Se conocen, se vigilan, se necesitan. Serbia y Croacia disputaron uno de los encuentros más vibrantes del Mundial y depararon un final sorprendente y frenético.
El primer cuarto croata resultó la excepción de un duelo en el que hubo más emoción y ganas que calidad y acierto. La puesta en escena de los de Vrankovic fue deliciosa. Y eso que Serbia amenazó con arrollar desde el inicio tras un 5-0 en el primer minuto. Nada más lejos de la realidad. Con Bogdanovic de referente y Ukic dándole mucha velocidad al juego, los croatas se repusieron y no sólo igualaron, sino que en tres minutos tomaron la iniciativa (9-12).
En Serbia Krstic era una garantía en de la zona, con una seguridad absoluta en su tiro y su uno contra uno, pero faltaban más recursos para hacer frente a un conjunto que, por momentos, se lo creía. Contraataques, una sangría de rebotes ofensivos y un juego alegre y descarado con muchas más alternativas que las de su oponente. El mundo al revés.
Marko Tomas se apuntó a la fiesta, Loncar puso la puntilla con un triple y a punto estuvo el propio Tomas de dejar con 10 de ventaja a los suyos con una canasta sobre la bocina: 19-27. Hubiera sido el broche de oro a uno de los mejores cuartos realizados por los croatas en años.
Serbia rozaba el 75% en el tiro y perdía con claridad. ¿Cómo debería reaccionar? Apretando las tuercas en una defensa inexistente en el arranque del choque y moviendo el banquillo para aprovechar su rotación de mayor calidad. De ahí salió Perovic, que pronto tomó el testigo de Krstic para dominar en la zona.
Un 6-0 con aroma al nuevo fichaje del Regal Barça apretó las distancias y, con los croatas totalmente erráticos y obsesionados en el triple, Kosta completó su 4/4 para igualar el partido: 29-29 en el minuto 17. No obstante, Croacia no se vino abajo y con 5 puntos seguidos de Popovic, pudo conservar una exigua renta al descanso: 32-34.
Tras pasar por vestuarios, se repitió la historia del segundo. Serbia, sin hacer nada de otro mundo, simplemente ordenando su juego y apretando atrás, se puso por fin por delante gracias a Krstic (39-36). Comenzaba aquí la auténtica batalla balcánica. En los siguientes minutos, ningún equipo se distanciaría por más de... ¡un punto!
Del 41-40 al 49-50, todo fueron canastas para poner a uno encima del otro. Se sucedían los puntos de los actores secundarios, pero hasta que Teodosic no acertó desde más allá de 6,25, ya en el último minuto, no se rompió la tendencia. Para colmo, una canasta final de Macvan, dejaba una brecha a favor de los serbios que, visto lo visto, no era tan estrecha: 54-50.
Esa racha serbia se prolongó durante unos minutos más en el cuarto decisivo, especialmente merced a los errores de una Croacia donde Popovic estaba terriblemente fallón y Tomic desaparecido en combate. Las precipitaciones y pérdidas tontas, amén de la maldición exterior impedían la remontada. A falta de 4 minutos, un triple de Macvan ponía en bandeja la victoria serbia (64-57), pero los fallos serbios desde la línea de personal dieron vida a Croacia.
Además, apareció con más fuerza que nunca Popovic. No se le puede negar al base sus ganas de vencer. Individualista, sí, pero sin ningún tipo de miedo a tirar del carro. Héroe o villano, el resultado final dictaría sentencia. Con 7 puntos consecutivos suyos, Croacia se acercaba (65-61) y pese a que Velickovic volvía a dar 6 de ventaja a Serbia, algo había cambiado. Realmente, los de Vrankovic creían en la remontada.
Cuatro puntos seguidos de Banic alentaron esa posibilidad (67-65) y el intercambio de tiros mantenían el partido en un puño. Con 70-69 en el luminoso, Tomas robó el balón y Popovic recibió falta, pudiendo poner por delante a su conjunto con un par de tiros libres. Pero el croata falló uno de los dos y, en la jugada siguiente, tras tiempo muerto, Rasic fue el más pícaro de todos para anotar en un abrir y cerrar de ojos, tras un fallo clamoroso croata, que defendió como un equipo colegial el saque de banda.
A continuación, Popovic volvería a igualar con dos tiros libres (anotó 12 de los últimos 16 puntos de su equipo, para un total de 21) y, con sólo 5,9 por disputar, el valiente Rasic, otra vez él, corrió de un lado a otro de la pista para forzar, a falta de sólo un segundo, una personal a Kus. El primer tiro libre lo anotó, el segundo lo tiró a fallar, y el triple a la desesperada de Popovic se quedó en el limbo. Serbia, a cuartos. Croacia, pese a su digna despedida, sin consuelo.
Boxscore oficial de FIBA
Fuente: ACB.com
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