Increíble final para una gesta de magnas proporciones. El Caja Laboral pone en jaque la final venciendo de nuevo en el Palau (69-70) gracias a un trabajo casi perfecto y a una mayor serenidad en los instantes finales. El Regal FC Barcelona tuvo el triunfo en sus manos, pero Ribas robó un balón clave en el último segundo
Redacción, 12 jun. 2010.- Cuando algo sucede dos veces seguidas ya no se puede considerar sorpresa. El Caja Laboral volvió a mostrar el juego más compacto, sufrido y cerebral de la Final para poner en jaque al vigente campeón llevándose también el segundo partido.
Los de Dusko Ivanovic no perdieron la concentración en ningún momento e impusieron su ritmo consiguiendo incomodar al Regal FC Barcelona como en el primer partido para duplicar la gesta y casi tocar el título con las manos. Por su parte, los de Xavi Pascual echaron de menos a Ricky Rubio y a Navarro, desaparecidos en ataque, sin poder rematar un partido que tuvieron controlado durante 35 minutos.
San Emeterio mantuvo al equipo dentro del partido, Teletovic daba puntillas y Huertas y Splitter decidieron en el último cuarto. El partido que el técnico serbio tenía dibujado en la cabeza no podía ser muy diferente de lo que se ha visto en el Palau.
La Final más sorprendente, la más tensa en años, vivió un segundo capítulo aún más épico. Y con un final de infarto.
Arrancó el segundo como si de una continuación sin interrupción del primer partido se tratase: la tensión de los últimos minutos, con la máxima importancia de cada canasta, con la dureza y las protestas… Desde el primero minuto, la tónica fue la misma que la de un minuto 39.
Y en ese entorno empezó a redimirse Terence Morris, autor de los primeros 6 puntos del partido (8 en el total del primer cuarto) y el único que pudo con la intimidación de Tiago Splitter. Cuatro minutos tardó, por su parte, el Caja Laboral en superar la defensa de un Regal FC Barcelona herido y dispuesto a no regalar ninguna canasta. De hecho, Huertas anotó en el primer despiste defensivo de los de Xavi Pascual.
Con Gianluca Basile ejerciendo de falso base y con Lakovic corriendo para recibir y tirar, el Regal FC Barcelona llegó al primer parón con ventaja mínima (19-17), pero ya sin el ímpetu inicial. El Caja Laboral seguía con su misma receta: buena defensa y mucha cabeza en ataque. Triples de English y Ribas para empatar a 17 y dejar claro, que hoy tampoco iba a ser fácil para los locales.
El Caja Laboral no cambió de discurso en el segundo cuarto, anotando cada vez que la defensa blaugrana ofrecía un resquicio para hacerlo. En el bando local seguían sumando Mickeal y Morris (21 puntos al descanso entre ambos), a los que se sumó Erazem Lorbek, con sus primeros cuatro puntos de la Final.
Pero a pesar de ello, la diferencia nunca superó los seis puntos (hasta ocho veces sucedió en la primera parte) gracias al baloncesto rápido y eficaz de los baskonistas, sin ningún nombre por encima del resto, como una maquinaria perfectamente equilibrada.
Se marchó el partido al descanso con 38-33 y un mensaje claro: cada rebote ofensivo es un mundo, cada tiro, decisivo. Quizás no estaba siendo el mejor partido del año pero seguramente sí el más importante. Y a la fiesta aún no se habían apuntado los miembros del Quinteto Ideal Ricky Rubio, Juan Carlos Navarro y Tiago Splliter: 2 puntos entre los tres tras 20 minutos de juego.
Los primeros nueve puntos de la segunda mitad llegaron desde más allá de 6,25 (Teletovic, Mickeal y San Emeterio) en un arranque que dejó imprecisiones por exceso de tensión y más de un codo y rodilla por el suelo. Ni una canasta fácil.
Una bomba al estilo Navarro de Eliyahu pareció despertar por fin al de Sant Feliu. Juan Carlos anotó, justamente con otra bomba, sus primeros puntos para colocar el 47-43 en el marcador. La tensión era máxima, pero equilibrada: ni el Caja Laboral podía ponerse por delante, ni el Regal FC Barcelona escapar del “atasco de los seis puntos de diferencia”… hasta que llegó Lakovic.
Dos triples suyos llevaron el marcador al 53-45, máxima ventaja del partido y de la final para el equipo catalán hasta el momento. El último cuarto se plantea, como no podía ser de otra forma, con seis de ventaja para el Regal FC Barcelona tras dos tiros libres de Herrmann.
Con todo en juego, aparecieron las estrellas, los nombres propios. Splitter anotó sus primeros dos puntos para inaugurar el cuarto y mantener a su rival a la distancia justa: alternativas entre dos y cuatro puntos de ventaja. Ellos siempre son un peligro, pero los auténticos cracks del último cuarto no estaban en el Quinteto Ideal: Mickeal por un lado y San Emeterio por el otro marcaban la pauta.
Con paciencia, tesón y esfuerzo, el Caja Laboral fue recortando la diferencia como una pequeña hormiguita… hasta que San Emeterio aguardó al momento perfecto para dar la vuelta al marcador y conseguir la primera ventaja visitante: 61-62 con una elegante entrada.
Un triple de Huertas a falta de tres minutos silenció el Palau: 61-65 y miedo en las gradas. Dos tiros libres de Lorbek ajustaron aún más el marcador rompiendo el parcial de 5-0, pero Huertas, esencial en el tramo final como durante el primer partido volvía a poner cuatro arriba a los suyos.
Y así fue como murió el Regal FC Barcelona dónde siempre vive: Rubio falló un triple y Navarro perdió un balón. El 0-2 se consumaba. El partido parecía muerto… pero un error en saque de fondo del Baskonia y una falta antideportiva a Basile con 1.6 segundos en el marcador alargaron la emoción hasta extremos épicos.
El italiano consiguió los dos tiros para colocar el 69-70 con saque de media pista… ¡y Pau Ribas robó el balón! Increíble. Histórico. Y lo mejor es que aún queda mucho baloncesto en esta final.
Foto: Gentileza as.com
Fuente: ACB.com
DEJA UN COMENTARIO