Nunca faltan en las arduas discusiones de la vida, los maximalistas y los mercaderes del “todo bien”, aquellos de los que han hecho de “Carpe Diem” un mito. Entonces se escucha por estas horas algo así como: “ No se perdió una medalla de oro, se ganó una de plata”.
- Perdón amigo, ¿Quién le dijo semejante mentira?
-Ud, Tosal, hace dos días, dijo que ganamos la plata.
- Pero eso fue hace dos días, cuando le ganamos a Alemania. Ahora, en la final, jugamos por la de oro, no por la de plata.
- ¿Pero no era que este momento histórico del básquetbol era más de los soñado?. Ud no se conforma con nada
- A ver, tratemos de entendernos. La actuación del seleccionado argentino en el mundial de Indianápolis empezó a hacer historia desde la victoria a Rusia en la primera ronda, ¿ok?
- ta bien
- Sigo. Después de pasar invicta la primera fase y con las victorias ante China y Alemania, por juego, contundencia, solidaridad defensiva y ofensiva, ya se merecía por lo menos la semifinal. Y era todo un mérito. Ahora bien, a partir de la victoria ante el Dream team el mundo tuvo que mirar hacia acá, hacia Sudamérica y no creo que haya logro igual en la argentina deportiva en años. Opacada claro por los intereses y egoísmos propio de la patria futbolera y su fracaso contundente.
- Ahora te estas yendo por las ramas
- Esperá, que ahora viene lo mejor. Con el pasaje a semifinal, detrás de una actuación con los mismo buenos argumentos de siempre sobre Brasil, empezamos a querer más, pero siempre entendiendo de que nadie te regalaba nada, todo lo habían conseguido los muchachos por méritos.
- Bien hasta ahí estamos iguales, pero ¿Qué no te contenta entonces?
- Yo nunca dije que no estoy contento, hace días que mi sueño se ve alterado por la alegría que me provocaron esta banda de amigos que son súper profesionales y todavía juegan por amor a la camiseta (esto me hace acordar a algo de nuevo), bueno, vuelvo al tema. Una vez que sostuvimos a los cuatro vientos que la actuación argentina era histórica, inigualable y marcaría un quiebre en la historia de nuestro básquetbol, había más. Había algo más. Era tan sencillo como saber, que selección del mundo en la actualidad es mejor que la nuestra. Y acá es donde empiezo a ponerme morado porque la respuesta es ninguna mi querido amigo, ninguna.
- Perdón, vos esta alterado, porque por más que no haya podido ganar la final asombró al mundo y dejó los cimientos de una nueva era.
- Tampoco dije lo contrario. Coincido con el 100% de los elogios que se le hicieron a esta selección, por jugadores y periodistas de ayer y de hoy. Mi bronca no es con ellos. Sino con quienes te imposibilitaron de ganar un campeonato del mundo. Un tipo se tomó el atrevimiento de juzgar él mismo, el final de un proceso de cuatro años de trabajo. Hubiese preferido mil veces que me gane el oponente, que lo demuestre en la cancha, por uno sobre la chicharra o por 20 pisándonos la cabeza, pero no así mi amigo, no así.
- Bueno, ya está no ha vuelta atrás
- Ya está para vos, que salís campeón del mundo todo los días, pero no para mi. Nadie fue mejor que nuestra selección, ni siquiera el que se consagró campeón. Dejame que tenga bronca, que no se vaya esto, era la oportunidad de oro y nos la quitaron. Y no el rival.
- Pero tenían una ventaja de 8 puntos y la desperdiciaron
- No, no. Eso es un error, la ventaja fue suficiente como para ganar aunque sea en la última jugada . En el básquet también se gana por uno.
- Y querés ¿jugar el partido de nuevo?.
- Ojalá, pero es imposible, igual estuve pensando en declararle la guerra e invadir Grecia.
- ¿Y tus altos principios de moral?
- Los perdí en la última bola
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