• 19-04-2024
  • Buenos Aires, 15°C

Al Maestro, con cariño

“¡¿Quién sos vos para poner a Gabriel Díaz de cuatro?!” León Najnudel está enardecido. Se sale de la vaina. No entra en razón cuando su interlocutor intenta explicar. “¡Vos no sos nadie para hacer eso!”, le grita.

Gabriel Díaz juega para Sport Club de Cañada de Gómez, que en la temporada 92/93 es la sensación de la Liga Nacional con un equipo de jóvenes que atraen la mirada y atención del mundo de la naranja por su forma y resultados. En ese equipo juegan Alejandro Montecchia y Daniel Farabello, entre otros. Los dirige un entrenador también muy joven y que ahora recibe la reprimenda del prócer del básquet argentino.

El muchachito no sabe dónde meterse. Es que arriesgó al cambiarle la posición a Díaz y la apuesta pagó: su equipo le ganó a Gimnasia y Esgrima de Comodoro, dirigido por Najnudel. Pero ahora está arrinconado por el entrenador rival, que no entra en razones. “Gabriel Díaz es mucho más importante que este partido, vos no tenés derecho a ponerlo de cuatro. Él y su desarrollo para el básquet argentino están por encima de este y cualquier resultado”.

Sergio Santos Hernández, el “Oveja”, que no tiene treinta años y dirige su primer equipo en la Liga Nacional, apenas si puede hablar, entre vergüenza y pedidos de perdón.

La vida le traerá a Hernández muchísimas alegrías, satisfacciones y títulos. Pero la noche aquella en que sonó el teléfono de su habitación no se la olvidará jamás.

Hernández contará también que el propio León Najnudel era quien le brindaba al entrenador rival de turno el video cassette con las imágenes de sus propios juegos. “¿Qué es esto, León”, preguntará. “Mis últimos dos partidos, así los estudiás y ves cómo jugamos”, responderá el creador de la Liga Nacional. “Te estaba dando una herramienta para que le ganes en busca de que todos nos potenciemos”, contemplará “Oveja”. “Él era mentor de entrenadores jóvenes y creía entonces que había que incorporar el scouting para elevar el nivel”, abundará Julio Lamas, que comenzó su carrera de entrenador profesional como asistente de Najnudel con apenas veintidós años.

Cuando ya había hecho historia con Boca y Estudiantes de Olavarría, e iniciaba el ciclo más glorioso de la historia de Peñarol, Sergio Hernández está desfilando a otra premiación.
Esta vez camina detrás de los doce jugadores que visten la chomba de la selección Argentina, que de la mano del “Chapu” Nocioni le ganó a Lituania la final por el tercer puesto y van a recibir la medalla de bronce en los juegos olímpicos de Beijing. “Medallas sólo para los atletas, señor”, lo interceptará un integrante de la organización de los juegos.

Hernández entenderá entonces que su rol es de “ayudador”, como lo definirá después. Y le parecerá bien “porque en los juegos olímpicos está la verdadera esencia de todo esto”.

Este bahiense, que con apenas cuarenta y dos años se hizo cargo de la Generación Dorada después del oro de Atenas, reconocerá que en una previa a un partido de los importantes Pepe Sánchez le hará notar a él y su cuerpo técnico que no están usándolos a ellos como fuente de consulta sobre el juego de los rivales. Reirá, asimilará y tomará nota. Un triple fallido de “Chapu” Nocioni le privará dirigir la final del mundo.

Mientras, seguirá curtiéndose y ganando en la Liga Nacional. Reconocerá en cuanto micrófono se le acerque que aprende mucho de Leo Gutiérrez, y que el propio Gutiérrez le cambia la mentalidad. También de Manu Ginóbili, con quien comparte tiempo y espacio en la selección.

Sergio Hernández será cada vez más amplio de pensamiento. Se empapará en otros océanos, ajenos al básquet. Buceará en personas con un pensamiento diferente o directamente opuesto.

Mientras, en la selección dejará de ser el entrenador principal pero aceptará gustoso ser asistente cuando Julio Lamas lo convoque para que lo acompañe en los juegos olímpicos de Londres.

Y cuando él suceda a Lamas, también lo llamará. Así, con hechos, uno y otro pondrán a la selección por encima de los nombres, de los cargos y de los egos.

Hernández acudirá a México 2015, donde Argentina no es favorita, con un cuerpo técnico de excelencia. Una selección dentro de la selección. El histórico Gonzalo García más Nicolás Casalánguida y Silvio Santander “blindan” al “Oveja”, que está armando un equipo que, con Scola y Nocioni, quiere clasificar a los juegos olímpicos de Río de Janeiro. En la semifinal contra el local México -apoyado por veinte mil personas- “el Alma” jugará su mejor partido y se ganará el boleto a Brasil. En la final, el “Ché” García y Venezuela meterán la cola.

Se retirarán Ginóbili y Nocioni, finalmente. También será el adiós de la selección para Prigioni. Pero al capitán le quedarán algunos cartuchos. “Me gusta el equipo, me hace acordar a los inicios de la Generación Dorada”, comentará Luis Scola a Hernández en el proceso de las novedosas “ventanas”, clasificatorias para el Mundial de China.

“Oveja” ahora encabeza el armado un equipo basado en Campazzo, que no para de crecer, y al que conoce desde pibe. Argentina clasificará sin contratiempos a la cita asiática. Antes de disputar el Mundial, se derá el gusto de ganar –por fin- su primer título con la selección al obtener el oro en los Juegos Deportivos Panamericanos de Lima.

“Silvio Santander y yo somos muy diferentes. Él es muy esquematizado, estructurado. Yo no. Más intuitivo. Para ser mejor y enriquecer el proceso, a esta altura me di cuenta que tengo que rodearme de personas que piensen diferente a mí”, explicará.
Después de una fase de grupos benévola, y con la clasificación para Tokio 2020 en el bolsillo, llegará el partido esperado: cuartos de final contra Serbia, con poderío suficiente para soñar con el título.

Pero Hernández ya tiene la piel curtida. De batallas. De experiencias. De aprendizajes. El bahiense, que vivió mil vidas en sólo cincuenta y cinco años, tiene un plan. Y el equipo lo ejecutará al pie de la letra.

El cuerpo técnico de la selección Argentina demostrará no sólo estar a la altura de los acontecimientos, sino imponerse en el duelo táctico al serbio. El partido se jugó como planeó y planteó Argentina que, definitivamente, tiene escuela y estilo.

El final será de cine. Con lágrimas, festejos y celebración. Con un Maestro que pasó por todos los lugares para dirigir este partido, tal vez el más importante de su carrera.

Aunque ya había jugado una semifinal de Mundial. Aunque ya había jugado por un Bronce olímpico. Aunque este triunfo no le haya valido un campeonato.

Luis Scola, que todo lo sabe y todo lo ve, lo abrazará mientras las lágrimas se abren paso ante la emoción. El jugador más importante de la historia de la selección le dará contención, afecto y reconocimiento.

Sergio Hernández, el “Oveja”, en la milenaria China “ayudará” al basquet argentino en una de sus gestas más importantes.

Martin Pellegrinet (especial para Pick and Roll)
@SoyelPelle

COMENTARIOS (3)

TODAVIA ESTAMOS ACA 11/09/2019

Un orgullo y una alegría que este pedazo de entrenador haya pasado por la "parrilla con cancha", como les gusta decir a los denostadores de siempre. Correctisimo, siempre con un minuto para charlar de libros, basquet o lo que sea. Merecido lo bueno que le viene. Y "en casa" está su pibe, MI AMIGO, que le hace honor al apellido y la profesión. Nada mal para una parrilla con cancha....

Responder
Esperando Justicia 12/09/2019

Los argentinos siempre demostramos a los que trabajan en silencio, con profesionalismo. Gigante lo hecho. A mis amigos del basquet se los.venia diciendo cómo cuidas los detalles, la estrategia, etc. El viernes se verá simplemente quiero decir que ya lograste tu cometido, el que todos queríamos: ARGENTINA ya tiene equipo. ARGENTINA se pudo sacar la mochila de la gloriosa GENERACION DORADA. Este equipo ya no vive a su sombra, este equipo ya está listo para escribir su propia historia. Ese, si señores fue elnmayor logro de este mundial. Hay futuro, hay equipo. El resultado es solo una circunstancia. Obvio que a todos nos gusta ganar pero haciendo TODO bien es más fácil. Por último un comentario. Hace años que no nos ilusionaba tanto un equipo. Vamos por más porque ahora......ahora sí nos conocen. Gracias totales

Responder
TaraguiceroM 12/09/2019

El trabajo silencioso; sin estridencias; SIN SOBERBIA; con humildad y esfuerzo garantizara SIEMPRE parte del exito. Celebro que hoy, miles de argentinos, muchos de ellos NO SEGUIDORES DEL BASKET, tomen ejemplo, resalten y rescaten el valor de todo lo que al principio de mi comentario adjetivé, los veo en los distintos programas de TV futbol,donde lo hecho hasta aqui por nuestros muchachos, pretenden transpolar a las vicisitudes , devenir y el SIN RUMBO de nuestro futbol, enmarcado en fanatismos, egoísmos, mediocridad dirigencial, cuando no mezquindades, veleidades y narcisismos. Feliz, aunque muchas veces critique a nuestra LNB, pero del cuerpo tecnico y dela Seleccion no tengo de que quejarma, mas que enorgullercerme. Despues de Serbia (aunque los partidos siempre hay que jugarlos) no pierdo el optimismo...NADA SERA IMPOSIBLE!! En uds confiamos y si no se puede, NO IMPORTA, el basquet y el tiempo NOS DARA REBANCHAS.... EXITOS

Responder
Raul el Valenciano 13/09/2019

reBancha....tienes que volver a la escuela primariapara aprender a escribir

DEJA UN COMENTARIO