España se encontró un típico día londinense fresquito y lluvioso. Los jugadores se debieron de contagiar de él: empezaron helados. Su defensa dejó mucho que desear, sobre todo la de los interiores, y el ataque fue muy espeso. Además, los tiros liberados no encontraban premio. Fallaron tres bandejas claras en los primeros minutos. Después se salieron tiros de dentro y ni las medias vueltas y los ganchos de Pau fueron eficaces.
Al final del primer cuarto, España había anotado 5/19 en tiros de campo. Sólo en un contraataque muy bien llevado por Sergio, San Emeterio e Ibaka se vio a la verdadera selección española. Se echaba en falta a un desatascador. Navarro, el mejor de todos, estaba vestido de calle en el banquillo. Por si fueran pocos problemas, Calderón se había retirado con una pequeña brecha en un ojo.
Australia, más metida en el choque, mandaba 19-14 apoyada en su mayor fluidez y sus siete rebotes en ataque. España salió algo mejor en el segundo cuarto. Para empezar Llull clavó el primer triple y la garra de San Emeterio lideró un parcial de 2-8 que dio a la selección un ligero respiro (21-26). No duró mucho. Australia, rival duro como pocos, aguantaba el tipo con Ingles. El jugador del Barça percutió tres veces hasta colocarse debajo del aro y dejar un sencillo tiro con la izquierda. La defensa seguía sin funcionar.
Pese a todo, España se llevó cinco puntos de ventaja al descanso (32-37). No estaba mal para el juego exhibido. Justo antes de marcharse a los vestuarios, Rudy se hizo una brecha en la cabeza. Tratando de salvar un balón que se escapaba por el fondo, acabó en el suelo y en la caída se golpeó con el objetivo de un fotógrafo. Parece que este equipo no gana para sustos.
Todo cambió en la reanudación. España se puso a apretar en defensa y regresaron las ideas en ataque. La selección volvió a sus señas de identidad y el partido se rompió. Australia no anotó en seis minutos y, con el descanso de por medio, recibió un parcial de 0-13 que le dejó tiritando (32-47). Protagonista, el de casi siempre: Pau. Al tran-tran, sin grandes alardes hizo nueve puntos en cinco minutos. Llegó a los 20 y resolvió.
A falta de Navarro, Rudy fue su mejor cómplice. Tres triples del alero y un contraataque culminado con un mate llevaron la renta hasta los 24 puntos (37-61). El colofón lo pusieron los mates de Ibaka y las asistencias de Sergio. Los guerreros de Australia, tan complicados de derrotar en los dos amistosos de preparación, sólo lograron ponerse a 10 ante la relajación española. Un extraordinario rato de España había bastado para tumbarles.
70 - AUSTRALIA (19+13+10+28):Mills (11), Ingles (12), Dellavedova (9), Andersen (4) y Maric -equipo inicial-, Gibson, Newley (12), Barlow (2), Worthington (5), Baynes (8) y Nielsen (7).
82 - ESPAÑA (14+23+26+19):Pau Gasol (20), Rudy Fernández (17), Jose Manuel Calderón (4), Sergio Llull (8) y Marc Gasol (12) -equipo inicial-, Sergio Rodríguez, Reyes (7), Claver, San Emeterio (4), Ibaka (8) y Sada (2).
Nacho Duque - Diario Marca.
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