• 23-11-2024
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Recibimiento a medida para el campeón

“Dale campeón... dale campeón”, o “Somos campeones, la p... que lo p...”,
siguiendo el hit de las hinchadas de este último tiempo. Con banderas
diciendo “Ben Hur Liga Nacional A”, que eran flameadas por Walter Storani y
el Profe Costamagna en el techo del colectivo, y todos queriéndose saludar
con la gente que los vitoreaba y les agradecía al costado del camino.

Así llegó Ben Hur a Rafaela, en un demorado regreso desde Junín, justamente
para que todos sus simpatizantes -muchos de los cuales no pudieron viajar
porque la policía bonaerense lo impidió- compartieran con ellos la hazaña.
Inmediatamente empezó el estruendo de las bombas y los fuegos artificiales.
A paso de hombre, el micro consiguió acercarse a la altura de la Escuela
Melvin Jones, para ponerse a la altura de la autobomba del Cuerpo de
Bomberos que esperaba a un costado. En medio de cánticos y bocinazos, todos
iniciaron el trayecto al estadio de calle Saavedra, donde estaba preparada
la gran fiesta.

Llegar no fue fácil, a decir verdad. Quizás debieron esperar más de media
hora, para ingresar finalmente por la cancha descubierta.
Siguieron camino a los vestuarios, mientras la gente seguía cantando sin
parar.

Hasta que finalmente se apagaron las luces. Y uno a uno fueron presentados
por Gerardo Zanoni, locutor en esta celebración. Raymundo Legaria primero,
después Delset, Elías Saad, el capitán Posetto, Agudo, Storani, Cantrell
(junto con el Nano el más ovacionado), Cagliero, Coronel, Martina, García
Barros y Faez, como en la previa a cualquier partido. Sólo que esta vez
estaban todos eufóricos, abrazándose imaginariamente con el entorno.

Las tribunas colmadas, los chicos que desbordaban a quienes querían
preservar el perímetro para la vuelta olímpica. Y en un descuido ingresó el
Beto Gor, para mezclarse con los campeones. Y quién se iba a animar a
decirle algo, si él lleva los colores azul y blanco en el corazón desde
siempre.

Hubo que esperar a que los dirigentes dijeran lo suyo. El presidente
Fernando Muriel, el responsable de la Subcomisión de básquetbol, Eduardo
Mohamed, y el propio Guillermo Narvarte. Y Posetto en representación del
plantel. Todos agradecieron y el Nano más que nunca, después del
“Borombombón, borombombón, para Posetto, la selección” que todos a coro
entonaban.

Los trofeos

Después de casi una hora de palabras y presentaciones, se desató la
euforia. Una improvisada vuelta olímpica en lo que quedaba libre del
parquet, y el corte de las redes. Agudo en un aro, Legaria en el otro.
Y la gente que literalmente invadió para saludar a los héroes de Junín.

Fuente : Diario “La Opinión”

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