Esta semana habrá algo más de paridad en la competencia. Los ocho equipos que quedaron para la segunda fase tienen un buen nivel y equilibrio teórico de fuerzas, aunque Argentina sigue estando un paso arriba de todos.
Canadá será desde hoy la primera prueba Argentina en la segunda fase. Es un buen rival con argumentos para plantar un juego duro. Su fortaleza radica en Joel Anthony, su pivote rebotero, defensor, duro. La personalidad de Jermaine Anderson que viniendo desde la banca asume el rol de tiro exterior (38.9%), en una selección que no tiene favoritos para la ofensiva, ayudado por Carl English (10.5 pts) que hasta ahora tira más y emboca menos (16/35 de campo).
Si alguien la tira ese es el escolta de New York Knicks, Andre Rautins, que lleva 8/25 en triples (32%). Esperemos que no se despierte esta noche. Tarea para Manu Ginóbili y Carlos Delfino.
Canadá le hizo un gran partido a Brasil pero sin gol, resignó sus chances de ganar (57-69) y perdió también contra Venezuela (98-103) en un juego opuesto ya que fue a todo gol. Esas dos caras, la de partido cerrado y partido abierto lo definen: es un equipo peligroso e irregular. Lo que sucedió con Venezuela parece más una eventualidad ya que cuanto mayor sea el goleo en el partido menos chance de ganar tiene Canadá.
Argentina también fue irregular. No obstante la selección de Lamas dejó alguno números muy claros, como ser el 3er equipo más goleador del torneo (85.2) y el menos goleado con 62.0 pts en contra. Ganar la primera fase con una diferencia de +23.2 es digno de destacar. No obstante hasta el propio Manu Ginóbili, y el resto de sus compañeros, entendieron que el primer tiempo con Puerto Rico y los primeros 20 minutos ante Panamá son llamados de atención que en el cruce decisivo no pueden ocurrir.
El técnico fue encontrando respuestas en sus buques insignias y sus jugadores de rol para la ocasión necesaria, como Jasen contra Puerto Rico y Quinteros contra Uruguay y Panamá. La recuperación de Fabricio Oberto es una noticia muy positiva para la selección y sobre todo la sensación de dureza defensiva es una tranquilidad sabiendo que incluso en una mala noche la Selección hará 75 puntos. No sé si el rival podrá hacerlo.
El único párrafo que nunca pensé escribir es el siguiente: La selección le está costando jugar de local. En el juego con Puerto Rico quedó claro. Esta Generación de oro ganó en todas las canchas del mundo, con público a favor y en contra. No necesita de la gente, ni para jugar fuerte, ni duro. Más bien se nota la carga de responsabilidad, de no defraudar, de tener que cerrar el partido en el primer cuarto. Con toda la experiencia que podemos enumerar de esta selección parece raro la mochila de presión que se cargó.
Esa imagen de Ginóbili pidiendo aliento a la gente en el festejo de un triple contra Puerto Rico es claramente una imagen muy rara de ver. Son humildes y jamás demagogos, por eso es raro, porque si Ginóbili necesitó de que el público se contagie y confíe con su aliento es porque el grupo lo está necesitando. Y bien sabemos que esta selección juega contra Vietnam de visitante… y gana.
Es mejor que la entrada en calor haya sido en la primera fase. Ahora los cruces se vuelven vitales para llegar la con la ventaja de ser el 1 de la segunda fase y cruzarse contra el rival más débil en semifinales. Lo que no asegura nada, pero mejor achicar riesgos.
Foto: Gentileza Ligateunafoto.com
Pablo Tosal
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