En el campeonato del mundo nadie regala nada, pero al ser considerada como cabeza de serie la selección nacional no tendrá que enfrentar a equipos poderosos. El rival más temible será Rusia, que a pesar de ser sub campeón mundial en 1994 y 1998, tuvo una mala participación en los últimos Juegos Olímpicos y entró por la ventana al presente mundial (consiguió la quinta y última plaza disponible por Europa), por lo que perdió el favoritismo, aunque no deja de ser un rival de cuidado. Luego en orden descendente aparece Nueva Zelanda que en partido ida y vuelta dejó afuera del mundial a la buena selección australiana y además tiene al N.B.A Seam Marks de los Miami Heat. No obstante los neocelandeses nunca han tenido buena figuración internacional. Y por último aparece Venezuela, otrora verdugo de la Argentina pero se ha convertido en un rival que la Argentina venció reiteradamente en los últimos tiempos, y si se quiere con relativa facilidad.
El entrenador nacional, Rubén Magnano, manifestó que “estoy conforme con el grupo que nos tocó. Es bastante accesible, pero hay que ser cauto e ir paso a paso”. Y agregó que “debemos ganar todos los partidos del grupo para ir con mayores posibilidades a la segunda fase. Hay que trabajar seriamente y llegar de la mejor manera al Mundial”.
En el marco del sorteo la gran sorpresa la dio Brasil, que fue designado cabeza de serie, lugar que se intuía poría haber beneficiado a España. La prensa española tildó al sorteo como el “más esperpéntico de la historia de los mundiales de baloncesto”. Los sudamericanos estarán en el grupo B, junto al subcampeón europeo, Turquía, Puerto Rico y el debutante, Líbano. Mientras que el Dream Team de los Estados Unidos tendrá un grupo bastante fácil ya que en el grupo C estará acompañado de Alemania, China y Angola. Por su parte, “el grupo de la muerte” será el que integran Yugoslavia, España, Canadá y Angola.
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