–¿Qué análisis hacés en este momento?
–Estoy digiriendo todo. Mucho no puedo analizar. De a poco voy a digerirlo para empezar otro camino.
–¿Cuándo tomaste la decisión?
–Después del partido me sentí un poco mareado y empece a pensar. Fui madurando la idea y llegué a esta decisión.
–¿Pediste el cambio en el partido con los Bucks?
–No, no lo pedí. Sí cuando salí y terminó el primer tiempo, me sentí mal. Las otras veces no pasaba, pero esta vez sentí que hasta acá había llegado.
–¿Cómo te dieron los análisis de salud que te hiciste allá?
–Los análisis me dieron bien acá en Portland. Ahora los va a ver otro médico, pero dieron bien.
–Luego del partido, antes de ir al médico, ¿ya habías tomado la decisión?
–Ya la tenía bastante avanzada. Pero, ahora, el riesgo lo valoro yo. Es una decisión de decir: “¿Qué hago?”.
–¿Vas a poder dormir esta noche (por ayer jueves)?
–Hace varias noches que no puedo dormir.
–¿Estás elaborando un duelo?
–No para nada. Es una decisión personal mía. Más allá de lo que te digan uno lo corre porque siempre da el máximo de las exigencias. Yo di eso hasta ahora y lo aceptaba, ahora es distinto.
–¿Con quién hablaste?
–Hablé con mi familia y con mi entorno, todos me apoyaron. También hablé en Portland con todos y estoy muy agradecidos por lo que me dijeron y el trato que me brindaron tanto el cuerpo técnico como mis compañeros.
–¿Quién fue el primero que te llamó?
–Manu (Ginóbilli). El me llamó apenas se enteró. Después me llamaron todos los de la selección, pero no recuerdo el orden.
–¿Qué imaginás para tu futuro?
–Nada. Tengo que ir viendo cómo evoluciona todo. Planes no tengo, hay que ver cómo se dan las decisiones.
–¿Estás con Julia (su hija), le dijiste: “Papá no juega más”?
–No, se lo voy a decir personalmente.
Nota. Gustavo Farias. Mundo D.
Foto. Martín Báez.
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