• 29-03-2024
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Alta en el cielo

El Staples Center se oscureció y casi por inercia, la única luz fue la de Kobe Bryant caminando al centro del estadio de Los Angeles Lakers, aquel equipó que lo albergó durante 20 temporadas en la mejor liga del mundo. En su espalda, jugadores de la talla de Shaquille O´neal, Allen Iverson o Derek Fisher presenciaron entre risas y emoción la proclamación del número 8-24. Del otro lado, sus hijas (ya bastante crecidas) y su esposa Vanesa lo aplaudían constantemente.

Posteriormente a él apareció Magic Johnson, quien entre abrazos y saludos expresó su admiración al ex jugador contando una anécdota en la que Jerry West le había dicho que el primer entrenamiento con los angelinos era el mejor entrenamiento que haya visto jamás. Además, el presidente de operaciones se rindió a sus pies y le dijo que "él es el mejor Laker que haya vestido alguna vez esos colores”.

Luego tomó el micrófono Jeanny Buss (la dueña del equipo) y entre lágrimas dio inicio al retiro de las camisetas en lo alto del estadio y expresó: "te pedimos por tu lucha y vos nos diste tu corazón". Con los ojos casi rojos y entrechinados para no llorar, Kobe presenció la cúspide de su carrera mientras colgaban sus dos números, hito único en el deporte y en el cual (otra vez) el de la secundaria Lower Merion hizo historia.

Al finalizar el acto, Kobe dio un discurso en el que habló del privilegio de jugar bajo la sombra de grandes como Johnson o Jerry West, a la vez que expresó su agradecimiento a los fanáticos diciendo que ellos fueron "quienes le incentivaron para trabajar más que nadie". Como no podía ser diferente, Bryant terminó la charla hablándole a sus hijas y dejando la enseñanza de que hay que "trabajar duro" para conseguir sus sueños, que lo "importante" es el camino y no el destino final.

Con una mezcla de sensaciones, el escolta puso la mano en su corazón y dijo su frase célebre para despedirse: Mamba out. Detrás de él se van sus títulos, finales alcanzadas, récords, pero sobre todo alegría y enseñanzas que pueden ser aplicadas en cualquier aspecto de la vida. La primacía del trabajo duro y la entrega en todo momento fue su ley máxima, el éxito y los trofeos su culminación y el legado que sigue trasvasando generaciones su cúspide. Mitad humano, mitad extraterrestre, un mutante ni siquiera considerado para su producción en masa. Raro para vivir, escaso para morir. Y como dijo Magic:"Nunca más habrá otro Kobe Bryant".

Nacho Miranda

@nachomiranda14

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