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Calor sin sol

No es la primera vez que ocurre algo similar en el deporte profesional, pero el andar de los Miami Heat llama la atención. Uno de los equipos que se preparaban para ser animador de la conferencia Este está totalmente hundido y sin respuestas inmediatas. Es muy difícil de explicar cómo se llega a esto en un equipo que posee cuatro de los cinco titulares que hace un año y medio salieron campeones.

Con la derrota del sábado ante los también tambaleante New York Knicks, el equipo que dirige el eterno Pat Riley cosechó su decimotercera victoria consecutiva, por lo que ahora los del estado de Florida están a cuatro juegos de igualar la peor marca de su historia.

La última vez que Miami ganó un partido fue el 22 de Diciembre de 2007 ante los Utah Jazz, por 104 a 102. Desde entonces se han encadenado 13 derrotas de las cuales 5 fuero por más de 10 puntos de diferencia. Los Heat muestran un juego casi anárquico, pero además hubieron otros problemas en este primer tramo de la temporada.

Miami comenzó a 2007/2008 sin la presencia de su jugador más determinante, Dwyane Wade. El MVP de las finales de 2006, que tuvieron a varios de estos jugadores como campeones, se operó a finales de la pasada 06/07 y debió esperar hasta el octavo partido para debutar. En los 7 anteriores su equipo no la pasó nada bien, habiendo perdido 6 de ellos. De allí en más, el escolta de los Heat tomó el mando del equipo, hasta el punto de ser él el único responsable en cada ataque, lo que genera un equipo previsible y sin variantes.

Otro de los problemas han sido algunas contrataciones. Para esta 07/08, Riley volvió a juntar a Shaquille O’Neal con Anfernee Hardaway, aquel dúo dinámico que tantas alegrías le dio a Orlando a principios de la década del 90. Como era de imaginarse, este “Penny” de 36 años y 13 en la NBA no tuvo el rendimiento de 10 temporadas atrás, solo jugó 16 partidos (8 como titular, 3.8 ppp) y fue echado por Riley para hacerle lugar en el plantel al base Luke Jackson, quien tampoco fue de mucha ayuda (3.7 pts en 11 juegos).

Tampoco le salió bien al multicampeón Riley la contratación del escolta Smush Parker, quien venía de explotar en los Lakers al lado de Kobe Bryant pero solo jugó 9 partidos con la camiseta de los Heat, ya que fue separado del plantel luego de haber tenido un altercado a mediados de Diciembre en un estacionamiento cerca del American Airlines Arena, el estadio donde juegan como locales.

En lo que al juego respecta, Miami depende pura y exclusivamente de Wade. Con la vuelta de O’Neal luego de 8 partidos ausente por lesión, Riley no encuentra la forma de que sus dirigidos lo integren al sistema de juego. Si bien el Shaq no es el de los Lakers, continúa siendo el jugador más difícil de detener en la pintura, por potencia física y capacidad de movimientos. Sin embargo, O’Neal no ha sido determinante esta temporada, ni siquiera antes de que su cadera le jugara una mala pasada. El pivot ha sido víctima de las lesiones, que lo han limitado a solo 40 partidos en la 2006/2007 y 56 en la 2005/2006, la temporada del campeonato.

El recambio tampoco favoreció al equipo. Se fueron Antoine Walter, James Posey, Michael Doleac, Gary Payton, Eddie Jones ni tampoco Alonzo Mourning, quien se lesionó y piensa en el retiro. A la nueva camada le hace falta rodaje, pero es difícil si los más experimentados no encuentran la manera. Así, parece que la temporada se está terminado para Wade, Shaq y compañía.

Foto: Gentileza Diario Miami Herald

Sebastián Ciano
www.pickandroll.com.ar

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