Cuando la dirigencia de Atenas de Córdoba le ofreció a Fernando Duró la chance de hacerse cargo del equipo, extrañó que el entrenador de Gimnasia tardara tanto en contestar una opción que parecía muy tentadora.
Sin embargo, con el correr de los días, la tardanza de Duró comenzó a tener sentido, a medida que avanzaba la posibilidad de Julio Lamas de fichar por el Lucentum Alicante de la Liga LEB de España.
¿Por qué? Porque en el ambiente era sabido que Boca, si no conseguía a Lamas como entrenador, iría por Duró, y la realidad del ex Gimnasia es que, por muchas razones, prefiere quedarse en Buenos Aires. Primero, porque es su ciudad. Segundo, porque su padre está muy enfermo y le gustaría quedarse cerca. Tercero, porque la opción de un año en Atenas es mucho más arriesgada que en Boca, donde hay menos por perder y bastante más por ganar.
Por eso no extrañó que Duró alargara su respuesta a la dirigencia de Atenas, a pesar de haberse reunido hace ya una semana. Como Lamas no se definía entre aceptar lo del Alicante o lo de Boca, Duró habría preferido esperar.
Este domingo, Lamas se decidió y se irá por dos años al Alicante, equipo recientemente descendido, con el objetivo de volver a la ACB. Si logra subir, Lamas tendría grandes chances de volver a meterse en la elite española, ya que es casi obvio que, si logra el ascenso, se quedaría en el equipo.
Ese fue siempre su objetivo (volver a España), por lo que dejó libre el cargo en Boca. Los xeneizes, además, ya veían difícil desprenderse de Campana, y sabían que la llegada de Lamas provocaría un terremoto. Ahora cargarán por Duró que, de no mediar grandes desencuentros, terminaría en La Boca.
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