La media cancha del lobo, es temible, sólo por nombre. Y en cancha, cuando se enchufan provocan juegos como el de anoche en el polideportivo platense: con su sello audaz, rápido, efectivo y vistoso, se sacó de encima el segundo compromiso del play off.
La historia se dividió en dos. El primer tiempo fue muy parejo, donde en el hombre a hombre Peñarol defendió muy bien. Amaro al base Fernández, el pibe Ortega a Nicolás Gianella, Montenegro a López y Olivares a Fisher, sólo Bulfoni castigó a Fernando Rodríguez que se quedaba “pegado” en las cortinas para el tirador local. Con una buena defensa, la visita disfrutó más de su ofensiva. Cuando el “loco” pudo recibir en el poste bajo, fue incontrolable anotando o generando juego.
Entre Hernán y Alejandro Olivares metieron 22 puntos en la primera mitad sin errar tiros de cancha. Además fueron dueños de los rebotes en los dos tableros. Sucede que nunca la alegría es completa y sólo en el primer cuarto Peñarol perdió 10 pelotas y 15 en la primera mitad. Nicolás Gianella con cuatro recuperos seguidos en el primer segmento, partió la media cancha ofensiva visitante. Y en el contraataque el lobo sacó las diferencias del tanteador. Nunca del desarrollo.
El técnico Carlos Romano, probó con todo lo que tenía a mano para tratar de asegurar el traslado: Ortega, Canutti, Viera, J. P. Sánchez, todos fueron vulnerables y “subir” la pelota al ataque era una quimera. Gianella metía presión y todo se desdibujaba. Problema que no tendrá solución esta temporada.
Pero el partido se partió en dos en el segundo tiempo, luego de un buen arranque de Peñarol que se puso abajo por tres (47-44), Gimnasia ajustó la marca sobre Fernando Rodríguez y entre Moravansky y López se encargaron de Montenegro y Olivares. Gianella se hizo un festín en el uno contra uno y Peñarol, desesperado, tomó como recurso una defensa zonal. El local bombardeó la defensa con 3/4 en triples y en menos de cinco minutos metió un parcial 11-2 para es caparse por 12 (56-48). Fue entonces, que los nervios se hicieron presentes y el equipo de Mar del Plata perdió definitivamente la línea y entregó el partido ante un cada vez más sólido Gimnasia. Cuando el tercer parcial moría tuvo que dejar la cancha, extenuado y por cinco faltas Hernán Montenegro y con él las últimas ilusiones de su equipo.
Para el cuarto final nada fue serio, un equipo quería irse pensando en la revancha (Peñarol) y el otro (Gimnasia) disfrutaba de la pasividad defensiva del rival que había bajado los brazos. Llegó a sacar 26 puntos (86-60) pero entre Juan Pablo Sánchez, Diego Ferrero y Jesús Rostán la visita disfrazó el resultado por algo más digno.
Quedará para el miércoles la incógnita de saber cuantas ganas tiene Peñarol de que todo esto siga. Si es por el primer tiempo, no esta lejos, y demostró que lo puede superar con juego, si es por el segundo tiempo, mejor quedarse en casa mirando la tele.
Pablo Tosal
Gimnasia LP (92): G.R. Fernández (16), J. Bulfoni (21), N. Gianella (22), R. López (7) y D. Fisher (9), formación inicial; L. Lauro (5), G. Moravansky (6), H. Quevedo (2), F. Fillol y R. García (4). Entrenador, Gonzalo García.
Peñarol (79):P. Ortega (0), F. Rodríguez (15), R. Amaro (4), A. Olivares (15) y H. Montenegro (14), formación inicial; J. Rostán (8), P. Viera (2), M. Hedman (2), R. Canutti, D. Ferrero (8), J.P. Sánchez (11) y B. Romano. Entrenador, Carlos Romano.
Cuartos: Gimnasia LP, 25-20, 40-45 y 69-51.
Arbitros: Eduardo Alagastino y Jorge Fabi.
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