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Ni vencedores ni vencidos

Sería una estupidez, brindar algún ganador, en la salida del popular “Huevo” Sánchez del Club Quilmes. Por que la primera pregunta que surge es ¿Por qué se produjo? Y la segunda, ¿Quién gana en todo esto?. Claro, la sociedad necesita un ganador. Pues lamento decir que en esta relación no hay ni vencedores ni vencidos. Pierden ambos.

La historia que lleva al presente desencadenante, esta llena de sinuosos caminos, desprolijidades y objetivos diferentes. Cuando Oscar Rígano, que llevó adelante los destinos de Quilmes desde su incursión en Liga B hasta la temporada 98/99 de Liga Nacional, se bajó del barco, dejó una deuda superior a los 100 mil pesos y un contrato de alto valor con un técnico.

Por primera vez en su historia los dirigentes del club Quilmes debían hacerse cargo de la realización de Liga Nacional. La posta la tomaron los denominados “tres mosqueteros”, a saber, Eduardo Gelpi, Sergio Guerrero y Daniel Cotignola. La primera decisión que tomaron fue hablar con el “Huevo” para renegociar su contrato, ya que se llevaba el 60% del total del presupuesto.

El bahiense aceptó cobrar la mitad de su sueldo esa temporada y la otra mitad en los próximos dos años. Pero a cambio firmaron la continuidad del entrenador por un nuevo vínculo de dos temporadas más.

Hasta ahí todo cerraba. El “Huevo” ante una situación de encrucijada de la institución, dio su gesto para que todo siga y el club le devolvió otro con la continuidad. Paralelamente la producción deportiva también rindió méritos. Fue 8vo la temporada que volvió, 4to la siguiente y 3ero la recientemente finalizada.

No obstante, las cosas empeoraron en el medio. Cuando Oscar Sánchez firmó un contrato con Copetel para desarrollar una escuelita de básquetbol, lo hizo sin el permiso del club, incluso más, si surgía algún valor juvenil de Liga Nacional, quedaba a criterio del entrenador llevarlo al club que decida. Situación que irritó a los dirigentes. Es bueno aclarar que el técnico nunca tuvo participación con los juveniles del club, por más que los dirigentes se lo pidiesen. Por lo que el problema se acrecentaba.

De allí nace la famosa situación donde el “Huevo” se levantó de una reunión (en la que debía dar explicaciones) y los dejó hablando solos a los dirigentes. A partir de allí todo cambió. Fue el primer punto de la ruptura final. La relación entre entrenador y dirigentes fue cada vez más alejada. “Es indomable” dijeron.

La llegada de Oscar Cano a la Presidencia del Club fue otro punto conflictivo en la relación del club con Sánchez. Cano proviene de la rama del fútbol de la institución y ajenos a todos los problemas (y pasiones) del básquetbol tuvo que enderezar las finanzas, de la liga y del club.

Otra vez, la relación fue conflictiva: “Me trata como a un Kelper” ejemplificó Oscar Cano para dar un detalle más de lo que vivían por esos días. Mientras el aislamiento del técnico con respecto al club crecía hubo situaciones de jugadores que necesitaron la resolución de Comisión Directiva. Como ejemplos mencionaremos los desplantes muy poco profesionales de la estrella Milton Bell, y la anuencia de la dirigencia que irritaban al técnico. Luego las exigencias del entrenador, que con un presupuesto acotado, pretendía un equipo más competitivo. Después el pedido de corte de Oscar Arce en mitad de la temporada y los reproches dirigenciales de un contrato de dos temporadas.

Podrían verse también, como problemas que surgen en toda familia. La diferencia es que cada situación desgastaba más a la tirante relación. Y casi todo en términos pocos diplomáticos. No hubo por ninguna de las dos partes una claudicación en pos de mejorar el conflicto.

En tanto, se sucedieron en el medio 13 fechas consecutivas sin ganar, en la A1 de la temporada 99/00 y no hubo reproches, como no hubo grandes felicitaciones luego del histórico 5to partido en Córdoba dejando afuera a Atenas por primera vez de una semifinal de Liga. El carro seguía por inercia propia. La euforia deportiva tapaba el resto.

¿Por que se va Oscar Sánchez de Quilmes?

Con el tercer puesto en le bolsillo en la 00/01 (mejor ubicación histórica en la Liga), se suponía que el último año de contrato de Oscar Sánchez en Quilmes pasaría sin mayores inconvenientes. Pero la devaluación trajo consigo un problema: El contrato estaba en dólares. Y el técnico quiso un reajuste sobre lo estipulado y en la respuesta privaron dos situaciones: la imposibilidad de aumentar el ingreso de dinero para satisfacer las nuevas exigencias y la postura inflexible del entrenador.

A partir de allí la bomba activo su reloj y se aceleraron los procesos. Mientras la dirigencia actuaba sobre el nuevo plantel, el técnico no se metió en las negociaciones.

Ante las pocas contrataciones efectuadas y las negativas de algunos jugadores comenzó una caza de brujas sin sentido. Sánchez acusaba de impericia a los dirigentes y ellos acusaban algo raro en el tema que impedía las contrataciones.
Ambos estaban viendo fantasmas donde no los hay.

Repasemos la lista de jugadores pedida por el Técnico: Alejandro Reinick no firmó por la alta cláusula de rescisión impuesta por Pico FC (la misma que tampoco quiso pagar Libertad de Sunchales). A Alejandro Burgos se le ofreció muy poco, es cierto, pero tampoco es culpa de los dirigentes que los clubes jueguen a la ruleta rusa, que con grandes deudas, imponen en el mercado cifras muy altas (los clubes se están matando a sí mismos) y Quilmes sufrió el primer cachetazo del mercado.

Con el golpe de realidad, la lista siguió: Chiappero fue contratado y Simoni eligió Regatas, porque según una alta fuente de Pick and Roll, en Quilmes “las cosas estaban turbias” y prefirió la paz de San Nicolás

Después a Daniel Farabello le reservaron un 25 por ciento de aumento en el contrato para retenerlo, pero el jugador quiere seguir su vida en el exterior (aunque todavía no se sepa que hará), Matías Ibarra es pretendido por muchos clubes y su cotización se hizo elevada, Diego Cavaco se quedó y Pablo Gil firmó el mejor contrato del año para un jugador en su puesto en Libertad de Sunchales, con dos torneos internacionales por jugar(Quilmes no podía ni acercarse al número de Libertad).

Después Juan Manuel Iglesias, eligió por su esposa, cuñada y la relación con Alejandro Ferrari para quedarse en San Nicolás, Y Julio Mázzaro (único caso si se quiere sin sentido) fue tentado por la mano hábil de Sergio Hernández en Olavarría.

Como se ve, ni Atenas puede confirmar jugadores y en Quilmes hubo todo tipo de críticas.

Síntesis: El huevo no se va por un problema económico, ni siquiera por uno deportivo, la ida se produce por la mala relación con los dirigentes ya que nunca se llegó al terreno del diálogo. Situación indispensable para limar diferencias. En vez de estar hombro con hombro paleando la situación, caminaron cada uno por veredas distintas. Y el resultado fue lógico: los caminos se separaron.

Pablo Tosal

www.pickandroll.com.ar

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