Lo esquilaron

• Pablo Tosal (ptosal@pickandroll.com.ar)
• 06/05/2008
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Los calificativos parecen quedarse cortos, rendidos ante el juego y la supremacía de Libertad de Sunchales. El equipo que conduce Julio Lamas ha mostrado una diferencia no habitual de instancias de semifinales entre dos equipos con pretensiones al título.

Lo que sigue es una crónica del partido, los análisis llegaran después pero es muy difícil explicar los por qué, solo se puede afirmar lo que se vio: Libertad lo pasó por arriba al campeón de América. Así como se lee.

Nunca a lo largo de todo la liga Peñarol fue vapuleado de local, perdió apenas 3 partidos en 24 juegos y fueron sólo tres derrotas en 34 partidos contando Liga de las Américas y Copa Argentina. En el Polideportivo Peñarol sanaba sus heridas, en el Polideportivo imponía su defensa. En el poli, Libertad lo maniató como en toda la serie, descubriendo diferencias muy grandes entre uno y otro.

El primer cuarto marcó la tendencia del partido: Peñarol debería soportar ráfagas violentas del rival que abrían brechas superiores a los 10 puntos. Siempre tuvo que correr de atrás, desde que comenzó el partido.

La visita tuvo mejor juego de equipo en ataque, rotó bien el balón, sacó diferencias con Pelussi (9 pts) pero anotó con los 6 jugadores que usó. De todos modos lo mejor que hizo fue su gestión defensiva. Cada rompimiento con descarga de los perimetrales de Peñarol, el pase terminaba en las manos de la defensa. Fue como si se adelantaran un movimiento.

Tenía muy bien cubiertos los ángulos de pase y obligó a Peñarol a improvisar posiciones para recibir el balón. Cuanto más incómodo estuvo el local, más disfrutaba la defensa sunchalense. Encima, además de las pérdidas (7) la pelota no le llegó nunca a Román González. La distancia se hizo de 12 al final del primer cuarto (16-28).

Sergio Hernández durante el primer cuarto, desde temprano, usó una profunda rotación del banco de suplentes. Lo hizo también en el segundo segmento, pero utilizó a Lucas Picarelli de base y Tato Rodríguez de escolta. No fue por esta ausencia de Wadley que pudo emparejar el partido, sino por volver al concepto original de poder pasarle la bola a Román González. El pivote se volvió dominante (10 pts) y aprovechó la ausencia de Pelussi. Lo cargó con 4 faltas a Benítez que entró con gol (dos triples) pero sufrió con la marca de Román.

Pero al mismo tiempo que creció Román en el partido, apareció Robert Battle (11 pts). Juan Pablo Sartorelli jugó muy bien pick and roll con el pivote y lograron dañar la defensa. Sino Moldú tomó la lanza y jugó penetración con descarga. Libertad no hacía nada raro, todo muy simple. Pero bien ejecutado. La distancia al final del primer tiempo se hizo de 9 (40-49).

Los hinchas de Peñarol soñaran con los terceros cuartos. Al igual que en los anteriores partidos, otra vez el tercer segmento del partido significó el quiebre definitivo. Una vez más se repitió el hecho que anticipó pick and roll en la previa: titulares contra titulares, la ventaja era de Libertad.

Esta vez Sergio Hernández decidió no mover el banco. Cuando los rotó mandó el terceto Picarelli, Mata y Diez jugados ya siete minutos del cuarto y cuando la distancia se había hecho de 20 (48-68) tras un parcial 8-19. Si no la metía Román González, nadie la metía en Peñarol. Mientras en Libertad aparecieron Profit y Moldú. ¿Por qué Hernández dispuso otra vez que los titulares bancaran el tercer cuarto cuando no le había dado resultados?. Confió en sus hombres pero la performance de Osborne y Wadley fueron muy pobres. Con el agravante que esta vez Tato y Locatelli no tuvieron su noche con el aro.

La distancia para el ingreso al último cuarto fue de 22 (54-76) con un Peñarol totalmente perdido en la cancha. En el inicio del último cuarto nada cambió. La distancia se hizo más grande en virtud que la noche con el aro era otro enemigo más (1/10 en triples en el segundo tiempo). La distancia se hizo de 23 (58-81) y a Peñarol no le cabía otra que buscar la heroica o al menos focalizarse en el juego nuevamente para dejar una imagen distinta. Si Peñarol seguía loco, perdía por 40.

Lamas paró el partido a falta de 6:25 con el resultado 61-81. Desde la distancia de 23 hasta el final Peñarol metió un parcial de 25-9, pero no le alcanzó. Se acordó tarde de doble marcar con presión toda la cancha, jugar con atrapes permanentes, entregar la piel en cada pelota. Lo hizo cuando se vio forzado a quemar las naves. Jugando al básquet, Libertad lo mató. Peñarol solo sobrevivió luchando.

El final fue épico. Peñarol se puso a 9 faltando dos minutos. El Oveja se lo quería comer a Locatelli que estaba “sacado” con las protestas a los árbitros. “Manu” tenía razón en protestar y a los árbitros se le fue un partido que traían “haciendo la plancha” en un ratito sobre el final. La protesta de Locatelli era mínimo para que le bajaran un técnico, pero estaban tan nerviosos con los cobros que decidieron dejar pasar todo. Por suerte, el que puso calma fue el propio Libertad, que selló el resultado con autoridad sin necesidad de convertir a los árbitros en excusa. Pablo Moldú y Sebastián Ginóbili sellaron el resultado desde la línea de libres.

Los últimos intentos de tres puntos para Peñarol se quedaron tan cortos como el básquet que desplegó. El equipo que fue número uno de la fase regular fue ampliamente superior en Sunchales y en Mar del Plata. Para que todos vean que el sueño de campeón tiene pretensiones sólidas.

Síntesis
Peñarol (83): Pablo Sebastián Rodríguez 9, Juan Manuel Locatelli 15, Quincy Wadley 7, Jason Osborne 7 y Román González 21 (FI); Lucas Picarelli 4, Marcos Mata 3, Alejandro Diez 11 y J.Scales 6. DT: Sergio Hernández.

Libertad (90): Sebastián Ginóbili 6, Pablo Moldú 19, Laron Profit 13, Andrés Pelussi 9 y Robert Battle 23 (FI); Juan Sartorelli 6, Jorge Benítez 6, Emilio Domínguez 2 y Marcos Saglietti 6. DT: Julio Lamas.

Parciales: 16-28, 40-49 y 54-76.
Árbitros: Daniel Rodrigo, Sergio Tarifeño y Mario Aluz.
Estadio: Polideportivo Panamericano (3600 personas – dato oficial)

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar

Pablo Tosal
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