La película está casi terminada, solo resta filmar el último capítulo de esta apasionante historia “Hollywoodense” que posee todos los condimentos para batir los récords de audiencia en la mejores salas. Anoche los Lakers se dieron el gusto de bailar a los Celtics, y si bien el resultado (89-67) no posee la misma trascendencia histórica de aquel 131-92 que le dio el título a Boston en 2008, seguramente haya tenido cierto gustito a revancha, aunque nada esté definido.
Le serie va a un séptimo y definitivo partido, que se llevará a cabo mañana (22 hs, ESPN) nuevamente en el Staples Center angelino y que quedará marcado a fuego como la decimoséptima final que se definirá en el último punto, la quinta entre estos dos equipos.
Luego de la de victoria de Boston el pasado domingo en el partido cinco, Kevin Garnett realizó un buen análisis de lo sucedido al decir que “es peligroso que Bryant anote y entre en ritmo, pero en cuanto al funcionamiento de su equipo creo que juega a nuestro favor”, en clara referencia al juego individual que suele cargar Kobe cuando las cosas no les están saliendo bien a los Lakers, tal como ocurriera el domingo, al anotar 19 de los 26 puntos de su equipo en el tercer cuarto.
El secreto del rotundo éxito que tuvo anoche el equipo de Phil Jackson fue, justamente, hacer todo lo contrario: No dependieron de las inspiración de su máxima estrella, quien de todos modos fue uno de los jugadores más destacados de la noche con 26 puntos (9/19 de cancha, 7/7 desde la línea), 11 asistencias y 4 recuperos en 40 minutos. De esta manera aparecieron los actores secundarios, y también los de reparto, liderados por el tantas veces criticado Pau Gasol, autor de 17 tantos, 13 tableros, 9 asistencias y 3 tapas.
Si alguien no conociera los rostros de los jugadores hubiese dicho que ambos equipos intercambiaron las camisetas con respecto al quinto partido. Toda esa falta de actitud, entrega y tenacidad que se le echó en cara a los Lakers durante el último juego en Boston se vio anoche en los Celtics.
“L.A” comenzó a marcar el rumbo del encuentro desde el primer cuarto. Intentaron distribuir más y mejor el juego, meter el balón en la pintura y hacer participar a todos los intérpretes, quizás el fundamento principal de la famosa ofensiva triangular.
Todo salió a la perfección, con Bryant guiando a Los Angeles con 15 puntos en la primera mitad, pero con la gran mayoría aportando lo suyo, incluso el banco local se impuso 15-0 en el entretiempo (25-13 en total).
La primera canasta del encuentro para los Celtics fue un contragolpe de Kevin Garnett, algo que muy pocas veces podría volver a repetir. Desde el primer segundo se vio tanto a Bynum como a Gasol mucho más metidos en el juego, al tiempo que apareció un actor importante, que hasta ahora había aparecido con intermitencia: Ron Artest. El ex alero de Chicago, Indiana, Sacramento y Houston fue autor de 10 puntos en el primer tiempo, con 2/4 en triples. Terminó el encuentro con 15 y 3/6 en los lanzamientos detrás de la media luna.
Los Angeles arrasó en los tableros (30-13 en el 1er tiempo, 52-39 en el global) y se fue al descanso largo ganando 51 a 31. Boston lo hizo con una preocupación que iba más allá del marcador, ya que Kendrick Perkins abandonó la cancha a falta de 5:30 para el final del primer cuarto, y nunca más regresaría.
En la segunda mitad, los de Doc Rivers ajustaron su defensa, tanto en la pintura como en el perímetro, lograron frenar la “maquinaria angelina” y solo lo perdieron 38 a 36. Pero definitivamente no estaban en su noche, fallaron muchos tiros, algunos muy cómodos. En los últimos dos cuartos los Celtics lanzaron 14/43 en de cancha; Le provocaron 6 pérdidas a los Lakers, pero cometieron 7, cerraron con solo 5 triples en 28 intentos (21.7%) y solo tomaron 10 lanzamientos libres (convirtieron 6).
Con 19 puntos, Ray Allen fue el máximo anotador de Boston, seguido de un apagado Paul Pierce con 13 (0 pts en el último cuarto), Garnett con 12 y Rajon Rondo con 10. El base cayó en la trampa defensiva propuesta por Jackson: Tomó muchos lanzamientos, 15 en tres cuartos (en el último no tiró), mientras que cada vez que gana su equipo tiene un promedio de 10.7 tiros al canasto; Asimismo, terminó con la segunda menor cantidad de asistencias en lo que va de las finales (6).
Se acerca el desenlace. Luego del jueves no habrá otra oportunidad para ninguno de los dos equipos cualquiera sea el resultado. Todo se dio a gusto de los amantes del buen básquetbol, quienes tendrán la fortuna de presenciar uno de los partidos más importantes en la historia del deporte en el marco de una definición apasionante.
Foto: Gentileza NBA.com
Sebatián Ciano
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