El Kinder hizo una primera parte soberbia, de libro, defendiendo a gran nivel y atacando con paciencia y maestría, ‘matando’ desde el perímetro con 7 triples. El partido apuntaba hacia el equipo italiano, pero apareció Dejan Bodiroga, que permitió al equipo griego remontar en un extraordinario tercer cuarto y hacerse con el dominio del partido, si bien Ginóbili (27 puntos) y Jaric (11 y 6 asistencias) impidieron una fuga definitiva.
La tranquilidad que confiere tener a Obradovic en el banquillo y a Bodiroga en la pista, ambos brillantes en la toma de decisiones, llevó al Panathinaikos a jugar con mayor seriedad y acierto en los 5 últimos minutos. En ellos decantó finalmente el partido a su favor, para jolgorio de su afición y desgracia de la ciudad de Bolonia, que soñaba con el título de sus héroes.
Una vez más, el éxito se alía con Zeljko Obradovic y Dejan Bodiroga. Indudablemente, no es ninguna casualidad, sino que su propia maestría y grandeza les lleva a saborear, una y otra vez, las mieles de la gloria. Con este nuevo título, Obradovic ascendió al Olimpo de los entrenadores al convertirse en el técnico más laureado de la historia de la Euroliga, habiendo conseguido 5 cetros y dejando atrás a Ferrándiz y Maljkovic.
Por su parte, Dejan Bodiroga se hizo con un merecido MVP en el que es su segundo título en la Euroliga. El alero yugoslavo hizo una extraordinaria segunda mitad, devolviendo al Panathinaikos al partido y llevándole al triunfo con su temple, experiencia y calidad. El internacional serbio anotó 21 puntos y, aunque no fue el máximo anotador ni del partido ni de su equipo, fue indudablemente el jugador que marcó la diferencia.
El Kinder salió en tromba, con un Ginóbili espectacular –11 puntos en el primer cuarto- y adquirió pequeñas ventajas que neutralizó Panathinaikos desde una fantástica defensa. Así se llegó, con total igualdad (23-23) al final del primer cuarto. En el inicio del segundo, al Panathinaikos se le hizo la noche en ataque, y el equipo italiano no dejó pasar la oportunidad en ataque, anotando tres triples consecutivos que comenzaron a marcar diferencias (32-23).
La presencia de Rashard Griffith concedió una importante ventaja al Kinder. Los números del pívot americano, que superó ampliamente a Darryl Middleton, no fueron brillantes, pero su participación fue totalmente decisiva. Se dejó notar su presencia, causando terror en la zona, aprovechando las múltiples ayudas de los jugadores griegos para doblar a sus compañeros. Pero sobre todo, el mero hecho de su existencia obligó a Zeljko Obradovic a realizar un planteamiento muy arriesgado, concediendo muchos tiros triples al Kinder.
Y el Kinder no perdonó. El conjunto italiano encontró en los lanzamientos exteriores la salvación ante la extraordinaria defensa del Panathinaikos, que imposibilitaba tiros cómodos en la cercanía del aro y forzaba muchas faltas en ataque. Precisamente desde 6,25 rompió el partido el equipo transalpino, que convirtió tres consecutivos en el segundo cuarto que le dieron una importante ventaja.
Griffith encontró el perfecto complemento en Matjaz Smodis, cuya versatilidad conjuntada con el poderío en el poste bajo del pívot americano causó un gran desbarajuste en la defensa del Panathinaikos, hasta entonces casi insuperable. El ala-pívot esloveno hizo 13 puntos en un segundo cuarto magistral, en el que anotó tres triples que concedieron al Kinder una ventaja de 40-27, diferencia que se antojaba muy peligrosa. Pero Bodiroga y Kutluay salvaron al Panathinaikos de un desastre seguro, permitiendo a los verdes llegar vivos a la segunda mitad (48-40).
En el inicio del tercer periodo Matjaz Smodis anotó cuatro puntos que hacían presagiar una continuidad de lo sucedido en el descanso. Pero no fue así. El joven pívot Lazaros Papadopoulos
Entonces surgió la figura de Dejan Bodiroga. Hizo suyo el balón, adquirió todo el protagonismo ofensivo y consiguió nueve puntos de manera consecutiva que hicieron tambalearse los cimientos del Palamalaguti (57-60). Una vez por delante, el Panathinaikos mantuvo durante muchos minutos el dominio del partido.
Sólo el despertar de Emanuel Ginóbili –5 puntos consecutivos-, que desatascó el juego ofensivo del Kinder con el primer triple boloñés tras el descanso, permitió al vigente campeón volver a respirar: 71-69. Pero apenas pudo exhalar un suspiro, ya que los errores locales en los tiros libres y la aparición en ataque de Mulaomerovic permitió al Panathinaikos entrar 2 arriba en los 5 minutos finales.
Dos “españoles”, Johnny Rogers y Darryl Middleton, aparecieron para dar al Panathinaikos una ventaja de 8 puntos (72-80), que se antojaba definitiva. Pero el Panathinaikos no supo encontrar a Bodiroga y el Kinder, empujado por los ánimos de su gran afición, multiplicó su casta y llegó a situarse dos abajo (80-82) y con dos tiros libres a su favor. Becirovic tuvo en su mano el empate a falta de un minuto, pero erró en sus dos lanzamientos e Ibrahim Kutluay hizo gala de su condición de ‘killer’ al anotar el triple de la victoria a falta de 50 segundos.
89 - Panathinaikos (23+17+24+25): Mulaomerovic (6), Kutluay (22), Bodiroga (21), Alvertis (11), Middleton (10) -cinco inicial-, Kalaitzis (-), Rogers (7), Papadopulos (12) y Sánchez (-).
83 - Kinder Bolonia (23+25+13+22): Jaric (11), Ginobili (27), Rigaudeau (3), Smodis (22), Griffith (2) -cinco inicial-, Becirovic (4), Andersen (3), Granger (10) y Frosini (-).
Arbitros: Betancor (ESP), Arteaga (ESP) y Brazauskas (LTU). Excluyeron por personales a Bodiroga (m.40), Smodis (m.40).
Pabellón Palamalaguti: 8.200 espectadores
Pablo Malo de Molina
ACB.COM
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