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Abróchense los cinturones

Erik Spoelstra acaba de ser nombrado el DT del mes de diciembre de la conferencia Este por la NBA (Popovich fue el del Oeste), un galardón que está más que merecido para quien conduce a los Miami Heat, el equipo de mejor récord en los últimos 31 días de 2010.

Las discusiones, críticas y rumores turbios acerca de su continuidad parecen haber quedado en el olvido, se fueron con el viento y con el correr de los partidos. Tanto Spoelstra como sus dirigidos están atravesando un gran momento en el que comienzan a consolidarse como grupo dentro de la cancha al mismo tiempo que el récord toma la curva ascendente.

Los Heat ya se posicionan en el segundo escalón de la conferencia Este, a solo medio juego de los Boston Celtics (25-7), con un registro de 26 victorias y 9 derrotas, y lideran la división Southeast. En diciembre arrasaron: Solo perdieron uno de los dieciséis partidos que disputaron (10/10 como visitante): Llevan 5 victorias seguidas, mientras que ganaron 18 de sus últimos 20 encuentros. Arrancó la máquina.

Todo podría irse por la borda, falta una eternidad todavía para la época de los playoff. Sin embargo éste no parece ser el caso. La acefalía ofensiva y el “vedettismo” se dejaron de lado en un equipo armado alrededor de una gran parafernalia que se le volvió en contra en un principio, pero que ahora está sabiendo sobrellevar en base a la demostración adentro del rectángulo todo lo que prometió fuera de él.

Conjuntamente, la armonía entre el monstruo de tres cabeza parece una realidad. Dwyane Wade encabeza a los Heat con una media de 24.5 puntos (49 %), al tiempo que también promedia 6.5 rebotes y 4.3 asistencias por partido; Por su parte, LeBron James lo sigue con 24.4 tantos (47.5 %), 6.7 tableros y 7.3 pases gol, al tiempo que los números de Chris Bosh son 18.6 puntos (51.3 %) y 8.2 rebotes. Tanto “D-Wade” como el “Rey” se reparten los tiros por encuentro con 17.2 y 17.3, respectivamente, mientras que el ex Toronto efectúa 13.9 lanzamientos por noche.

Uno de los mayores problemas que aquejaban a los Heat en el inicio de la temporada era el de la falta de una idea clara de juego. La posición del base es la más floja en el rico plantel que formó Pat Riley. Desde un principio pensaron tanto en Wade como en el mismísimo LeBron para llevar- de a ratos - la bola. Pero la fluidez brillaba por su ausencia, y de inmediato Miami caía en el poder de sus individualidades para salir del “bache”, lo que generaba que todos jugaran un uno contra uno y la ofensiva fuera tierra de nadie.

El nivel individual de sus estrellas comenzó a maquillar el problema como así también la capacidad defensiva que han desarrollado: Los Heat son el tercer mejor equipo defensivo de toda la NBA con un promedio de 92.3 puntos en contra por partido, al tiempo que es el octavo en cuento a rebotes propios (42.8) y permitidos (39.9).

Miami tendrá un duro comienzo de año ya que deberá disputar seis de sus próximos siete partidos como visitante, entre los que se encuentran viajes a Chicago y Denver. Por el momento les ha ido bastante bien fuera del American Airlines Arena: Solo perdieron 5 partidos en 17 oportunidades.

La exposición mediática que alcanzó James y sus Miami Heat no cayó bien en ningún lado, salvo en South Beach donde todos se subieron al carro. El perfil bajo no se hizo para LeBron y sus muchachos, y por eso el ojo crítico está puesto sobre ellos desde un primer momento. El equipo recogió el guante y muestra sus dientes.

Sebastián Ciano
Twitter @Seba_Ciano
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