Todo parecía perdido para el Tau en el minuto 28, cuando Unicaja ganaba por 39-53. El Tau, fiel a la mentalidad ganadora inyectada por Dusko Ivanovic, no se rindió sino que apretó los dientes en defensa, impidiendo al conjunto malagueño anotar durante 6 minutos mientras sucedía todo lo contrario en la canasta opuesta, martilleada continuamente por el trío formado por el eléctrico Bennett, el audaz Corchiani y el efectivo Scola.
Hasta entonces, el Tau había exhibido un alarmante problema en el juego exterior, siendo incapaz de anotar ni un solo tiro desde fuera de la zona en los primeros 20 minutos. Unicaja, mientras tanto, daba toda una exhibición defensiva y de coherencia ofensiva, lo que le había permitido dominar el partido con gran claridad, en parte gracias al acierto de Gurovic.
El primer cuarto comenzó con una extrema igualdad, pues primaron las excelentes defensas de ambos equipos, que provocaron numerosos errores en el tiro y, por tanto, un tanteo bajo: 13-13. Unicaja estuvo a punto de sacar partido de estos minutos de desconcierto, ya que se adelantó 7-11, con una sensación de solidez que iba más allá del estrecho margen que imperaba en el electrónico. Varias acciones del voluntarioso Vidal y de Tomasevic evitaron la fuga malagueña, pero sólo durante unos minutos.
Unicaja tomó ventaja mediado el segundo periodo, cuando tres canastas seguidas en el poste bajo le permitieron situarse 20-25 arriba. Lo hizo desde una defensa zonal 2-3 que sacó a la luz todas las carencias del juego exterior del Tau, incapaz de anotar un solo tiro desde fuera de la zona en toda la primera mitad. Así, no es de extrañar que la ventaja visitante creciese hasta el 26-35 con el que se cerraron los primeros 20 minutos.
El Tau reanudó el partido con nuevos bríos, metiéndose de nuevo en el encuentro al realizar un parcial 8-2 de salida que redujo la desventaja malagueña y animó a la afición vitoriana, algo fría hasta entonces por el poco acierto de su equipo. Pero Unicaja no tenía intención de dejarse arrebatar la renta que tan trabajosamente había conseguido y logró un parcial 0-6 que dejó las cosas como estaban antes del arrebato vitoriano (34-43).
Bennett consiguió entonces el primer triple vitoriano de la noche, que parecía ser el comienzo de la remontada alavesa, pero fue sólo un espejismo. Otros seis puntos seguidos de Unicaja dieron al equipo malagueño la renta más amplia hasta entonces (39-53). Para un equipo de la solidez del cuadro de Maljkovic, tener 14 puntos de ventaja son palabras mayores, pese a que Kornegay tuviese que irse momentáneamente al banquillo por un tirón que, afortunadamente, le permitió volver a la cancha minutos más tarde.
Pero si para el Unicaja 14 puntos son un mundo, para el Tau, cuya mentalidad ganadora va más allá de cualquier razonamiento lógico, la renta de Unicaja era sólo un obstáculo más, no mayor que su propio desacierto. Así, a base de garra, voluntad y defensa, el conjunto vitoriano volvió a meterse en el partido, del que salió Unicaja, al que una lesión de Kornegay. Lo hizo con un parcial 20-0 que le permitió dar la vuelta al partido (59-53) de un modo increíble. La astucia de Corchiani, la magia de Bennett y la calidad de Scola llevaron al Tau a afrontar los últimos minutos de partido en una situación impensable apenas 6 minutos antes.
Ese fue el tiempo que se pasó Unicaja sin anotar. El equipo malagueño no fue capaz de anotar un solo punto entre el minuto 28 y el 34, lo que le sepultó en el electrónico hasta que Milan Gurovic tomó la responsabilidad ofensiva y volvió a conceder esperanzas a su equipo (64-61).
Una vez logrado lo más difícil, el Tau no iba a ceder ni regalar más opciones a su rival. Ni siquiera una zona 2-3 de Unicaja pudo impedir que Bennett, Scola y Corchiani dejasen de anotar con fluidez, lo que disparó al Tau (73-63) antes de entrar en el carrusel de tiros libres que no hizo sino certificar el pase del conjunto vitoriano a la gran final.
Pablo Malo de Molina
ACB.COM
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