• 23-11-2024
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Tres palizas y Alemania sufre una humillante eliminación

Un Angolazo para sacar a Alemania

En uno de los finales más increíbles de todo el torneo, prórroga incluida, Angola dio la campanada venciendo a Alemania (88-92) y clasificándose para la siguiente fase.

Cipriano (30 puntos), tan clave como el hambre y la ilusión de un equipo que quiere hacer historia“Papá, papá... ¿qué es el baloncesto?” Y el padre le puso la cinta del Alemania-Angola. Es tan simple como eso. No es un deporte perfecto, no siempre hay talento en todos los que lo practican e incluso a veces hay momentos de desacierto que se prolongan más de lo deseado. Pero, con todo eso, el baloncesto seguirá siendo un deporte imprevisible, mágico, burlesco, paradójico, fascinante, único.

No podían ser otros los protagonistas. Socios fundadores del club de la irregularidad, del “todo puede pasar”. Los africanos, capaces de pasar de ronda tras arrancar el Mundial con una derrota por 50 puntos. Los alemanes, abonados a las prórrogas, héroes tras tumbar a la mismísima Serbia para naufragar, 24 horas después, contra Australia.

Todo podía pasar. Y todo pasó. Jagla fue el primero que se dejó ver en el encuentro, rompiendo la igualdad inicial con una canasta que culminaba un 7-0 de parcial y el primer demarraje germano (15-8, min.7). Pero Cipriano, el otro héroe del día, se echó al equipo a la espalda para remontar en un mero pestañeo, dejando con un triple a Angola por delante. Los africanos, con un 0-5 de inicio, avisaban al comienzo del segundo cuarto (19-24), pero Schwethelm le dio la vuelta al partido en sólo 15 segundos, con triple y 2+1. Turno para Angola que, ahora con 6 puntos consecutivos de Lutonda, tomaba el mando del encuentro, más aún cuando Almeida acertó desde 6,25: 26-35 (m.18).

Alemania, que echaba de menos los puntos de Jagla, se perdía entre sus pocas ideas en ataque y la buena defensa de Angola, capaz de anular a los pívots germanos y de amenazar constantemente la línea de pase de su rival, que bastante hizo con llegar al descanso aún con vida: 35-40.

Sus opciones parecieron evaporarse en el tercer periodo. Hasta en tres ocasiones los angoleños, con Mingas y Lutonda secundando a Cipriano, alcanzaron los diez puntos de diferencia, aunque los alemanes, muy irregulares, sobrevivían a base de tres en tres, con un Schaffartzik recordando al tirador que asombró en el Eurobasket 2009: 54-58 (m.30).

Un par de triples consecutivos de Staiger cambiaba el signo del choque, y, para colmo, apareció al fin Jagla, que encadenó 9 puntos de todos los colores con aroma a sentencia: 74-64 (m.37). Cipriano hizo creer a los suyos con un mate animal y salvaje, uno de los mejores del torneo y preludio de un minuto a camino entre el surrealismo y la genialidad. Con 77—73 en el luminoso, ocurrió de todo. Se señaló “5 segundos” a los angoleños por su lentitud al sacar, Alemania perdió el balón, Angola hizo falta en ataque, los alemanes respondieron sacando directamente a fuera de banda y Ambrosio se sacó de la nada un tiro imposible a tabla que se convirtió en triple. ¡Viva el basket! ¡Viva el circo!

A continuación, Schaffartzik se dejó un tiro libre por el camino, Cipriano no perdonó desde la línea (78-78) y el base alemán volvió a errar la última posesión. Habría prórroga, donde Angola no tuvo rival. Repleta de ilusión y hambre de triunfo, Gomes puso por delante a su equipo y Cipriano lo terminó de catapultar con cuatro puntos consecutivos (¡finalizó con 30!). Benzing prolongó la agonía de unos alemanes erráticos en las posesiones finales y apeados del Mundial (88-92) tras haber hecho lo más difícil, ganar a Serbia. ¡Angolazo!


España se dio una inyección de fe


España tuvo que superar el golpe anímico de la derrota frente a Lituania y la magnífica puesta de escena de Jackson Vroman para superar a la voluntariosa selección de Líbano (57-91). Marc Gasol (25 puntos y ocho rebotes) fue la figura.

La selección española volvió a sonreír en el Mundial de Turquía después de superar con claridad a Líbano (57-91). Después del duro golpe anímico y deportivo sufrido el martes, la selección tuvo que rehacerse y superar a un rival que, si bien es notablemente inferior, mostró una gran fortaleza de espíritu. Esa fortaleza será necesaria para los españoles en partidos venideros, pues seguro que vendrán compromisos más serios y será preciso evolucionar en cuerpo y mente para alcanzar la mejor versión de equipo, esa que todos quieren ver pero que sólo aparece en momentos puntuales.

Este miércoles la selección española tuvo que esperar quince minutos y una decisión arbitral para resolver su compromiso. Y es que la selección de Líbano salió respondona y con un Jackson Vroman espectacular. El ex jugador de Akasvayu Girona completó un primer cuarto primoroso (12 puntos y seis rebotes) y mantuvo a su equipo por delante en el marcador. Por suerte para España, Vroman cometió la ingenuidad de protestar una falta y regaló la técnica que suponía su cuarta personal antes del descanso. Sin él en pista, Marc Gasol y España encontraron vía libre para el triunfo.

El pívot español demostró una vez más que es un pilar fundamental dentro de los esquemas del equipo y fue el líder que el equipo necesitaba cuando Líbano empezaba a ser un molesto rival (30-31). Marc, supo aprovechar perfectamente la ausencia de Vroman para reinar en la zona e impulsar a España en el encuentro. Más allá de los números (25 puntos y ocho rebotes), las sensaciones que transmitió el pívot fueron una de la mejores noticias que dejó el partido. Las otras se tendrán que ratificar frente a Canadá y en Estambul, ciudad donde se decidirá el futuro de España en el Mundial.

Que un partido comience con un mate siempre es importante. A lo espectacular que resulta la jugada hay que añadir la emotividad que produce y un equipo tocado en su orgullo lo que más necesita es recuperar la sonrisa con este tipo de acciones. El mate de Rudy conectaba a España desde el primer momento, se le notaba especialmente motivado al balear aunque eso también le costó una técnica por protestar a Luigi Lamonica al poco de comenzar.

El inicio prometía, aunque tampoco era el de mayor calidad. La selección no podía sacar provecho de su buena defensa porque en ataque no se conseguían culminar los contraataques y los tiros en estático se negaban a entrar. Dos canastas bajo los tableros de Jackson Vroman advertían de la fortaleza interior del rival y de la necesidad de atacar con efectividad para no sufrir.

Dicho y hecho. Rudy volvía a destacar en defensa y no sólo era un filón en los rebotes sino que con su intensidad conseguía romper mínimamente el encuentro (6-13) y provocar el enfado de Fadi El Khatib, con quien tuvo un ligero roce. El problema es que con sólo un jugador enchufado es difícil lograr distancias y el equipo vio como Vroman continuaba con su particular recital interior (12 puntos y siete rebotes en el primer cuarto).

España necesitaba algo diferente y eso lo buscaba en su banquillo pero no lo encontraba. Antes de terminar el primer cuarto 10 jugadores habían entrado en pista pero los problemas eran los mismos: ansiedad en ataque (2/8 en triples) e inferioridad reboteadora. El segundo triple de Ali Mahmoud ponía por delante a Líbano por primera vez en el partido mientras Jackson Vroman seguía instalado en la excelencia baloncestística (22-18). Tan apenas un golpe de orgullo de Alex Mumbrú podía dar un respiro a la emoción y reducía el déficit español a un solo punto al final del primer cuarto.

El alero de Bikzaia Bilbao Basket (nueve puntos, cuatro rebotes y cuatro asistencias) era claramente el elemento diferenciador de la selección y con un nuevo robo dejaba bien a las claras que el equipo quería cambiar la historia del partido en este segundo cuarto. En parte también sería diferente por que en ella no había un personaje como Vroman que necesitaba el oxigeno del banquillo. Ese mismo oxígeno que Marc Gasol comenzaba a quitarle a Líbano con dos buenas acciones de bloqueo y continuación (24-30).

Sin el pívot nacionalizado, el parcial español era de 11-5 y Tab Baldwin no quiso dar más ventaja. Vroman, la pesadilla española, volvía al campo. Lo que ni Baldwin ni Vroman intuían es que su presencia sería fugaz y, tras serle señalada la tercera falta, una técnica señalada por Lamonica (¿Compensación?) acabaría con el pívot en el banquillo con cuatro altas.

España tenía la oportunidad de romper el partido y Marc Gasol de hacerse gigante en el partido. Por momentos parecía que así sería y que al descanso, España podía adquirir una ventaja tranquilizadora. El pívot catalán logró encadenar unos minutos finales de cuarto realmente activos, fue protagonista en ambos lados de la canasta (cinco puntos casi consecutivos), pero para que el final de cuarto fuera realmente productivo hubiera sido preciso encontrar cierta efectividad desde el triple. El problema del lanzamiento exterior era preocupante y el 3/18 (se lanzaron los mismos triples que lanzamientos de dos puntos) era el lastre que impedía que España no rompieran el partido (32-43).

Por suerte el festival de Marc Gasol no había hecho nada más que comenzar y con un extraordinario inicio de tercer cuarto (suyas fueron las cuatro primeras canastas) pusieron una marcador de 39 a 56 a favor de los españoles. A Líbano sólo le queda la baza de poner en pista a Vroman pero cuando lo hizo ya era tarde y la brecha abierta en el marcador demasiado grande. Durante su ausencia (12 minutos y medio) España había disfrutó de un parcial favorable de 16 puntos de ventaja y Marc Gasol obtuvo 15 puntos y cuatro rebotes.

Por delante quedaban 14 minutos de partido, pero un tiempo más para pensar en el futuro que para dirimir cualquier cosa en la pista. Era la oportunidad de curar magulladuras anímicas, recomponer sensaciones individuales y colectivas y animar a la gente que desde la grada trataba de recuperar la sonrisa. Los mates de Fran Vázquez y los puntos de Sergio Llull y Víctor Claver atestiguan este, aparentemente modesto, pero vital objetivo de cara al futuro. Con la victoria por 57 a 91, lo que España ya sabe es que estará en Estambul. Lo puede hacer como segunda, tercer o cuarta de grupo, eso no se sabe y quizá tampoco importe porque, como hace un año en Polonia, esta selección puede haber comenzado su ascensión en el campeonato. Todos esperan y desean que así sea.

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Grecia tritura a Costa de Marfil y ya está en octavos de final

Grecia ha destrozado sin piedad a Costa de Marfil (60-97), clasificándose para los octavos de final. Los helenos lograron un parcial 10-47 en la primera mitad y llegaron a amasar 45 puntos de ventaja

Lo más sorprendente fue el inicio, un 7-0 que dejó atónito a los aficionados presentes en Ankara. En ese momento Grecia arrancó con un parcial 0-9 y ya no miró atrás, encadenando un parcial 10-47 para amasar una renta de 30 puntos al filo del descanso.

Grecia jugaba como quería, dominando con su talento y altura a un rival inferior y que no acertaba ni en ataque ni en defensa.

La escabechina griega continuó tras el descanso elevando el nivel hasta los 45 puntos de ventaja en el inicio del último periodo (38-83), tras dos tiros libres de Zisis. Grecia bajó el pistón y permitió a los marfileños maquillar el electrónico con un parcial 22-14 hasta el 60-97 decisivo.

La peor noticia para Grecia fueron los problemas físicos de Antonios Fotsis en su pie izquierdo, acabando con hielo para paliar el dolor.

Boxscore Oficial de FIBA



Estados Unidos cumple sin desgastarse ante Irán


Por si el partido ante Brasil había despertado algunas dudas, victoria ante Irán sin despeinarse. Esa es la receta de Estados Unidos, que rotó sin problemas para vencer a una Irán (51-88) en la que se reivindicaron Ehadadi y Kazemi

Cumpliendo y a otra cosa. Estados Unidos no se esmeró demasiado en derrotar a Irán. Lejos de la brillantez y la capacidad arrolladora que pueden alcanzar, se emplearon con seriedad para tumbar a Irán y al final arrollaron (+37). Así, USA se expulsa los malos espíritus de la apurada victoria ante Brasil. Por los asiáticos, Hamed Ehadadi y Arsalan Kazemi (ambos en Estados Unidos, Memphis Grizzlies y Rice University, respectivamente) fueron los más destacados, en un equipo que combatió en el primer cuarto.

Y es que la motivación iraní fue argumento suficiente para que los primeros minutos del partido estuvieran igualados. Buscando desesperadamente al NBA Ehadadi, los iranís lograron ponerse por delante (5-3), aunque a partir de ahí los americanos ya no soltarían su ventaja. Krzyzewski, sabedor de la enorme ventaja de su equipo, rotaba a sus jugadores mucho más de lo que lo hizo en el encuentro ante Brasil. Con los minutos equilibradísimos, unos enormes minutos de Kevin Love empezaron a abrir la brecha decisiva: 19-33 tras un triple del de los Wolves.

Pese a la victoria con suficiencia al descanso (28-42), Estados Unidos no estaba arrollando como había hecho en otros partidos del campeonato. Tampoco era suficiente, simplemente se trataba de seguir creciendo en el Mundial y reponerse del susto brasileño. El segundo cuarto iraní estuvo marcado por el buen hacer de Kazemi (de formación estadounidense), que junto a grizzlie Ehadadi eran los líderes del equipo (16 de los 28 puntos al descanso).

Apenas llegaban a los dobles dígitos en anotación, pero todos los estadounidenses anotaban, mientras en Irán seguían siendo Ehadadi y Kazemi los que lideraban a su equipo, en ese particular duelo con los jugadores de su país de trabajo. El último cuarto quedó para la reivindicación de Love, algunas jugadas brillantes de USA y el 51-88. Diferencia de 37, muy a medio gas

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Fuente: ACB.com
Fotos. EFE

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