El partido empezó a bombazo puro por parte de los dos equipos. Brasil comenzó mejor por la gran efectividad de Marcus Vinicius en tiros de tres y lo que produjo en el poste bajo Tiago Splitter. Por su parte, Puerto Rico confiaba en los puntos llegados por los triples de Ricky Sánchez y las acciones aisladas de Barea pero que fueron escazas. A los dirigidos por Flor Meléndez les costó muchísimo defender y por momentos no encontraron la manera de contrarrestar los embates brasileños. Un doble de Arroyo en el final redujo a 14 la distancia brasileña al término de este cuarto: 29 a 15.
En el segundo cuarto quedó aún más evidenciado que la falta de Daniel Santiago en la defensa de los hombres grandes es determinante en el sistema defensivo de Puerto Rico. Se le hizo muy difícil tanto a Balkman como a Sánchez poder frenar a Splitter. Además, las ofensivas de los caribeños no daban resultados. También productivo el juego de Marcelo Huertas desde la base del conjunto dirigido por Rubén Magnano. En la mitad del cuarto la ventaja de los de verde era de 13: 36 a 23. En los minutos siguientes Brasil siguió demostrando un mejor juego ofensivo y el partido comenzó tornarse caliente con algunos roces y empujones incensarios entre Galindo y Rafael. El conjunto sudamericano mantuvo la diferencia e incluso la estiró gracias a la buena tarea ofensiva de Machado. Al final del cuarto Brasil ganaba 47 a 30.
El inicio del tercero no sólo fue de Brasil, fue de Splitter. Un parcial de 6-0 del pivot de San Antonio Spurs le permitió a los dirigidos por Rubén Magnano alejarse aún más en el marcador e ir sellando las chances de Puerto Rico de acercarse. Por su lado, los puertorriqueños no sólo fueron un verdadero colador en defensa sino que en ataque no propusieron nada y llamó poderosamente la atención la falta de gol proveniente de la escasa imaginación a la hora de crear juego. La dupla Arroyo/Barea (tan elogiada en crónicas anteriores de este torneo) estuvo ausente. No les salió prácticamente nada de lo que propusieron. De esta manera el tiempo transcurrió y el conjunto de Sudamérica siguió alargando la diferencia. El final del tercero indicaba 77 a 49.
En el epílogo no sucedió más nada. La rotación comenzó a funcionar en ambos bandos y los jugadores con menos minutos tuvieron chance de mostrarse. El desarrollo del juego distó bastante de lo que se preveía antes de comenzar. Lo mismo sucedió con el resultado que al cabo de los 40 minutos indicó una victoria de Brasil por 94 a 72
Puerto Rico no fue Puerto Rico. Tuvo su peor partido desde que llegó a Mar del Plata y deberá cambiar radicalmente si quiere pelearle la clasificación a Londres al equipo local. Por su parte, Brasil jugó muy bien y logró encontrar por momentos un funcionamiento aceitado y con muchas variantes tanto ofensivas como defensivas. El conjunto de Magnano se convirtió en seria amenaza en este torneo y ahora deberá ratificarlo cuando el sábado se mida ante República Dominicana en las semifinales.
Martín Candalaft
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