El encuentro de hoy se juega inmerso en una gran expectativa, ya que Atenas está a un paso del título y luego de los incidentes en el final del cuarto partido la reñida final entre estos dos clásicos rivales se volvió más pasional por las presiones que ejerce la inminente definición del torneo.
Además el juego tiene el condimento especial de que si la serie concluye, significa la despedida oficial del capitán y base del equipo local, Marcelo Milanesio.
Milanesio, el mayor ídolo deportivo de Córdoba de los últimos tiempos, recibe todo el apoyo de la gente para reconfortarlo por el mal momento vivido al término del cotejo en Olavarría, en el que fue constantemente agredido verbalmente e invitado a pelear dentro del campo por un desubicado grupito de plateístas de Estudiantes.
Los cordobeses tienen el apoyo de cuatro mil espectadores en el recinto del barrio San Martín, que el jueves en un día de venta agotó las localidades y se recaudaron 60.000 pesos, y obligó a la instalación de pantallas gigantes en sus inmediaciones.
Por su parte, Estudiantes, que será sancionado económicamente por el bochorno ocurrido en su cancha, sabe que tiene que llevarse una victoria de Córdoba para volver el jueves a Olavarría a tratar de empatar la serie si quiere mantener viva la chance de convertirse en el primer tricampeón de la Liga.
Los equipos demostraron una sostenida paridad --algo normal teniendo en cuenta que sus jugadores se conocen a fondo-- y las diferencias marcadas por Atenas se debieron a la química lograda por sus jugadores y, fundamentalmente, a las distintas defensas combinadas que ejecutaron y que complicaron la ofensiva de Estudiantes.
El “griego” tuvo un comienzo arrollador y contundente en la serie, al empezar ganado por 3 a 0, por sus dos victorias en Córdoba (88-82 y 104-83), y otra en Olavarría (91-87), en el cuarto Estudiantes sabiéndose contra las cuerdas ganaron (96-90) en un partido con escandaloso final.
Salvo el segundo partido, donde Atenas consiguió una abultada victoria por 19 puntos, los demás se definieron por marcadores apretados y con posibilidades de triunfo hasta el final para cualquiera de los dos equipos.
El compromiso, es difícil para los dos, con un clima que puede ser caliente dentro y afuera del rectángulo de juego y con la mirada puesta en el desempeño de los árbitros, quienes fueron cuestionados en los anteriores encuentros.
Todo está dado para que el quinto juego sea emotivo y vibrante, que tiene varios condimentos extras para hacerlo más apasionante y para que todo se encauce dentro de los carriles de una verdadera final deportiva.
Es fundamental la labor que cumpla la terna arbitral y la serenidad del público cordobés que no debe buscar revancha a lo ocurrido hace cinco días en el maxi estadio del Parque Carlos Guerrero.
(Telam)
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