Rojo furia

• Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.com.ar)
• 13/03/2008
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La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida ¡ay, Dios!... cantaba el borracho que encontró a Pedro Navaja tendido en el callejón. La inolvidable canción escrita por Rubén Blades inmortaliza una frase a la que apelamos cada tanto cuando la realidad nos sacude la modorra. Este Peñarol que liquidaba rivales en el primer tiempo, perdió su invicto en el Poli en la segunda fase y lo hizo contra un equipo que apenas había ganado un partido sobre once de visitante. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida ¡ay, Dios!...

Pero es una realidad también que hay cuatro equipos que están en el fondo de la tabla que están bravísimos: Estudiantes, Ben Hur, Belgrano y por su puesto… Independiente. Anoche ante Peñarol jugó como para quedarse, jugó bien, ganó, tuvo extranjeros determinantes, temple para cerrar el juego, buenos porcentajes y el fuego divino de los equipos que no se entregan en las malas.

A Peñarol (y esta es toda una conclusión) le vino muy bien la derrota. Si debía perder, que fuera ahora, cuando es menos doloroso (siempre lo es) pero es el mejor cimbronazo que puede recibir para despertar del todo. “Siempre es mejor corregir en la victoria que en la derrota” sentencia un viejo axioma. Pero ¿Peñarol corregía en las victorias?. Ahora esta alarma servirá para saber que no son invencibles.

Independiente tuvo un primer tiempo a todo gol, sobre todo el primer cuarto, cuando se sostuvo con altísimos porcentajes, pero sobre todo con mucha paciencia para elaborar sus ofensivas. Peñarol cometió el mismo error casi toda la noche: Se dejó ganar por la ansiedad. Como Independiente convertía con facilidad salía a tirar golpe por golpe. Se olvidó de jugar, de ser fiel a su patrón, a su idea, y de imponerlo en la cancha.

Y como generalmente Peñarol goza de excelentes porcentajes, no importa como llegan los goles, lo importante es que llegan. Pero esta vez el destino le tenía preparado una lección. El único que jugó en el primer tiempo fue Independiente, mientras Peñarol, guapeaba, contestaba, cabroneaba, pero no jugaba.

Es cierto que fue una mala noche de Román González, mitad porque lo buscaron mal, mitad porque lo defendieron bien, ah y también porque Román es humano y puede tener noches malas.

Pero con González atrapado saltó un problema en Peñarol que viene de vieja data en esta liga: no tiene juego interior sin él. Jason Osborne y Ale Diez juegan muy de frente al canasto, mientras el pivote de relevo (Scales) no ingresa. Esto mismo lo reconoció Sergio Hernández hace 10 días a Pick and Roll. “Se acostumbran a jugar de frente porque Román está tremendo, pero Osborne puede volver a postearse si lo necesitas”. Anoche no fue el caso.

Sin Román González, Peñarol se volvió un equipo que atacaba muy abierto, y no fue casualidad que desde el segundo cuarto en adelante lanzará 25 triples (7, 11 y 7) y 23 dobles (4, 7 y 12). Los porcentajes finales no fueron malos 10/28 (35%) en triples y 19/34 (55%) en dobles, pero fue evidente que Peñarol jugaba a lo que podía, o a lo que más fácil le salía para resolver un problema llamado Independiente.

El rojo en el primer tiempo fue un violín, con 16/25 en dobles, 5/8 en triples y 8/9 en libres. Tuvo 30 puntos de sus internos (18 Taylor y 12 Johnson) y López aportó 14. Dominó los rebotes (lo hizo todo el partido con 34-18) y no permitió segundas instancias. Peñarol no podía correr el contraataque y lanzó 1/7 en triples en el segundo cuarto.

El tercer cuarto fue de Peñarol por 4 (25-21) con una lluvia de triples. Definitivamente el local buscó el partido desde afuera. Forzó menos los lanzamientos que en el segundo cuarto, los tomó mejor parado, aprovechando las dobles marca, pero tampoco hizo uso de su juego interior.

Peñarol que había probado con una zona en el primer tiempo para aprovecharse de la situación de Nicolás Romano de alero, se había hecho mucho más duro con su defensa hombre a hombre. De todos modos no había forma de parar a Taylor y cuando lo lograban (entre tres se le colgaban de los brazos) aparecía Byron Johnson (que juega tan hundido en ataque como un pivote).

Los primeros cinco minutos del segmento final Peñarol fue una tromba. Metió un parcial 11-2 para igualar el juego en 78. Independiente había hecho 30 puntos en el primer cuarto, 25 en el segundo, 21 en el tercero y apenas 2 en los primeros cinco minutos del final. Su juego interior no tenía gol y los nacionales no daban respuestas.

Pero Román González (en el marco de su flojo partido) se fue por cinco faltas y se fue despejando el camino para Taylor. En el peor momento, cuando Peñarol descontó una ventaja que llegó a ser de 16, Independiente sacó de adentro un fuerte amor propio y muchas ganas de ganar el partido. Volvió Esteban López a la cancha, que había tenido problemas con la marca de Wadley, pero le daba gol al equipo. Labella tuvo un buen segmento final y los extranjeros visitantes siguieron determinantes, sacando ventajas.

Lucas Picarelli que había tenido un ingreso muy malo a juego en el primer tiempo jugó una segunda mitad de novela, siendo un responsable directo de la remontada milrayitas. Con Wadley sacado por si mismo, Hernández optó por ubicarlo a Tato Rodríguez de escolta. El reingreso de Locatelli (0/3 en triples en el último cuarto) no fue bueno y Peñarol se desdibujó por completo a la hora de cerrar el partido. Dos dobles seguidos de Byron Johnson le dieron la delantera a la visita (86-88) a falta de un 1:10. El partido se cerró cuando Locatelli erró un triple y en la protesta de una supuesta falta, el árbitro le sancionó un técnico. Independiente desde la línea (12/14) liquidó el pleito y se llevó buena parte de la permanencia a Neuquén.


Síntesis:

Peñarol (84): Sebastián Rodríguez 18, Juan Manuel Locatelli 9 (x), Quincy Wadley 18, Jason Osborne 4 y Román González 8 (x) (FI); Lucas Picarelli 16, Alejandro Diez 13, Marcos Mata 0. DT: Sergio Hernández.

Independiente (96): Leandro Lauro 5, Esteban López 19, Nicolás Romano 5, Byron Johnson 24, Terrel Taylor 24 (FI). Leonardo La Bella 10, Juan Pablo Sánchez 5, Martín Melo 2, Claudio Chiappero 0, Esteban De la Fuente 0 y Pablo Heit 0. DT: Mauricio Santángelo.

Parciales: 28-30; 42-55 y 67-76.
Árbitros: Osvaldo Bautista y Jorge Cháves.
Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”. ( 1.500 espectadores)

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)

Pablo Tosal
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