Pese a que Campana no aseguró que va a dejar el básquet, todo parece indicar que así será. Porque en los últimos días le dijo que no a una oferta de uno de los clubes más importantes de la Liga, Estudiantes de Olavarría, actual subcampeón. Es que el deseo de Pichi es no mover a su familia de Córdoba, donde está radicado y a donde volvió una y otra vez en los dos últimos años, defendiendo la casaca de Boca.
Además, Campana está muy dedicado a la Fundación Corazoncito, de la que es uno de sus fundadores. La misma se dedica a ayudar a los pequeños afectados por problemas coronarios, ya que una de sus hijas padeció serios inconvenientes y ahora está recuperada. Es una tarea humanitaria que le requiere tiempo y a la que se dedica con entusiasmo.
La única alternativa por la cual Campana podría seguir jugando es si lo fichara Atenas, el club cordobés actual campeón y para el que jugó en siete temporadas y con el que se coronó en cinco ocasiones, además de los múltiples logros en el plano internacional. Pero por el momento tiene las puertas cerradas en la prestigiosa entidad, porque su actual presidente, Felipe Lábaque, dijo que Campana no volverá a esa institución mientras él esté en la presidencia.
Algunos problemas insalvables producidos hace tres años, cuando Pichi se desvinculó no del modo ideal, produjeron esa ruptura.
No quiere adelantar nada, todo lo dirá en la mencionada conferencia de prensa. Según los antecedentes, no se conoce de una reunión con el periodismo para informar sobre un nuevo contrato. Campana va a cumplir 38 años en noviembre, desea tener a su familia en su ciudad y todo parece indicar que llega al final una fructífera carrera, porque el mayor goleador de la liga mantiene un promedio de 23 puntos por partido a lo largo de diecisiete temporadas.
Habrá que esperar unos días más. El propio Campana lo va a decir. Seguramente no sentirá el gran placer de tantas noches de gloria.
Fuente: Guillermo Calvar. Clarín
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