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Le hace bien a la liga

Siguiendo con la tradición, el equipo mostró el corazón de un luchador y
liquidó la final en una de las canchas más difíciles. La victoria por
101-90, en Junín, completó la barrida ante Ciclista (3-0) y desató un
festejo que se prolongó hasta la madrugada en Rafaela. Cerca de 800 hinchas
se juntaron en el estadio 17 de junio para ver el partido en pantalla
gigante y gozaron con el histórico momento. La fiesta siguió en el centro y
ayer a las 20.10, cuando arribó el micro, cerca de 4.000 de las 80.000
personas que tiene la ciudad salieron a la calle, a pie o en auto, para
saludar al plantel.

Un premio merecido. Este ansiado ascenso tiene mucho de causalidad y nada
de casualidad. Ben Hur lo viene persiguiendo desde que arribó al TNA, en el
95. Ya en la primera campaña sorprendió llegando a la semi —cayó con
Obras—, pero en sus siete temporadas esa instancia se transformó en una
pesadilla. Las cuatro veces que avanzó quedó en el camino, incluso en la
98/99 cuando se adelantó 2-0 ante Quilmes pero terminó 2-3.

En esta temporada fue diferente. Tras un inicio con dudas, con dos derrotas
en tres partidos, los rafaelinos finalizaron terceros en la Zona Norte con
marca de 8-4 y arrasaron en el TNA-1: 10-2. En playoffs alcanzaron su más
alto nivel. Superaron 2-1 a Madryn y ante La Unión espantaron fantasmas con
un categórico 3-0. Ciclista tampoco fue rival en la final.

“La mayor virtud resultó la humildad del grupo. Nunca se creyó más que
nadie y su única cábala fue el trabajo. Eramos candidatos a priori, pero
nos ganamos la chapa de favoritos y la bancamos. La dirigencia también hizo
un gran esfuerzo. Mantuvo a un extranjero de primera como Damian Cantrell
en tiempos de una crisis grave”, le explicó Walter Storani a Olé en el
viaje hacia Rafaela.

La Queca se consolidó como el mejor pivote nacional y formó un dúo letal
con Cantrell bajo el aro: promediaron 37.3 puntos y 16.3 rebotes en
playoffs. El perímetro, con Fernando Posetto en la base, Alejandro Coronel
de escolta y Edgardo Agudo como alero, tuvo variantes para formar un equipo
equilibrado. “La clave fue que todos aceptaron sacrificarse por el equipo”,
resaltó Guillermo Narvarte, el entrenador que fue elegido el mejor en tres
temporadas por sus colegas. “Igual, ningún premio se compara con subir a la
Liga. Hace cuatro años que lo estaba esperando”, completó.

El club, que es apoyado por una poderosa entidad financiera (Asociación
Mutual), tiene 10.000 socios y un presupuesto cercano a los $ 350.000, ya
se prepara para la Liga. “Hace años que estamos construyendo un estadio
para 3.000 personas y le falta un 25%. Lo terminaremos a tiempo. El ascenso
nos llega con naturalidad. Estamos preparados”, aseguró el presidente
Fernando Muriel. En Ben Hur se puede confiar.

Fuente : Julian Mozo

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