Magnano informó ayer que Andrés Pelussi, afectado por una pubialgia, sigue siendo el único de los 15 que no está participando del triple turno de entrenamiento. “Sólo hizo fisioterapia y un trabajo aeróbico”, explicó y es evaluado de cerca por el médico del plantel Horacio Pila, para determinar si seguirá o no afectado al plantel.
Hoy la delegación repetirá lo realizado en estos días (pesas y trabajos en cancha) y mañana sólo trabajará hasta el mediodía, porque tras ello el plantel se desconcentrará hasta el lunes. Ese día, toda la troupe se trasladará a Córdoba, donde se pondrá en marcha la segunda etapa, que incluye un partido amistoso ante Uruguay, el jueves 8 a las 21 en el polideportivo Carlos Cerutti.
“Lo encontré muy bien”
Magnano se mostró satisfecho por la evolución del grupo. “Lo veo compenetrado con el objetivo”, agregó el cordobés en la conferencia de prensa que se realizó ayer en el Hotel Quirinale de Colón, a la que además asistieron el intendente de esa ciudad, Mariano Rebord, el presidente del club La Unión, Carlos Delasoie, el jefe de la delegación argentina, Humberto Chevenir y los jugadores Leandro Palladino y Daniel Farabello.
En otro párrafo, Magnano agregó: “Hay jugadores en este seleccionado que han sido dirigidos por el mejor entrenador de la NBA o Europa, pero sin embargo, creo que el mensaje que tenemos es claro. Creemos en eso y no tenemos reparos en absoluto”.
“Soy sumamente honesto en el trabajo y hay otra cosa muy importante: el cuerpo técnico tiene que ser lo suficientemente inteligentes para de pronto admitir algún mensaje vertido por los jugadores para que se pueda insertar dentro del equipo”, finalizó el entrenador cordobés, quien dirigirá por primera vez a Argentina en un Mundial.
Por eso asombran, a los que alcanzaron a observar alguna parte de los secretos entrenamientos , la disciplina y seriedad, la responsabilidad y entrega que muestra toda la delegación. “Se están entrenando con una garra tremenda y nadie escapa a la dureza del trabajo”, confesó Mouche.
“Aquí, por ejemplo, no se sirve la comida hasta que no están todos sentados a la mesa y nadie se levanta si alguien no terminó de comer... Tampoco se atienden los celulares. Son aspectos que se fueron dando por el respeto y por la calidad humana de estos jugadores”, acota Magnano.
La elaboración del sueño mundialista marcha tan bien y el sacrificio es tan significativo que el técnico comenzó la flexibilizar los horarios de atención a la prensa y a brindarles más tiempo de relajamiento a sus jugadores. Claro que existe un lugar que el periodismo no puede ni pisar; es ese santuario donde el silencio reina y sólo se escucha alguna que otra broma o una carcajada en el instante en el que los ejercicios se interrumpen para tomar agua. Es una buena señal, como para seguir soñando, ¿no?
Fuente: diario La Nación, Olé y Especial
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