El encuentro de anoche fue un calco al del Miércoles. Independiente,
jugando mejor desde el arranque, con Arrosa haciéndose fuerte en la zona
interior. Ferro, recomponiéndose con Herrera (18 puntos), contrarrestando
con su tarea bajo las tablas (propias y ajenas). Luego los errores, las
desinteligencias, las impotencias, las pérdidas de balones y los malos
porcentajes de efectividad. El primer capítulo culminó con los anfitriones
arriba por 17 a 15.
En el segundo de los cuartos, los verdolagas insistieron con una zona que
les dio sus dividendos en los cuatros compromisos disputados. Les regaló el
perímetro a los de Maxi Rubio que abollaron el aro con un intento tras del
otro ( 0 de 11 hasta la mitad del tercer acto), y se hizo fuerte en los
bloqueos con el cubano y González, para sacar la contra con la conducción
de Ingles y Titarelli (13 puntos), apoyándose en Castro Naya (15 puntos),
que fue el factor desequilibrante, antes de que culminara el primer tiempo,
al marcar tres triples consecutivos que le dieron a los capitalinos una
diferencia tranquilizadora de 11 puntos (27 a 38).
En el tercer período las cosas no mejoraron para los dueños de casa, pero
fue en ese momento cuando el uruguayo Pereyra (35 puntos) volvió a cargarse
el equipo al hombro. El volumen de juego de los anfitriones era muy pobre,
pero el charrúa empujaba con sus ganas por sobre un Ferro que se mantenía
con una labor prolija. Moviendo la pelota, jugando sobre el límite de la
posesión y cargando de faltas a los del diablo. Una ráfaga de Castiñeira
estiró las diferencias y cerró el episodio con una victoria parcial de 60 a
45.
En el round final sólo había espacio para los milagros, y como si fuera una
ironía el demonio creyó en ellos. Ajustó las marcas, empezó a presionar a
los de Caballito en la salida (desde su propio terreno) y con una actitud
de medio foul. Con Esteban López (11 puntos) manejando los hilos, Migliori
(11 puntos) rompiendo el maleficio perimetral (conquistando un par de
oportunos triples) y Pereyra de superhéroe, recuperaron la distancia que
llegó a ser de 19 unidades, para pasar a ganar por un punto (71 a 70) a
falta de menos de un minuto.
Un par de indecisiones lo pusieron otra vez abajo por 2 a falta de 24
segundos y con la pelota en manos de los ferrocarrileros. Allí no hubo
determinación de cortar rápidamente el juego y los porteños consumieron
varios segundos antes de terminar en la línea. Ingles se encargó de poner
el partido a 3 para los de D´angelo y, a falta de 6 segundos, fue el pibe
García el que se encontró con la pelota para lanzar fallidamente sobre el
aro verde.
La multitud que nuevamente se había dado cita, sufrió un nuevo golpe a su
entusiasmo. Independiente se fue con las cabezas gachas, buscando
explicaciones a la forma en la que se le escapó la tremenda chance que tuvo
de finiquitar la serie en su casa y ante su gente. Es cierto que en la
Capital Federal ganó sus dos partidos, pero el costado anímico de la
contienda ha cambiado inexorablemente de lado.
El tren que tanto esperó, está partiendo... Si lo corre todavía puede
alcanzarlo...
Carlos “Cachacho” Pascual
http://www.picodigital.com.ar/
Independiente (73): J.M. Caruso (1), J.M. Davico (3), L. Arrosa (6), C. Pereyra (35), R. Centeno (4), formación inicial; S. Porta (9), F. Hernández (2), F. Migliori (12), E. López (1) y A. García. Entrenador, Maximiliano Rubio.
Ferro Carril Oeste (76): F. Titarelli (15), N. Ingles (8), S. Castiñeira (8), C. Castro Naya (15), R. Herrera (19), formación inicial; F. Senitzky (4), L. González (7), J. Guldrich y V. Sudol. Entrenador, Pablo D´Angelo.
Cuartos: Independiente, 17-15, 27-38 y 45-60.
Arbitros: Raúl Chaves y Aldo Ludueña.
Serie: 2-2.
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