A través de un comunicado formulado por David Stern, la NBA anunció que los Supersonics dejarán la ciudad de Seattle, en donde permanecieron por 41 años, para trasladarse a Oklahoma City.
Algo que para muchos es sorpresivo, se estuvo tratando durante varios años. La ciudad de Seattle, a través de su alcalde, Greg Nickels, decidió no invertir el dinero necesario para remodelar el estadio en donde los Supersonics hacen las veces de local, el Key Arena, ni tampoco para construir uno nuevo. Debido a esta negación, Clay Bennett - dueño de la franquicia desde 2006 – comenzó las gestiones para reubicar al equipo en Oklahoma. Bennett fue unos de los impulsores para que la propia Oklahoma sea la casa, por dos temporadas, de los New Orleans Hornets luego de que el Huracán Katrina devastara la ciudad por completo.
Como el empresario vio frustrada su intención de construir un nuevo estadio para los Sonics, en Noviembre de 2007 le informó a la NBA su intención de trasladar la franquicia. Como a ésta todavía le restan dos años más para jugar en el Key Arena (hasta 2010), el estado quiso demandarlo para que Bennett y su grupo empresario cumplan con lo pactado. Sin embargo, éste argumentó que perdería a razón de 30 millones por cada una de esas temporadas, por lo que buscaron un arreglo.
Finalmente, los Sonics le pagarán con 45 millones de dólares, más otros 30 durante 5 años si es que no llega otro equipo a Seattle. El comisionado Stern dejó en claro que Seattle tiene las puertas abiertas para volver a albergar a un equipo NBA en un futuro. Mientras tanto, los Sonics estarán en Oklahoma aunque no cambiarán sus colores ni su nombre.
Como en cada oportunidad en la que se habla y piensa exclusivamente en dinero, los que quedan en el medio son los hinchas, quienes nunca más verán a sus Sonics.
Sebastián Ciano
www.pickandroll.com.ar
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