Fiel al guión que ha escrito en todos los partidos de este campeonato, Lituania comenzó de manera fría y errática. No ejercía su rol de favorita y la calidad venía de una China que se mostraba desatada en ataque. En un visto y no visto, la selección asiática endosaba un parcial de 9-0 y mandaba en el marcador (3-11). Lo mejor de todo es que era una sorpresa coral pues ya por entonces habían anotado todos sus titulares.
En Lituania sucedía lo contrario, sólo Linas Kleiza parecía saber que había en juego y cuando la desventaja superó los 10 puntos se puso el mono de faena. Por momentos, la historia de otros encuentros se repetía y el equipo báltico comenzaba a remontar y se ponía a cuatro puntos. Pero entonces, China se agarró a la veteranía de Wang Zhi-Zhi y el acierto de Sun Yue. El primero por dentro y el segundo por fuera castigaban la intermitencia defensiva lituana y al comienzo de segundo cuarto devolvían a su selección una ventaja tranquilizadora (20-29).
China quería cambiar el guión pero cuando la lección está aprendida es difícil saltársela y Lituania no faltó a su cita con la remontada diaria. Esta vez fue un 16-2 para situar el 36 a 31 en el marcador a falta de tres minutos para el final del encuentro. Kleiza había despertado a los suyos y mientras el equipo se ajustaba en la zona para defender la altura de Yi, Kalnietis lograba encadenar buenos ataques (11 puntos, todos ellos en la primera parte). El encuentro comenzaba de cero y ahora sí que Lituania estaba en él.
Por suerte China también se agarraba a su orgullo para despertar de su letargo anotador y de la mano de sus dos mejores hombres, Yi y Yue, evitaba la escapada del rival en los últimos minutos de la primera parte. Una canasta de Liu Wei (21 puntos) ponía el 43 a 40 en el marcador. La sorpresa todavía era posible.
El comienzo de la segunda parte era la mejor oportunidad para calibrar la fortaleza mental del equipo asiático y gracias a su acierto triplista perecía que aguantaría la presión. Hasta cuatro triples casi seguidos se vieron en el arranque de período y China lograba empatar a 48. Por desgracia para los seguidores chinos entonces se fundió la batería de su selección y Lituania rompió el partido con un nuevo parcial. Esta vez el 16-3 conseguido del minuto 25 al 30 tenía la firma del triple y entre Pocius y Gecevicius ajusticiaban a una China que lo intentaba pero que, con Zhizhi inédito en este cuarto, no tenía la puntería de su rival.
El partido amagaba con cerrase de manera definitiva en el inicio de último cuarto. Lituania seguía con su rodillo y China bajaba los brazos sus ánimos, sin embargo Lituania se durmió y encajó un parcial de 3-11 que llevó el susto al cuerpo de la afición lituana. Ellos, especialistas en la materia ¿sufrirían una remontada? La respuesta fue un no rotundo porque Kleiza lo impidió. Acumuló todo el peso de su equipo y en un visto y no visto sumó los últimos 10 puntos de su equipo. El alero cerró la victoria para Lituania y China se tenía que conformar con el orgullo de haber luchado hasta el final (78-67).
Foto: FIBA.com
Fuente: ACB.com
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