Sconochini vive de una manera especial integrar este grupo de jugadores que aspira al sueño de llegar lo más alto posible en el próximo Mundial. Simplemente la define como “una gran familia que se reúne una vez al año”. Para algunos el objetivo es mejorar el octavo puesto, para otros estar entre los seis mejores, pero íntimamente todos sueñan con las semifinales.
“Tenemos que estar con los pies en el piso”, parece ser la consigna principal del equipo de Magnano. Ni hablar de comparar la selección de fútbol con la de básquet. Ninguno de los jugadores se hace eco de los que buscan revancha con este plantel después de la frustración de Corea-Japón.
En el cuarto día de entrenamiento en la ciudad de Colón, el seleccionado trabajó muy duro en lo físico con algunos problemitas propios del arranque. “Todavía es muy prematuro para decir cómo estamos”, deslizó Sconochini.
En cuanto a la ida de Juan Espil por problemas personales, el capitán del equipo dijo que son cosas muy delicadas. “Juan es una excelente persona y es muy importante en el grupo. Si él decidió esto nosotros estamos con él”, concluyó.
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