Estambul, 10 Sep 2010.- España recuperó parte del ánimo que la derrota frente a Eslovenia le robó y derrotó a Eslovenia por 97 a 80. Como cualquier encuentro donde no hay nada en juego, costó entrar en acción y se trastabilló más de lo necesario.
Eslovenia dominó durante casi tres cuartos gracias al acierto triplista de Jaka Lakovic (19 puntos y cuatro asistencias) en el comienzo de choque y el goteo de tiros libres (16) con los que sobrevivió en el tercer cuarto. Durante ese tiempo, España estuvo atascada y sin continuidad en su juego. La defensa permaneció algo lenta de reflejos y concedió muchas faltas quizá por falta de tensión y la frialdad del escenario competitivo. Con todo, el equipo tuvo la virtud de no irse mentalmente del choque cuando todo invitaba a hacerlo al verse nueve puntos abajo (14-23 en el primer cuarto) y se recuperó de la mano de su líder.
Juan Carlos Navarro (26 puntos y siete asistencias) es un tipo único que cuando deje de jugar a baloncesto habrá que volver a inventar. Podía perfectamente haberse tomado el día de descanso, pero un ganador como él sólo descansa cuando gana y tras una primera parte muy desacertada (1/8 en tiros de campo) y salpicada de polémica estalló con genialidades en los segundos 20 minutos donde anotó 23 puntos con 6/10 en tiros de campo. El escolta llegó a acumular 15 de los 17 puntos de España entre el tercer y cuarto período, momento donde España tomó la ventaja decisiva. Cuando él despertó, España también lo hizo y teniendo de escuderos a Rudy Fernández y Fran Vázquez (ambos 16 puntos) finiquitó la emoción del duelo. Los 33 puntos del último cuarto acabaron por darle la victoria.
Eslovenia disfruta de la frialdad del duelo
Como no podía ser de otra forma, el partido comenzó frío, siendo un correcalles sin control donde los balones se empeñaban en no entrar. Sólo el esfuerzo de los jugadores se merecía la recompensa del aplauso de la afición y de los compañeros del banquillo. El panorama era desolador: España acumulaba un 2/8 en tiros de campo y Eslovenia 2/7.
Estaba claro que el primer equipo que fuera capaz de quitarse de encima el bloqueo mental de los cuartos y se entonara tomaría el mando del encuentro. Desafortunadamente, esa selección fue la eslovena que, con un parcial de 7-0, se escapó en el electrónico a mitad del primer cuarto (5-12). Jaka Lakovic era claramente el jugador más enchufado del encuentro y acertaba de pleno en sus tres primeros triples. Nueve puntos que hacían estéril el despertar de Rudy Fernández. Sólo el balear (16 puntos) encontraba el camino del aro, mientras que al resto de compañeros éste suponía un muro infranqueable. Eslovenia no jugaba mucho mejor, pero al menos encontraba en la línea de 4,70 el punto donde mantener su ventaja al final del primer cuarto (16-23).
La cara cambiaba en la reanudación y dos acciones positivas en ataque de Fran Vázquez (16 puntos) querían meter a España en el encuentro. Aunque a ello también ayudó que poco después los árbitros no señalaran falta al gallego en una acción bajo el aro y Juan Carlos Navarro protestara enérgicamente. Después de comenzar con un 0/5 en tiros de campo, el escolta anotaba su primer triple y España seguía acortando diferencias (27-31). El problema es que aquellas quejas aceleraron a Navarro más de la cuenta, sus acciones se precipitaron (1/8 al final de la primera parte) y esa reacción se difuminó entre las protestas. Las interrupciones nunca le fueron bien a la selección española y ahora no era diferente (32-41).
El correcalles del inicio de encuentro se repitió en los instantes finales, pero en esta ocasión Álex Mumbrú acertaba para España y se recortaban las diferencias. El jugador del Bizkaia Bilbao Basket volvía a mostrarse muy efectivo el tiempo que estaba en pista. Mientras, las protestas cambiaban de bando y los eslovenos se quejaban del aumento de la dureza defensiva española. El arbitraje era desconcertante, variaba su criterio sin responder a una razón concreta y ahora parecía que ayudaba a una selección española que entre la zona y los dos contra uno a Lakovic reducía la diferencia eslovena a sólo tres puntos en el final de la primera parte (38-41).
La bronca calienta a la bomba
La reacción española se alargó tras el vestuario y un triple de Jorge Garbajosa seguido de una penetración de Rudy colocó a España por primera vez por delante en el encuentro (45-44). Durante 20minutos el partido costó despertarlo y calentarlo y tuvo que serla protesta y el pique quien lo hiciera. A Rudy le señalaron una técnica y en la siguiente jugada Álex Mumbrú se enzarzó con Becirovic. El problema de todo ello es que, sin jugar bien, Eslovenia estaba por delante en el marcador gracias a los tiros libres que concedía la defensa española.
Tanto Rudy (cuatro) como Mumbrú (tres) se cargaron de faltas y tenía que entrar Fernando San Emeterio a un encuentro gris y lento por las personales. Eslovenia convivió durante seis minutos con una sola canasta en juego, pero los 12 tiros libres les mantuvieron por delante del marcador hasta que Navarro entró en acción. El jugador del Regal F.C. Barcelona no había estado afortunado en la primera mitad pero el partido le había ido calentando y “la bomba” estalló para colocar a España uno arriba. Navarro encadenó minutos de excelencia baloncestística y el equipo porfiaba sus opciones ofensivas en las genialidades de un jugador que llegó a sumar 13 de los últimos 15 puntos del cuarto llevaban su firma. España conseguió concluir este tiempo con la máxima ventaja del partido (62-60), pero la sensación que dejaba el choque es que todo podía haber sido más favorable de no ser por los 16 tiros libres de los que vivió Eslovenia (un equipo que acabó con 2/10 en este tiempo).
Un aluvión anotador
El comienzo de último cuarto siguió con la misma tónica y Navarro extendió su romance con el aro con una nueva penetración. España tomaba el control del partido y un triple de Felipe Reyes era la clara confirmación de la mejoría del equipo (69-64).
Y es que el acierto de Navarro motivó a sus compañeros y todos empezaron a producir en ataque de forma contínua y diversificando las formas de matar a la defensa eslovena. De todos quien más claro lo vio fue Sergio Llull que sumó dos triples casi consecutivos para despertar un pique anotador con Navarro. Todo el desacierto y atasco que el partido mostró, quedó en nada cuando España despegó de la mejor forma que en el baloncesto se puede hacer, de tres en tres (84-73).
Eslovenia se disolvió como un azucarillo. Siempre se le acusó de falta de carácter y cuando el partido s ele puso complicado, sólo Miha Zupan opuso una mínima resistencia a la avalancha blanca de España. La selección hacía coincidir sus mejores minutos del partido con la entrada en el pabellón de José Manuel Calderón. El extremeño y todo el público asistente acabaron aplaudiendo al héroe del día. Juan Carlos Navarro selló su nueva exhibición anotadora con dos tiros libres y abandonó el partido con 26 puntos y dando a su equipo 18 puntos de ventaja (93-75). La grada hacía la reverencia al artista. España recuperaba la sonrisa gracias al carácter de un genio.
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