Hay que hablar con los hinchas para tener en claro que lo que viene pasando en varios escenarios no es simplemente folklore de rivalidad deportiva. Las heridas que se abrieron en el campeonato mundial de fútbol donde los hinchas argentinos se comportaron muy mal, tardarán años en cerrar. Todo eso no fue gratuito y hoy empieza a pagarse.
Los brasileños se han puesto las banderas de todos los equipos contrarios a la Argentina. Han hinchado por Rusia, por Lituania, por todas las selecciones sin importar la disciplina. Incluso en deportes que deberían pasar desapercibidos a las grandes gestas populares como el Hándbol femenino, o el Hockey en las dos ramas. Alentaron a Reino unido, Holanda e incluso (sorprendente) a Alemania, selección que les clavó siete goles en su propia casa en el mundial de fútbol que estuvieron esperando como revancha desde 1950.
No importa nada. No hubo país que se enfrentara a la Argentina que no recibiera el favoritismo de los brasileños que incluso tuvieron la molestia de conseguirse hasta la bandera (Si, alientan al rival de Argentina bandera en mano). Y sus modos (o modales) para hacerlo fueron creciendo a medida que avanzan los Juegos.
En la cuenta oficial de Twitter de Rio 2016 en español se mandó un rápido comunicado anticipando futuros problemas bajo la denominación: “Tregua Olímpica”. Con un comunicado que rezaba:
La rivalidad solo existe en la cancha. En las tribunas solo son de Unión y amistad #TreguaOlimpica
[[F2]]
Pero se ve que los hinchas no hicieron caso. Salvo en el básquet donde los jugadores más veteranos hicieron un llamado a la reflexión pidiendo que se diviertan y alienten pero sin bardear a los locales. Y la verdad que funcionó bastante bien. Pero como ha mostrado Pick and Roll a través de las redes eso solo queda en buenas intenciones. En cada escenario pasa de todo y los testimonios son impactantes.
En el juego con Lituania el Carioca Arena 1 tuvo un número fantástico de hinchas de visitante para una selección de Básquet en la historia de este deporte. Argentina contó con más de 8000 hinchas en un país ajeno en el juego del jueves que terminó perdiendo. De acuerdo a los problemas existentes de venta de entradas que hubo para este partido desde Argentina y por Internet (que prácticamente no salió a la venta) se especula que el número de Argentinos en el estadio será por debajo de los mil. Contra 14 mil locales.
Esto hecho también hará que haya muchos argentinos en las adyacencias del estadio, el parque olímpico, bregando por una entrada o bien para verlos juntos en pantallas gigantes.
El contexto es de partido de riesgo. Viendo que no existe la seguridad de prevención dentro del estadio al menos podemos cumplir con hablarles a los argentinos e intensificar el llamado a la cordura, a divertirse, a alentar fuertemente a la selección nacional y gozar del juego. No más que eso. En definitiva, los problemas reales van a seguir estando y nada tiene que ver con un partido de basquetbol.
Pablo Tosal
@pablotosal
Una exageración total. Es solo una rivalidad de cánticos. Los brasileños aman venir a Argentina y disfrutar la nieve y las montañas, y se sienten a gusto acá, y recorriendo las playas brasileñas se ven miles de argentinos disfrutando el sol y la alegría y hospitlaidad de los brasileños. Sacando los dos boludos del tenis, todo el mundo entiende que no pasa de ahi,
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Ricky Morocho 13/08/2016
Nos sale el hincha y la rivalidad con los brasileros hasta en las notas donde se pide tranquilidad: "Alentaron a Reino unido, Holanda e incluso (sorprendente) a Alemania, selección que les clavó siete goles en su propia casa en el mundial de fútbol que estuvieron esperando como revancha desde 1950", dice Tosal. Pero "clavó 7 goles" es frase de hincha (coincido, y no me avergüenza haber disfrutado la paliza que le dio Alemania a Brasil en su propio mundial). La rivalidad no empezó en el 2014, y la soberbia brasilera luego de los éxitos deportivos terminó incrementándola (creo que ciertos programas de televisión dieron manija para que eso pase). No coincido con las rasgadas de vestiduras de que somos lo peor de latinoamérica. Los demás también gastan, se agrandan y cosas por el estilo (miren a los chilenos cómo están después de las Copas Américas). No jodamos: la diferencia entre lo del mundial 2014 y Rio 2016 con otros mundiales y JJ.OO. es que son los eventos más grandes del mundo y se juegan acá al lado, lo que permite viajar a muchos a ver los partidos.
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