Siempre es saludable que el equipo gane, pero según se sostiene, las derrotas permiten ver mejor los defectos. Cuando Daniel Rodríguez llegó a Mar del Plata se apresuró a decir que el equipo tenía que sacarse el miedo a perder “Sólo perdiendo los primeros 10 partidos podremos jugar como queremos”, sostuvo.
Por tal motivo, anoche, ante su gente, Peñarol fue un grupo de individualidades que comienzan a conocerse, que empiezan a concebir un concepto grupal como idea táctica. Y de paso cada uno quiere demostrarle al Técnico que es lo que puede dar.
Si el partido sirve para ir analizando que se verá en la Liga para Peñarol, entonces veamos:
El inicial fue Diebold, Tato, Locatelli, Bianco y el vasco Aispurúa, pero esta visto que con la rotación desde el banco de los suplentes que el “Zeta” propone no hay titulares ni suplentes.
En defensa, Peñarol se plantó en hombre, con presión de mitad de cancha para atrás, por momentos doblando al hombre con balón, pero deberá ensayar mucho ya que la defensa del pick and roll fue vulnerable, y los cambios dejaron varias veces emparejados un “petiso” con un grande rival.
Por otra parte, Hubo tiempo para el recuerdo, ya que la aparición de Gustavo Bianco, además de un gran hallazgo y una esperanza, también hizo recordar a un viejo goleador que pasó por mar del plata: Joe Bunn. Rico en recursos técnicos para la ofensiva, con un cartel que dice “Aro” entre ojo y ojo, Bianco otorga ventajas defensivas. Es oportuno para el rebote, tiempista, sabe donde moverse pero con su 1.95 como ala pivote da ventajas en el poste bajo. Anoche cerró su planilla con 34 puntos 13/16 en dobles y 8/13 en libres más 10 rebotes (3 en ofensivas) y 6 pérdidas.
Y si anoche Peñarol sufrió 114 puntos en contra, no es para alarmase, pero la característica de este equipo, se intuye, será esta. Golea y será goleado, porque propone un juego abierto y rápido.
Claro que como Conarpesa, (un equipo de Liga nacional) tiene un perímetro de lujo, cada pelota perdida (17 en total) en la primera línea defensiva fue un contraataque fácil para los del sur. El primer tiempo de Mauricio Pedemonte y Eduardo Villares, más el segundo del “Tati” Del Sol fueron como para que Pablo Coleffi este más tranquilo de cara a lo que viene.
En ofensiva, Peñarol quiso ser práctico, pero muchas veces este concepto se confundió con “resolver de cualquier modo”. Y esto fue un error. A pesar de que el sentido grupal dejó 17 asistencias en equipo, apresuradas decisiones con el aro dejaron mal parada la defensa y muchas veces Conarpesa corrió el contraataque con Peñarol volviendo desarticulado. Como concepto final, el ensayo fue bueno. Para ambos.
Para Peñarol la historia seguirá en Buenos Aires (se confirma hoy) con dos amistosos, ante Boca y Obras. Por otra parte sumó un juvenil más ya que arregló Juan Jasen proveniente de Bahía Blanca. Su hermano Hernán -jugador de Estudiantes de Madrid- le compró el pase a Leandro N. Alem.
Síntesis:
Peñarol: Diebold 0, S. Rodríguez 15, Locatelli 19, Bianco 34 y Aispurúa 8 (FI); Tagliotti 8, Abbadie 10 (x), Sánchez 4 (x), Van Gool 2 y Viola 0.
Conarpesa: Del Sol 12, Pedemonte 21, Villares 20, Nóbile 10 y A. Rodríguez 7 (FI); Treise 2 (x), Casemayor 8, Iturria 6, Marani 11, Stanford 14, Aguirre 0 y Coraza 3.
Estadio: Polideportivo Municipal.
Árbitros: Fernando Sampietro-Matías Gabé.
Parciales: 29-29, 50-53 y 69-86.
Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar
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