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Lillard y un ejemplo de lealtad poco frecuente

Con el sexto pick del Draft de la NBA 2012 los Portland Trail Blazers seleccionaron al base Damian Lillard proveniente de la pequeña universidad Weber State.

Si bien los reportes indicaban que se trataba de un base explosivo con una gran capacidad anotadora, pocos se imaginaron en ese momento que este jugador de 1.88 centímetros estaba empezando el camino que lo llevaría a ser posiblemente el mejor de la historia de esta sufrida organización.

Recordemos que Portland es un equipo que tuvo la oportunidad de seleccionar a Michael Jordan en el draft de 1984, pero en su lugar tomaron a Sam Bowie con el segundo pick. Uno de los principales errores en la historia del deporte.

Por si esto fuera poco en el año 2007 la franquicia tenía el primer pick del sorteo y con esa selección tomaron al centro Greg Oden, quien en poco tiempo pasó a sufrir permanentes problemas de rodilla que cortaron abruptamente su prometedora carrera. El segundo pick de ese draft fue un tal Kevin Durant, quien por supuesto ha sido uno de los mejores jugadores de su generación.

Esto nos pone en perspectiva lo sufrida que ha sido la historia de los Blazers. Es por eso que la lealtad que ha mostrado Damian Lillard a lo largo de su carrera ha sido un rayo de luz y tranquilidad para la siempre ferviente afición del equipo.

Lillard nunca ha jugado menos de 70 partidos en una temporada, lo que habla de su durabilidad y compromiso de actuar incluso cuando no está al 100%. Solamente en la actual campaña iba encaminado a romper esa racha debido a una lesión en la pierna que le costó perderse varias semanas.

Otro aspecto notable del base de 29 años es que nunca se ha quejado públicamente cuando las cosas no salen bien en el equipo. Lillard ha ratificado una y otra vez que quiere seguir en Portland aunque eso signifique que sus oportunidades de ganar un campeonato no serán demasiado altas.

En estos tiempos en donde los jugadores tienen el control total y piden abiertamente ser cambiados cuando se aburren en una franquicia, es realmente gratificante ver a una estrella salirse de esa tendencia y mostrar entrega y sacrificio por un equipo.

Los Trail Blazers llegaron a las finales de la Conferencia Oeste la temporada pasada y muchos consideran que eso es lo más lejos que podrá llegar Lillard si se mantiene en la franquicia. De hecho es muy complicado que vuelvan a repetir una actuación de ese calibre, pero Lillard más que nadie sabe lo que él significa para la ciudad y los fanáticos.

Seguramente Damian Lillard quedará en la lista de grandes estrellas que nunca ganaron un campeonato como Allen Iverson, Tracy McGrady, Vince Carter y Steve Nash por nombrar solo algunos. Pero su dedicación y compromiso lo pondrán en su momento entre los más grandes de este deporte.

No es fácil sanar unas heridas tan profundas como las que tiene este equipo en su historia, pero al menos el oriundo de California le ha dado alegrías y momentos inolvidables a la afición en su impecable trayectoria en la NBA.

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