España nunca dio opción a su rival, siempre a remolque y con serios problemas para superar la sólida defensa del combinado entrenado por Javier Imbroda, quien un año más parece haber sabido impregnar con fuego sus consignas: defensa aguerrida y alegría ofensiva. Salió bien, casi a la perfección, y España dejó en Estepona la sensación de que las cosas marchan bien, muy bien. Y es que España genera optimismo por los cuatro costados mientras sus rivales, como Yugoslavia o Canadá, sufren duros reveses que incitan al pesimismo.
Ni siquiera la baja de Pau Gasol, que no por esperada deja de ser preocupante, hizo descomponerse a un equipo alegre y valiente pero también disciplinado y agresivo. Las buenas vibraciones emitidas hacía del partido una ocasión propicia para banco de pruebas. Javier Imbroda así lo entendió y probó interesantes variantes tácticas, así como situaciones de juego inesperadas como ver a Navarro y Lucio Angulo jugando de 2 y 3 o, en las mismas posiciones, a dos aleros altos como José Antonio Paraíso y Carlos Jiménez. Otros jugadores, como Oriol Junyent o Felipe Reyes, dispusieron de más oportunidades ante la decisión de Imbroda de rotar mucho más que ante Rusia a Garbajosa y Alfonso Reyes.
España fue netamente superior a Australia en casi todos los aspectos, pero apabulló a los Boomers en uno muy concreto: el rebote. El trabajo de los cuatro pívots españoles y la buena labor cargando el rebote de los aleros permitieron a la selección nacional superar con comodidad a Australia. Ante la impotencia para batallar con España por los rechaces, los principales pívots aussies, Anstey y Ronaldson se cargaron rápidamente de faltas, facilitando aún más la labor de España.
Otro factor que ejemplariza el gran partido disputado por el equipo nacional es el altísimo nivel de acierto en los triples. Muchos expertos señalan que el punto débil de esta selección está en el tiro exterior, pero Navarro y compañía se están empeñando en acabar con esa corriente de opinión. Hoy masacraron a Australia, exhibiendo un alto porcentaje de acierto que volvió loca a la defensa aussie.
Por ahí empezó a morir Australia. Sin conocer a los jugadores españoles, cometió el gravísimo error de dejar tirar completamente solo a Jorge Garbajosa. Y el pívot de Torrejón no desaprovechó la ocasión, colocando dos triples mientras estilaba una sonrisa asesina. Una técnica al protestón entrenador australiano, Brian Goorjian, y la facilidad de España para penetrar y dividir acabó por disparar la renta española hasta el 28-18 que cerró el primer cuarto.
Australia, gracias a su juego a tirones, se mantenía abajo entre 10 y 15 puntos e impedía una fuga definitiva de España, que “sólo” ganaba al intermedio por 13 puntos: 49-36. Sin embargo, poco duró esa tímida oposición aussie. Y es que tras el descanso, España tardó bien poco en disparar su renta por encima de los 20 puntos.
Con el partido completamente decidido, España aprovechó para coger confianza, dar espectáculo y permitir a los aficionados que llenaron el pabellón de La Lobilla en Estepona disfrutar de la fiesta del baloncesto. Al final, el equipo español se impuso por 91-71.
Pablo Malo de Molina
ACB.COM
DEJA UN COMENTARIO