No hay grandes triunfos sin grandes oponentes. Por eso la victoria de Quilmes de anoche, sólo demuestra la fortaleza anímica de recomponer a tiempo (para el clásico y los play Offs) una línea de juego que lo caracterizó a lo largo de la fase regular.
Y no es por menospreciar a Independiente, que en esta pareja Liga actual no juega como el último de la tabla, pero tampoco es un equipo lleno de ambición. Eso si, no es un equipo que haga las cosas mal ni que tenga serios problemas de juego.
Entonces, el triunfo cervecero debe ajustarse a la realidad. Fue contundente, claro, y con ribetes de excelente juego, sobre un rival que sufrió por lo que no le dejaron hacer y una noche que lo que le regalaban tampoco lo tomaba.
Con estas claves, no ubicadas en orden de importancia:
* La defensa de Pablo Gil, sobre Claudio Pereyra, el goleador Uruguayo. Pablo venía de un par de juegos de defensa débil. Y anoche tuvo la concetración y el timing suficiente para anular un arma importante del local.
* Oscar Arce no es Ebong ni lo va a ser, tampoco lo suplanta, pero en esta nueva estructura cumple un rol importante y lo ejecuta casi a la perfección. Cortinas, rebotes, puntos, marca, inhibición de tiro, ayudas a los perimetrales y, si se quiere, hasta voz de mando defensiva.
* En el juego de anoche, Quilmes tuvo que reestructurar el planteo previo, por uno más audaz ante la tempranera carga de faltas de su pivote, Lamont Boozer. Y le fue bien, quizás por que está convencido que el equipo es lo ÚNICO que importa.
* En diez minutos, el equipo de Oscar Sánchez fue una aplanadora. el tercer cuarto fue un relojito y lo ganó por 31-14. Defendió como hacía tiempo no podía. Farabello con los robos, Matías Ibarra desde la conducción, Cavaco y Gil usufructuando el contraataque y Boozer lastimando interior fue demasido para los rojos que sin Hernández en cancha fueron un barco a la deriva.
* El pasaje final fue administrado por la diferencia del tercer cuarto. Aunque no fue una máquina, no se relajó y nunca permitió una levantada del local. El espíritu nunca decayó, por eso llegó a ganar por 27.
* Por último, párrafo aparte para Daniel Farabello, el mejor nacional de la Liga dijo presente. Cuando “Chiche” juega todo se hace más fácil. El técnico después de la derrota con Pico le dio tres dias de descanso. Su ciclo físico esta pasando factura y necesita un parate. Anoche fue un pulpo y su rapidez mental simplificó el trabajo de equipo.
Son las aristas que sobresalen de un triunfo que le devuelve la sonrisa a un grupo que se quiere meter en la historia del club: va en busca del cuarto puesto y en la antesala del clásico también dice que se quiere llevar, por primera vez, los cuatro partidos de la temporada. El tiempo develará el final de esta historia.
Pablo Tosal
Independiente 69: F Hernández (9), C. Pereyra (19), J. M. Carusso (4), L. Arrosa (7) y S. Porta (10) (Formación Inicial) R. Centeno (7), J. M. Davico (3) y F. Migliori (10). DT Maximiliano Rubio
Quilmes 96: M. Ibarra (9), D. Farabello (9), D. Cavaco (20), O. Arce (12) y L. Boozer (21) (Formación Inicial), F. Horvath (3), P. Gil (22), L. Cequeira (0). DT Oscar Sánchez.
Parciales: 25-20; 39-40; 53-71.
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