La bomba había estallado. Cuando parecía que el futuro destino de Chris Paul comenzaría a tener los dimes y diretes de las novelas de los mercados del receso, todo se había resuelto antes de la fecha de apertura para que los jugadores puedan firmar sus nuevos acuerdos.
Al menos por una horas Paul fue jugador nada menos que de los Lakers, lo que simultáneamente convirtió - por el mismo lapso - a Luis Scola en parte de los New Orleans Hornets a través de una transacción que involucraba también a los Houston Rockets, quienes se hacían de Paul Gasol.
Sin embargo el día no terminó feliz para ninguna de la partes, sobre todo para New Orleans, quien estaba muy ilusionado con lo que habían conseguido (además del Luifa hubiesen pasado Lamar Odom, Kevin Martin y Goran Dragic). David Stern vetó la transacción y todo debió volver atrás.
Según explicó Tim Frank, vocero de la NBA, el bloqueo se debió a “razones basquetbolísticas”, aunque es casi un secreto a voces que hay algo más escondido detrás de esas palabras. Un grupo de propietarios puso el grito en el cielo y presionó a Stern para que tomara esta decisión con el argumento que todo lo que se luchó durante el lockout no había servido para nada si otra estrella más pasaba a un equipo que pertenece al tan mencionado “mercado grande”, que continúan haciendo diferencia con los más modestos.
Así las cosas, el escándalo explotó en el mundo NBA desde todos los sectores. Los ya mencionados dueños que, enojados, de alguna manera impulsaron a que Stern bloqueara la operación, la prensa castigando esta revolución mediática; Por su parte, Chris Paul quería comenzara acciones legales contra la liga y Dell Demps, General Manager de los Hornets, también se mostró indignado y dijo no tener consuelo.
El acuerdo que había logrado Demps era conveniente para los Hornets. La situación de Paul era (y ahora continúa siendo) insostenible, y se ven entre la espada y la pared ya que su jugador franquicia no tiene intenciones de continuar vistiendo la misma camiseta. Ante este panorama, en New Orleans comenzaron a pensar en las situaciones que más se adaptaran a sus necesidades, que no son otras que la de no salir tan perjudicados ante la partida del base.
Y si bien la ausencia de Paul traiga consigo una reconstrucción casi obligatoria, la transición es más fácil con buenos jugadores. La llega de un talento como Scola le da muchas posibilidades bajo las tablas a Monty Williams, que cuenta con Emeka Okafor. Asimismo, debe resolver la situación de David West (agente libre), la otra gran figura del equipo.
Además, la versatilidad de Lamar Odom para jugar de cuatro/tres más la cuota goleadora de Kevin Martin y un base que sabe jugar como Goran Dragic no son valores para nada despreciables. Se podría haber conformado un muy buen equipo para salir a flote en una nueva era.
Ahora queda en el aire no solo el traspaso sino también la conciencia de los jugadores que saben que sus respectivos equipos intentaron enviarlos a otro, aunque Luis Scola le contó al programa “Uno contra Uno Radio” que no está enojado con los Rockets, porque entiende las reglas del juego.
La danza de los nombres continúa sin tregua, y a partir de hoy los rumores podrán rubricarse. Todos atentos.
Sebastián Ciano
Twitter: @Seba_Ciano
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luis 09/12/2011
la franquicia de New Orleans es de la NBA. no tendrá eso algo que ver?
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