Los 17 puntos en 9m08 del primer tiempo (4-6 en t3, 2-2 en t2 y 1-1 en t1), provocaron el espontáneo “¡Espil, Espil!”, del público y la ovación, a falta de 2m29, cuando salió definitivamente (con 20 puntos), que sintentizaron el reconocimiento a una intachable trayectoria.
Ayer, después de tanta adrenalina, Juan Alberto Espil abrió las puertas de su casa a “La Nueva Provincia”.
--¿Qué hiciste hoy? ¿Descansaste por todo lo que no pudiste dormir el viernes?
--Sí. Estoy muy tranquilo. Fue todo muy lindo, rodeado de familia y gente amiga. Lo más importante fue que el equipo dio la cara.
--¿Estás shockeado todavía?
--No. Ya está; ya pasó.
--¿Habías protagonizado un video o algo semejante en España, donde tienen mayor infraestructura?
--No. Salvo en Joventut, no había pantallas y no trabajaban como acá los chicos de prensa. Es algo genial.
--Aún con el recorrido deportivo que tenés, ¿todavía hay algo que te sorprende?
--Sí, porque en otros lados se hacen cosas, pero no con la inventiva de acá como, por ejemplo, rememorando la historia de la ciudad.
--¿La presencia de alguien en particular te llegó de manera especial el viernes?
--No. Estaba la gente que quería que estuviera: mi hermana, mi mamá, mi mujer, una de mis hijas, cuñados... Pero creo que toda la gente del básquet estuvo por lo que significaba el partido para la ciudad. Hay que seguir siendo ambiciosos.
--¿Qué darías porque tu viejo pudiera disfrutar de este momento?
--¡Todo, todo!. Hace muchos años que no lo tengo. Murió a los 50 años, cuando terminé de jugar en San Luis y le faltó mucho por ver. Fue muy duro.
--¿Qué te dejó marcado?
--Mi viejo fue luchador y muy competitivo. A mi me ganaba a las figuritas, al ping pong o al tenis, jugábamos a muerte y yo me iba llorando, con 5, 6 o 7 años. Me pedía una figurita prestada y me ganaba todas. Después me las devolvía; una locura, je. Creo que de él saqué las ganas de ser cada día mejor, de no conformarme y de ir al frente cada día. Lo extraño.
Buscando a ella.
--Después de cada conversión importante tenés un ida y vuelta con tu esposa Mara, que habitualmente está sentada en la platea. ¿Qué encierra ese mensaje?
--Le debo mucho a ella. En cada momento importante estuvo presente y, a medida que uno madura, le da importancia a determinadas cosas que antes las deja pasar.
--¿Qué diferencia hay para el jugador estar lejos o cerca de su gente?
--Es más importante tenerlos cerca cuando no te fue bien, porque te duran más los malos momentos; estando en casa todo pasa más rápido. Igual, esto es un deporte, y te da revancha todos los días: hoy te va bien y es todo lindo y mañana te va mal y te creés que sos un perro.
--¿Eso lo seguís sintiendo después de una mala noche?
--Siempre. Antes era tremendo, no me podían hablar. Esto es un juego y al día siguiente te levantás y tenés que mirar a la cara a todo el mundo aún sabiendo que fuiste un desastre. Juega la fuerza mental. En los momentos difíciles es cuando uno debe dar un paso adelante.
--En este caso, ¿el tirador es quien está más expuesto?
--Sí, porque es la posición más vistosa. Igual, ahora hay más cultura; antes se le daba más importancia al que metía 15 puntos que al que bajaba 15 rebotes. Al tirador, cuando tiene una mala noche, lo tildan de perro, como me pasó un montón de veces.
Le mete ritmo.
--¿A qué edad los preparadores físicos te empezaron a dar libertades en el trabajo diario?
--Siempre me gustó estar a la par del resto. Muchas veces intentaron diferenciarme, pero he tratado de dar lo máximo. Salvo el Ruso (el preparador físico Cristian Lambrecht) que este año me dio algunos ejercicios complicados y me reventó, je, je...
--Pero te vengaste, como en un aeropuerto, cuando lo hiciste llamar por altoparlantes, je.
--Je, je, je... ¡Al Ruso lo queremos tanto! Lo llamamos porque no estaba con nosotros y lo extrañábamos, je, je...
Midiendo el aro.
--¿Los aros de todo el mundo son iguales para vos o en algún momento se ven más chicos?
--Hay días que los ves muy grandes y otros muy chicos. Cuando al tirador no le llega el juego se siente obligado a hacer algo y ese día el aro se convierte en un punto.
--¿Qué importancia tienen las referencias de una cancha?
--Tienen importancia, pero te adaptás rápidamente. En España estaba reglamentado que todas las jirafas y las redes debían ser de la misma marca y modelo. Algo que acá no ocurre. En eso hay que avanzar, por el bien del juego. Acá cada uno hace lo que quiere.
Lo ve desde enfrente
--¿Cuántas camisetas ya regalaste este último tiempo tus rivales?
--Unas cuantas...
--¿Te las descontaron?
--No. La gente de And1 y Juanqui Sánchez me trajeron varias.
--Ferrini te dijo en Paraná que estuvo a punto de hacerte un caño, pero prefirió respetarte. ¿Qué otras cosas te sorprendieron en este tiempo?
--Todos los chicos me saludan y me dicen que es un placer jugar conmigo. Son cosas que conmueven. Sirve para estar tranquilo. También son cosas que las he dicho en algún momento. Recuerdo que cuando perdí con Manresa le pedí la camiseta a Chichi Creus y le dije que era un maestro. Ahora estoy del otro lado.
El mensaje para Pancho y Manu
--¿Tu mamá era una de las que te venía diciendo que te retires?
--Sí, je. Me decía “no puede ser que estés ahí corriendo”, je. Pero yo le decía que se quedara tranquila, que estaba bien. Terminar la etapa en la ciudad y a buen nivel es impagable. Lo recomiendo para los chicos que están afuera; estamos disfrutando de una manera increíble.
--¿Qué temas te interesan de los chicos del plantel con lo que compartís muchas horas?
--Trato de ponerme a la altura de ellos, pero es difícil, porque muchas veces siento que tienen demasiado respeto. Eso se trata de romper con alguna broma. Igual, hoy es diferente el ritmo que llevan. Creo que antes, hace 20 años, se luchaba más.
El arquitecto que no fue
--¿Tenés cábalas?
--No, nunca tuve. Sólo el año que jugué en San Luis y jugaba con las zapatillas que me había regalado Magic Johnson. Pensaba que no podía jugar mal si las había usado él.
--Sos meticuloso. Por ejemplo, dos medialunas, untadas con dulce de leche, en el desayuno y la merienda.
--Sí, muy meticuloso. Mariano (Grippo) me carga cada vez que viene a casa, porque está todo perfecto, todo en línea, je.
--¿Eso marca, de alguna manera, el perfil de persona?
--Creo que sí. No me gusta que haya nada tirado... Si todo puede estar perfecto, mejor.
--Hubieras sido un buen arquitecto.
--Sí. El tema de la construcción me apasiona. Algo que me quedó pendiente.
--¿Te arrepentís?
--No, para nada.
Los años pasan
--Te incluyeron en la lista de abuelos deportivos (jugadores mayores de 40 años). ¿Te gustaría que tus hijas te hicieran abuelo?
--Ya les dije que no me hagan abuelo mientras juegue...
--Ingresarías en alguna otra estadística histórica, je.
--Sí. Pero ellas son inteligentes, je.
--¿Sos un padre abierto?
--Sí.
--¿Eso te permite disfrutar más?
--Sí. Ellas ya son grandes (Sthepanie, 22 y Sofía, 20) y con Mara estamos tranquilos los dos solos. De vez en cuando las vemos, je.
--La más chica está acá y la mayor en España. ¿Te gustaría que se radique en el país?
--Fue a buscar su camino. Si lo encuentra, bienvenido.
Sin peluca
--¿Cuánto gel gastás?
--Gasto, aunque no tanto eh. Pelo tengo para hacer varias pelucas.
--Alguno del equipo te debe envidiar.
--Seguro. Algunos grandes, otros no tanto y uno chiquito que se volvió a Liniers, je.
La academia
--¿Por qué siempre que estás entrenando o jugando preguntás cómo va Racing?
--Porque soy hincha.
¿Mirá vos?
--¿Cuánto hace que usás anteojos?
--Para leer, desde 2005. A partir de los 37-38 la presbicia es normal. Se me está agravando.
--¡No se nota!
--Y... El otro día un conocido se sentó en la tribuna, me saludó y no sabía ni quién era, je. Lo saludé por respeto.
Peligroso
--¿Por qué esta temporada te sentás en el anteúltimo asiento del micro y la anterior viajabas en el primero?
--Ja, ja... Tiraba el colchón adelante y viajaba muy bien. Mara me decía que estaba loco, por si pasaba algo. Y este año cambié.
El mensaje que hizo llorar
“Es difícil hablar en este momento. Son los 40 minutos más importantes de nuestras carreras. He pasado por muchos lugares diferentes. El viaje fue largo, pero hoy estoy de nuevo acá. En mi ciudad, feliz, en el momento en el que las dos puntas del círculo vuelven a unirse. Y ya no puedo malgastar las oportunidades.
Por lo tanto, pido que afrontemos esto como equipo, sabiendo que no hay mañana.
Hubo momentos difíciles; viajes complicados, derrotas decepcionantes, lesiones imprevistas.
Podemos quedarnos acá, y seremos, en la historia, uno más. O podemos dar un paso al frente, con solidaridad, porque cada esfuerzo es, en suma, un abrazo más, una pierna más, un corazón más.
Ustedes saben, a medida que uno se va poniendo viejo las cosas empiezan a tener otro sentido. Los brazos de los rivales son tan fuertes, las piernas tan veloces... Para lograrlo, lo que se necesita, está alrededor.
Con nuestra gente. Con la magia de una ciudad que respira básquetbol. Con este grupo.
Señores, si jugamos con el corazón, haremos la diferencia. Ya no sentiremos las piernas cansadas y no sentiremos los años.
Si peleamos como guerreros, entonces sí, será la diferencia que separará la victoria del fracaso.
Cuando veas a un compañero que se sacrifica, que se tira de cabeza, que se olvida de todo lo que hay alrededor por esta idea, eso es lo que buscamos. Con eso logramos el objetivo.
Yo elijo creer. Porque, en definitiva, podemos ganar como equipo. O podemos perder en soledad. De eso se trata”.
Al final, las placas impresas de las pantallas apareció: Bienvenido a los playoffs; el momento que separa a los hombres de las leyendas.
Foto: Gentileza Juan Sebastián Lobos/Prensa Bahía Estudiantes.
Fernando Rodríguez diario “La Nueva Provincia”.
Genio. Siempre un ejemplo adentro como afuera de la cancha. Como hincha de Peñarol envidio (sana pero envidia al fin) a todos los clubes que pudieron disfrutarlo de su lado. Gracias por todo lo que diste por este deporte. Gracias y espero que gane Boca asi te puedo aplaudir dos veces mas.
ResponderÍdolo Juan!!! No te retires por favor!!! Un ídolo Bruno Altieri y su equipo de trabajo: cada video que arman es una maravilla. Guión, imágenes, etc. ¡Aguante Bahía, Juan, Pepe! ¡Cada día mejor!
ResponderEL MEJOR TIRADOR DE LA HISTORIA, UN EJEMPLO A SEGUIR POR TODOS LOS SEGUIDORES DEL BASQUET! UNO MAS DE OTROS TANTOS ENORMES JUGADORES Q SACA BAHIA BLANCA,sin dudas...la capital del basquet
ResponderTantas cosas se podrian decir de semejante jugador y de semejante persona...Para los que amamos este deporte seras uno de los grandes que nos dimos el gusto de volver a ver jugar...Aca cuando pisaste la cancha de 9 el publico patriota conocedor de basquet te aplaudio a rabiar siempre...y eso sucedio en todas las canchas del pais mientras fuiste jugando...eso quiere decir algo...eso le pasa solo a los grandes de verdad...que OJO no son muchos...asi que abrazo querido JUAN y gracias por el ejemplo y mucha suerte en tu vida...
ResponderQue jugador por dios !!!<BR/>Aun recuerdo la bandeja pasada ante Jordan y el pelotazo a las piernas de Michael que termino en pelota para Argentina.<BR/>Una de las cosas que lamento del basket es que te retires sin pasar por mi equipo Peñarol. Siempre te aplaudí, y siempre lo voy a hacer.<BR/>Estas en mi TOP 5 de la liga nacional...estem... top 3... Gracias por tanto basket Juan !!!
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ALDREI 25/03/2012
Juan que gran egemplo que sos ,desde mardel te deseo lo mejor y ojala los chicos lean e interpreten tu filosofia y los resultados que te dio ,mucha suerte y buen basquet
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