El inicio del juego marcó el semblante de lo que fue el partido. Puerto Rico comenzó mejor que Panamá apoyándose en un productivo José Juan Barea y en el orden que le imprimía el jugador de Boston Carlos Arroyo. Por el lado de los panameños, poco y nada. En el cuarto sólo anotaron 8 puntos (marcaron 3 jugadores). A medida que fueron pasando los minutos, los de Melendez fueron alargando la distancia que al final del período inicial fue de 10 tantos: 18 a 10.
En el segundo cuarto Puerto Rico remarcó que era más que Panamá apoyándose en sus NBA Barea y Renaldo Balkman en el costado de ataque. Panamá demostró en este tiempo su pobreza en cuanto a juego. Continuó apostando al uno contra uno que jugaba su jugador estrella Gary Forbes aunque generalmente no rendía. Por el lado de los dirigidos por Flor Melendez las respuestas ofensivas llegaban tanto por las penetraciones de Javier Mojica, la conducción de Carlos Arroyo y por la intensidad de Balkman. En tanto Panamá hacía agua por donde se lo mire y su producción no era buena. A falta de 4 minutos el marcador indicaba 33 a 16 a favor de Puerto Rico. A pesar de la desventaja Panamá intentaba tímidamente acercarse con algo de Jaime Lloreda en el poste bajo de espaldas al aro. Con un poco de eso sumado a una merma defensiva producida, quizás, por la tempranera ventaja que encontraron los de azul, Panamá logró descontar la distancia a 13 para que la primera mitad se vaya 41 a 28 a favor de los puertorriqueños.
El último tiempo comenzó parejo sin un buen juego de ninguno de los dos equipos. Aunque a medida que fueron transcurriendo los minutos Puerto Rico mantuvo su ventaja. Promediando el cuarto la diferencia era de 16 (50 a 34). Pero no sólo se notaba esta distancia en el colorido e informativo tablero electrónico del estadio, también se percibía en el rectángulo con un Puerto Rico que, sin lucir demasiado, le alcanzaba para ser superior a su rival. Para Panamá, en este cuarto, se vio algo interesante de Rubén Garces. Sin embargo no cambió demasiado el resto del cuarto. Los panameños en ningún momento pudieron acercarse a un Puerto Rico que rotó permanentemente su banco para darle descanso a los jugadores que va a necesitar más adelante. El tercer cuarto finalizó 66 a 46.
El último cuarto no cambió absolutamente nada. Sirvió únicamente para que se completaran los cuarenta minutos reglamentarios. Puerto Rico no sólo mantuvo la diferencia sino que por momentos a alargó la distancia llegando a la máxima que fue de 24 tantos (82 a 58) cuando restaban 4 minutos para el epílogo. Con varias perdidas por parte de Panamá y buenos contraataques de Puerto Rico la diferencia final llegó a ser de 33 para que el marcado señale un contundente 66 a 99 a favor de los puertorriqueños.
El dato de color, que además es prueba fehaciente de la rotación que practicó Flor Melendez, es que en su equipo anotaron los doce jugadores.
Martín Candalaft – Mar del Plata (enviado especial)
Twitter:@m_candalaft
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