Muchos deben acordarse todavía de aquella conferencia de prensa en la que Allen Iverson, aquel base dueño de una explosión demoledora, capaz de dejar mal parado hasta el mismísimo Michael Jordan, explicaba su bajísimo nivel con la camiseta de los Pistons, atribuyéndoselo a la lesión en la espalda y su falta de costumbre para ser suplente. El fin estaba cerca.
Pero (por suerte) las nubes del retiro fueron esparciéndose con el correr del receso y a medida que aparecieron los rumores de eventuales ofertas de varios equipos. Hoy, aquellos trascendidos se convirtieron en realidad: “The Answer” le brindará más espectáculo al mundo del básquetbol al menos por un año más, que será la duración del contrato que firmará con los Memphis Grizzlies, según dicen, cerca del fin de semana.
Iverson se juntó con los directivos de la franquicia de Tennessee en la ciudad de Atlanta, en donde hablaron de dinero (3.5 millones de dólares) y también de cuál será su función en el equipo que dirige Lionel Hollins. Según sus propias palabras, Iverson solo puede jugar como titular, ya que su rendimiento no es mismo que cuando sale sentado en el banco de relevos.
Por el momento no está claro si Memphis podrá complacerlo: Con Mike Conley y O.J Mayo los Grizzlies cuentan con una media cancha muy joven pero no menos talentosa en la que se basa gran parte de la estructura del equipo. La otra arista importante es el alero Rudy Gay, al tiempo que será una gran chance para Marc Gasol de consolidarse en su segunda temporada en la NBA, dado que es considerado un jugador influyente dentro del grupo pese a su corta experiencia.
En este contexto se sumará nada menos que Iverson, un verdadero genio que trae acuestas todo su fama y sus pergaminos, pero también su ambición dentro de la cancha que lo hace “vivir” de la posesión de la pelota. Hollins ya debe estar pensando cómo diagramar las ofensivas para formar la famosa química, algo que nunca logró Michael Curry en Detroit.
La 2008/2009 fue una temporada para el olvido en la carrera de Iverson. Se lesionó en la recta final de la temporada regular, en la cual jugó 54 partidos con los Detroit Pistons (3 en Denver) y tuvo un promedio de 17.4 puntos (41.6% de cancha), su marca más baja. Asimismo no cumplió las expectativas y su equipo cumplió una de las peores campañas de la década siendo barridos en primera ronda de los playoff por Cleveland.
Ahora, ya lejos de la presión de una prensa con exigencias mayores, el MVP de la 00/01 buscará un nuevo desafío que no será el de armar un equipo competitivo como sucedió con su llegada a los Nuggets, ni el de llegar para dar un salto de calidad, como en Detroit, sino que formará parte de una franquicia que busca renacer, con juventud y todo su talento, que a pesar de los años siempre será bienvenido.
Foto: Gentileza Sport Illustrated.
Sebastián Ciano
www.pickanroll.com.ar
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