Una de las cosas que se reforzó con el inico de la competencia oficial es la seguridad. Son estrictos los controles que están dispuestos para cada sector de los estadios. Pasar de un escenario a otro significa hacer el trámite correspondiente de inspección previsto para el desarrollo del torneo.
De todas maneras, en el downtown de Indianapolis se respira un clima de tranquilidad e incluso de noche se muestra como una ciudad segura. El despliegue que provoca la realización de un mundial lleva a que las medidas de prevención sean empleadas al máximo pero sólo en los lugares donde es incesante el tránsito de simpatizantes, delegaciones y periodistas de todo el mundo.
En el primer día del certamen, las calles de Indianapolis comenzaron a recibir el colorido de los hinchas. Esta mañana en la esquina de Illinois y Washington Street brillaba la camiseta de Boca Juniors que calzaba un argentino entusiasmado con el debut del seleccionado para esta noche.
Mientras tanto, dos calles más allá un grupo de turcos sacaban las banderas de su país por la ventanilla de su auto rentado y saludaron con bocinazos a una larga fila de chicos con remeras rojas y blancas que aguardaban por su ingreso al RCA Dome para alentar a Turquía ante Puerto Rico. Antes, en el primer juego que albergó el Conseco Fieldhouse, no más de cuarenta hinchas de Angola no se cansaron de festejar desde las tribunas (con escasa concurrencia en general) cada acción de su seleccionado ante el poderoso Yugoslavia a pesar de la derrota segura.
Como no podía ser de otra manera, el sinónimo de Argentina en el exterior es Maradona. Es por eso que no faltó el argentino que se trajo al mundial una casaca argentina con el apellido del astro futbolistico para lucir en la platea.
Pero como las sorpresas nunca paran, hubo tiempo para conocer a un brasileño amante de nuestro básquetbol que al escuchar el nombre de Mar del Plata y de Argentina inmediatamente dijo: “Milton Bell!”. Sí, Milton Bell. El rasta que hasta hace unos años jugaba en Quilmes de Mar del Plata y enamoró a la hinchada cervecera. Aquí en Indianapolis, en un ambiente netamente basquetbolístico, un brasileño no relacionó Argentina con Maradona sino que escuchó Mar del Plata y dijo Milton Bell. Increíble. Aunque es evidente que al caribeño carisma no le falta.
Florencia Cordero
www.pickandroll.com.ar
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