En Los Angeles se respira un aire especial por estas horas. Nada tienen que ver sus pintorescas playas, el glamoroso Hollywood y mucho menos la lujuria de Rodeo Drive. Casi por única vez en la vida, los responsables de la euforia en la ciudad californiana son los Clippers.
La franquicia fue fundada en 1970 en Buffalo; Allí permaneció hasta el 1978 para luego pasar a la cuidad de San Diego, donde adoptó el nombre que mantiene hasta hoy (antes se llamaban Braves) e hizo de local hasta 1984, año en el que se trasladó hacia Los Angeles. A la sombra de los Lakers por los siglos de los siglos, el “equipo chico” de L.A siempre estuvo acostumbrado a deambular por las penumbras de la NBA.
Los Clippers son un equipo que está plenamente acostumbrado a perder: En 41 años de historia solo pudieron clasificar siete veces a los playoff (cuatro insalados en Los Angeles), al tiempo que desde 1984 solo lograron terminar con récord positivo en dos oportunidades (1991/1992 y 2005/2006) y en una (92/93) finalizó con la misma cantidad de victorias que de derrotas.
Pero hoy la historia comienza derecha y por primera vez pueden afirmar que lograron mojarle la oreja a los primos púrpura. La noche anterior al inicio del mercado de agentes libres Chris Paul fue, por unas horas, jugadores de los Lakers. El polémico veto de David Stern al traspaso obligó a los Hornets a dar marcha atrás y buscar otras opciones.
Luego de unos días de incertidumbre, finalmente Paul pasó a L.A pero para vestirse de rojo, azul y blanco. A cambio, los Clippers enviaron a Eric Gordon, Chris Kaman, Al-Faruq Aminu una elección de primera ronda previamente adquirida por los Minnesota Timberwolves.
De buenas a primeras, Vinny Del Negro cuenta con un plantel interesante para aspirar a dar buen espectáculo. En el perímetro, además de Paul aparecen Mo Williams, el prometedor Eric Bledsoe y nada menos que Chauncey Billups, víctima de la cláusula de amnistía por accionar de los Knicks. Asimismo cuenta con Randy Foye.
Caron Butler es otra de las caras nueva de estos Clippers. El ex Dallas Mavericks viene de una lesión que lo marginó por varios meses de las cancha, y si regresa en buena forma será un refuerzo de jerarquía en la posición de alero. Mientras tanto, en la pintura hay un tándem que mete miedo con Blake Griffin y DeAndre Jordan, un pivot de 2,11 al que le renovaron el contrato y era uno de los más requeridos del mercado de agentes libres.
Dado el acotado calendario, los Clippers jugarán sus dos compromisos de pretemporada justamente ante los vecinos Lakers. Chris Paul enfrentará el próximo lunes y miércoles a quien de alguna manera fue su equipo. Hoy está llamado a ser el salvador de los Clippers.
Sebastián Ciano
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mariano salgado 16/12/2011
que buen periodista te hiciste seba, abrazo
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