• 26-11-2024
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Final para dos

Ganó el mejor, no quedan dudas. De movida eran siete contra seis, y el peso histórico de algunos jugadores del bicampeón inclinaban la balanza para Estudiantes. Con el correr de la serie el pibe Federico Marín se recibió de hombre y su equipo se hizo de 8 jugadores. Demasiado para un Quilmes desgastado. Y la consecuencia lógica en un play off largo fue otorgar un ganador justo.

En un juego a todo o nada es natural que el local salga al campo motivado por su condición y Estudiantes no fue la excepción, después de cambiar error por error al inicio merced de un buen ataque contra la zona 2-3 del cervecero, sacó una ventaja de 8 (14-6) que obligó a Oscar Sánchez a pedir minuto. La respuesta fue un parcial 8-0 para la visita que de la mano de Pablo Gil y Cavaco se puso en juego y empató en 14. De allí al final fue gol y gol. Quilmes no pudo contener, ni con la zona, la tarea de Diego Logrippo quien en los primeros 10 minutos convirtió 16 pts. Estudiantes cerró mejor en el los dos últimos ataques y sacó una impensada ventaja de 5 (29-24)

El segundo cuarto fue parejo, intenso y con muchos errores provocados por las defensas. El partido se deslució pero era peleado en cada sector. Quilmes cambió a una defensa triángulo con persecución individual sobre Ruiz Moreno y Paolo Quinteros y pudo contener a los internos del “bataraz” (sobre todo a Logrippo), pero se quedó sin Gol. La marca de Quinteros sobre Farabello fue muy efectiva pero más contundente fue la defensa del pick and roll con atrapes que inmovilizó los ataques quilmeños. Hernández encontró respuestas desde el banco con Mc Cray (5pts), Ginóbili (manejo de tiempos y defensa sobre Ibarra) y Marín (6 pts) en tanto el “huevo” se debatía para encontrar alguna solución en ataque.

El parcial se lo quedó por dos (18-16) el local, entre el trabajo de un resucitado Boozer (9 pts) las protestas de Gaby Díaz (sumó cuatro faltas) y los recuperos de Ruiz Moreno (3).

Las esperanzas quilmeñas se centraban en encontrar la defensa que le otorgue algo de tranquilidad porque la zona era una invitación al tiro de tres puntos (1/10 en el primer tiempo) y no podía depender de la suerte. En el tercer parcial Farabello y Ruiz Moreno cambiaron triple por triple (dos cada uno) y Osella le dio todas las respuestas que su equipo no encontraba con una tarea integral, en defensa y en ataque (15 pts 5 rebotes en defensa y 5 en ataque más 2 asistencias y dos tapas en el partido). La diferencia que gozaba el “bataraz” rondaba siempre los 10 puntos y Quilmes remaba desde abajo sin grandes soluciones.

La distancia al comienzo del último chico era de 8 (69-61) pero el cervecero tuvo un arranque demoledor y se puso a tres (71-68). Estudiantes estaba desconcertado y había olor de final cerrado. Pero nada de eso sucedió. Paolo Quinteros encontró un gol clave para llevar la diferencia a 5, luego Ibarra se apresuró, tomó un tiro muy forzado y del rebote Marín corrió el contraataque para dejarlo en 7, en la respuesta Pablo Gil quizo ir él sólo contra todos y Ginóbili robó la pelota, otro contraataque y doble de Osella. La diferencia otra vez a nueve (77-68) y minuto del “Huevo” para calmar las cosas.

Muy lejos estuvieron de calmarse, el local salió muy concentrado y aprovechó cada error de Quilmes, que vaya a saber porque raro guiño del destino quiso ganarlo por knock Out cuando debía ganarlo por puntos. Cavaco y Pablo Gil tiraban de tres sin rebote, Farabello e Ibarra corrían como si el partido se acabase en ese minuto. Y algo de eso hubo, el parcial fue de 16-0 y asunto liquidado mucho antes del fin. Con el 87-68 y cinco minutos por jugar sólo hubo lugar para el festejo anticipado del pueblo olavarriense y la imagen de increíble orgullo y amor propio de los jugadores de Quilmes que seguían obstinados con el milagro.

Ya no había tiempo. La historia se encargó de dárselo a quien lo necesitaba, en una serie larga Estudiantes sacó ventajas y Quilmes no supo definirlo en su casa con todo a favor.

La Liga ganó otro finalista, que tiene el hambre y el espíritu suficiente de buscar el tricampeonato. También ganó un espectáculo increíble para los flacos tiempos que corren; el sustento fue las 6000 personas presentes con las más de 500 de Mar del Plata. Y por último la leyenda ganó otro capítulo por un grupo de jugadores que en desventaja alimentaron una ilusión y murieron de pie.

Pablo Tosal

Estudiantes O (101) : L. Ruiz Moreno (12), P. Quinteros (13), G. Díaz (11), D. Logrippo (19), D. Osella (17), formación inicial; S. Ginóbili (6), F. Marín (14) y D. McCray (9). Entrenador, Sergio Hernández.

Quilmes (89): D. Farabello (16), P. Gil (14), D. Cavaco (19), L. Boozer (18), O. Arce (6), formación inicial; M. Ibarra (16). Entrenador, Oscar Sánchez.

Cuartos: Estudiantes, 29-24; 47-40 y 69-61.

Arbitros: Raúl Chaves, Alejandro Chiti y Pablo Estévez.

Serie: Estudiantes, 3-2.

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