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Se llevaron las miradas

Pasó un nuevo Sudamericano en menores, y Argentina conquistó los objetivos básicos e importantes. Clasificar al FIBA AMÉRICAS 2017 y de yapa obtener el torneo y venciendo al anfitrión Paraguay. ¿Eso alcanza? En cierta parte si, aunque sin dudas los objetivos comienza a pasar y a tener trascendencia por otro sector. Proyección. Esa palabra que nos tiene casi sin dormir tratando de generar la cantera necesaria para no penar en los años siguientes. Lógicamente que no existirá una nueva generación dorada, y de cada camada surgirán algunas joyitas para pulir e ir trabajando como se viene haciendo con el U17 y U16 como vidriera en estos momentos. De todas formas estos chicos mostraron otros condimentos que levantaron la perdiz ¿Cuales? ¿Que tuvieron de especial estos pibes? Vamos a repasar un poco.

Sin dudas en una camada tan chica, siempre hay que buscar el básico y tratar de que ciertas cosas estén aprendidas. Venimos sufriendo falencias con otras camadas, que en cierto punto se basan en la altura, ciertos fundamentos y defensa. Quedó ya demostrado como otras selecciones (Europeas principalmente) cuentan con un desarrollo sustentable y más sólido en sus bases. Sería ideal perseguir esos objetivos de ante mano y que los chicos tengan dicho crecimiento a un temprana edad. Algo de eso sucedió con los U15. Lógicamente con cientos de cosas a pulir y progresar, pero con ciertos matices que tal vez no veníamos viendo. Empezar a tener internos que superen los dos metros con facilidad ya no es la noticia, sino quienes comienzan a acompañar a ese referente en la pintura.

Argentina llegó al Sudamericano con un promedio de altura formidable. Insisto, ojala todo pasará simplemente por ser alto, aunque los pibes tuvieron más virtudes que los centímetros a cuestas. Un quinteto inicial sumamente prometedor con Bertona (1m76), Lugarini (1m99), Milovich (2m00), Pérez (1m98)) y Chapero (2m06). ¿Cuando habrá sido la última vez que se inició con perimetrales de casi dos metros en menores? Todo un descubrimiento. A eso, comenzar a agregarles ingredientes de calidad. Tanto Lugarini como Milovich ya tienen en su psiquis el hecho de jugar en esas posiciones, aún con su altura y su edad. Tranquilamente podría ser internos o jugar de espaldas al aro, pero todo lo contrario. Ambos jugando de frente, con mucho lanzamiento externo, penetrando pasando respetablemente bien la bola y adquiriendo esa faceta de perimetral. Lo propio con el misionero Tarnowik con su 1m98 y siendo el recambio del juego externo albiceleste. Increíble.

A todo esto sumarle otras situaciones importantes. Argentina, a diferencia de otros torneos, rotó muy bien su formación, fue encontrando una notable versatilidad y la banca el respondió. Otros actores, con otras formas de jugar, mas tiradores, pero todos con la confianza y el empeño de estar a la altura de los hechos. Ante Uruguay y la final misma frente a Paraguay, los chicos pasaron momentos difíciles, con varios pozos y los pudieron superar. No necesitaron depender de su quinteto, o de sus gigantes perimetrales, sino que el colectivo funcionó. Es cierto lo de Bertona en la final, que sin dudas merece un párrafo a parte. Los internos tuvieron su labor y vale la pena hablar de ellos y como se mostraron en un torneo de magnitud como el Sudamericano.

Argentina fue variando su formación, aunque finalmente la dupla Pérez - Chapero fue la más consolidada. El nuevo interno de Bahía Basket fue siempre bien alimentado por Bertona, tuvo decisión, sin problemas para volcar el balón, defender sin falta con los brazos bien arriba, y sin dudas ser un referente total para el equipo y un problema para los rivales. Chapero contó con un ladero importante como Pérez. El jugador de Bahiense del Norte fue clave en diferentes apartados. Entendió bien el juego, jugó de espaldas y de frente, cerca y lejos del aro. Se animó con el lanzamiento de afuera, reboteó bien y pasó la bola como un veterano. Cosa que no se ve seguido, encontrar un jugador y titular y con esa edad que ya tenga asignado ese papel.

Para ganar un torneo así, además del colectivo, necesitas de tu defensa y algún líder. Argentina tuvo ambos. Bertona desde la base fue el motor recuperando, lanzando, tomando las riendas como en la final y alimentando el juego interno. Si bien tiene mucho la bola en sus manos, y absorbe mucho juego, fue el distinto y protagonizó de los mejores momentos del equipo. La defensa lo propio. A esta edad, cuesta mucho defender con las piernas y sin falta. Argentina se animó a presionar bien arriba, seguir con las piernas al rival, y colocar perimetrales alto y atléticos ante los bases del contrario para convertirse en una amenaza latente.

Un buen paso y buenas vibras. Eso dejó Argentina con su logro en el Sudamericano U15. Prospectos a seguir, trabajos de alturas que se están poniendo en marcha, y ese tan querido cambio de posición que parece surgir efecto. Hay mucho que trabajar, seguimientos, progresos, fundamentos a mejorar, y todo lo que quieran agregarles. Lo que queda claro, que de a poco Argentina intenta insertarse dentro de ese plano de cambios en el básquet en juego, altura y formas. Ellos se llevaron las miradas por un ratito...

José Fiebig

@josefiebig

COMENTARIOS (3)

Entrerriano 02/11/2016

Vi gran parte de los partidos y las virtudes de los chicos fueron cristalizadas muy bien por el cuerpo tecnico, Diego Lifschitz un excelente tecnico muy comprometido con cada proyecto que encara. Cuando se trabaja con seriedad y responsabilidad los frutos llegan rapido. Ojala haya continuidad. Felicitaciones.

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BIG BASQUET 02/11/2016

PRIMERO ACLARO QUE NO TUVE LA OPORTUNIDAD DE VER LOS PARTIDOS , PERO ME GUSTARIA APORTAR LA IDEA DE , NO SOLO BUSCAR JUGADORES DE MAS DE 2MTROS QUE YA ESTEN JUGANDO BASQUET, SINO TAMBIEN HACER RECLUTAMIENTO POR ALTURA , A CHICOS QUE TENGAN TALLA Y NO PRACTIQUEN ESTE DEPORTE .

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Fuiste a ver ? 02/11/2016

Realmente fuiste a ver , casi nos gana PAraguay con 3 equipos y unos enanos

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