselo todos.

El primer mes de competencia de Manu en esta 2015/2016 es muy bueno, quizás mejor de lo que se podá preveer. Se lo nota bien físicamente, lo que permite que sus condiciones basquetbolísticas (que por supuesto nunca se pierden) luzcan intactas.

En doce partidos disputados (se perdió cuatro entre lesiones y descanso) Ginóbili está promediando 11.4 puntos (46% de cancha), 3.6 rebotes y 3.3 asistencias en 21.3 minutos de acción, su marca de tiempo en cancha más baja desde su temporada rookie. Pero al margen de sus número, el bahiense siempre suele ser importante cada vez que está en cancha.

Según el departamento estadístico de la NBA, Manu promedia casi la misma cantidad de puntos cada 100 posesiones de los Spurs cuando él está en cancha que Leonard: 109.3 tanto ante los 104.9 del alero. Asimismo, Ginóbili comanda el balón el 25% de las poseciones de su equipo mientras que está en cancha, al tiempo que Leonard lo hace en un 26%.

En la recta final de su carrera, Emanuel Ginóbili continua siendo uno de los pilares principales en la estructura de Gregg Popovich. Si el físico continúa acompañándolo como hasta ahora, será protagonista en los momento más calientes de la temporada.

Conquistando Toronto

La adaptación de Luis Scola a un nuevo equipo, una nueva ciudad, e incluso a un nuevo país, ha sido todo un éxito. El capitán de la selección argentina salió de los Indiana Pacers, donde no lograba ser tan determinante en el andar de su equipo debido a las pocas oportunidades con las que contaba, y se convirtió en una pieza importante dentro de unos Raptors que buscan revancha de su temprana eliminación de los pasados playoff, y piensan en grande.

Desde el primer partido el técnico Dwane Casey sorprendió saliendo con el Luifa en el quinteto titular, algo que no se vislumbraba tras los partido de pretemporada, donde casi siempre fue suplente de Patrick Patterson. Sin dudas que fue una decisión sabia; Scola le está dando al equipo canadiense una versión suya que no se veía desde las mejores épocas de los Houston Rockets.

Si bien no es nada difícil para un jugador de sus características, Scola conoce a la perfección su rol en el equipo. Delante suyo tiene varias opciones de tiro, como Kyle Lowry, DeMar DeRozan, DeMarre Carroll y Jonas Valanciunas, sin embargo tiene rienda suelta para sumar sus puntos, y no está dejando escapar la oportunidad.

Scola jugó 16 partidos y está teniendo una media de 10.6 puntos, con un 49% en tiros de cancha - incluido un inesperado 50% e triples - y 6.3 rebotes 23.8 minutos. Asimismo está mostrando una faceta de su juego nunca antes vista: Incorporó el tiro de tres puntos. En este inicio de temporada encestó 12 tiros a larga distancia, cuando en sus primeros ocho años en la NBA había metido diez.

Por momentos Scola parece un jugar de rol, pero se enciende y se transforma en una figura ineludible de los Raptors, como en el partido del jueves ante Cleveland cuando anotó 15 de los 25 puntos de su equipo en el primer cuarto, o frente a Philadelphia al meter 17 durante el tercero y comenzar a inclinar el juego a favor de su equipo.

El Luifa se ganó un lugar en el equipo y en el cariño de la gente. Su carrera en la NBA vuelve a llenarse de adrenalina, peleando cosas importante desde el rol de ser pieza fundamental en el sistema de su entrenador.

La palabra importa más que el juego

Desde su llegada Pablo Prigioni sabía más que nadie cuál sería su rol dentro de los Clippers, un equipo que desde hace un par de temporadas se mantiene entre la elite de la NBA, pero que no logra dar ese paso que los lleve más allá de ser considerados un equipo fuerte de la costa Oeste.

Durante la pretemporada llovieron elogios para su persona por parte del entrenador, Doc Rivers, como así también de sus compañeros Jamal Crawford, Blake Griffin y Chris Paul, quizás los pilares del equipo. todos destacaban del cordobés su profesionalismo, experiencia y liderazgo. Admitían que era un pieza importante para que todos pudieran aprender de su sabiduría.

Pero el inicio de la temporada regular marcó otra realidad. Rivers no está contando tanto con el base argentino, que solo jugó en cinco de los deciseis partidos que llevan disputados lo Clippers, y solo uno de ellos tuvo relación a una cuestión extra basquetbolística, ya que se enfermó y no pudo estar disponible para enfrentar a los Utah Jazz.

Hasta aquí Prigioni promedia 1.2 puntos, 1 rebote y 1.2 asistencias en 11.6 minutos, un número no que no están alejado de lo que pensaba que podía estar en cancha. Sin embargo, la falta de oportunidades hace que su temporada no sea la esperada; sin ir más lejos, anoche en ante New Orleans fue el único jugador del plantel que no ingresó.

Sebastián Ciano
Twitter: @Seba_Ciano
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