El partido comenzó mejor para las de América del Norte, las cuales, esgrimiendo una sólida defensa y buen trabajo de sus jugadoras de mayor talla se dispararon 5-0 en los primeros tres minutos.
El trámite no modificaría su fisionomía en ese primer capítulo, donde las canadienses continuaron manejando las acciones. Sobre el promedio del periodo la brecha se estiró a once (4-15) y llegó a ser de trece (4-17) en la recta final.
A la defensa individual plantada a partir de los últimos siete metros de su campo, el cuadro de Canadá le agregó ofensivamente un buen uso de su poste alto, siendo el mejor nexo para llegar a la conversión. Beneficiada por un 8 de 16 en sus tiros de campo (3 de 4 en triples), la escuadra roja terminó el primer chico arriba por once (9-20).
El segundo cuarto comenzó como terminó su antecesor: con Canadá dominando. Argentina no encontraba la forma de frenar el embate rival, y maniatada en ataque, buscó pasar el mal rato lo mejor posible.
Sin hallar el camino para dar vuelta las acciones, nuestras chicas vieron como sus adversarias llegaron a sacar 15 tantos de luz (15-30) en el promedio del cuarto. Ese significó el tocar fondo y resurgir para la celeste y blanca.
La primera línea defensiva endureció su accionar, y sin permitir que el balón llegar al poste alto, Argentina cortó de raíz su mayor inconveniente. El ingreso de Chelini, el aporte de Martínez y las anotaciones de Llorente (14 en el primer tiempo) resultaron ser una conjunción de factores altamente beneficiosa para nuestra selección, que rápidamente pateó el tablero.
En sólo dos minutos las dirigidas técnicamente por Hernán Amaya estamparon un parcial de 9-0 (24-30), que se extendería hasta la finalización de la primera mitad, para convertirse en un arrollador 19-2, el cual catapultó a las nuestras a tomar el liderazgo del match por 34 a 32, al momento de encarar el descanso largo.
La estructura canadiense se desmoronó sin encontrar el trabajo en pareja de sus internas, y ello generó un cortocircuito en la faz defensiva, del cual se alimentaron nuestras chicas para descontar de forma vertiginosa y pasar a comandar las acciones.
El retorno de zona de vestuarios trajo consigo un juego sin tanta adrenalina y con defensas más aplomadas. Dentro de ese contexto, si bien las nuestras se distanciaron por cinco en los primeros tres minutos (39-34), la diferencia entre ambos conjuntos siempre fue más cercana.
Al tiempo que Canadá trató de seguir insistiendo sobre el mismo concepto (el poste alto), Argentina perdió la línea buscando abrir el juego sólo con lanzamientos exteriores, lo que derivó en la solicitud de un tiempo muerto por parte del cuerpo técnico nacional.
El juego se terminó de equilibrar a dos minutos del cierre (41 iguales), y en tablas se meterían al capítulo final (45 por bando), pese a la defensa presión esgrimida por las rojas en los instantes finales, buscando inclinar la balanza a su favor.
Los nervios fueron protagonistas en ese cuarto periodo. El miedo a fallar ofensivamente fue sinónimo de letargo y acortó notoriamente el abanico de alternativas, ayudando a las dos defensas, las cuales se mostraron prácticamente inexpugnables en los primeros cinco minutos, con un tanteador que apenas consiguió moverse: 47 por bando.
Canadá desistió de utilizar su poste alto, y sin opciones de descarga en sus rompimientos sus ofensivas quedaron en la nada. A nivel puntos, a las nuestras no les fue mejor, aunque sus ofensivas utilizaron más segundos y generaron mejores posibilidades de lanzamientos.
El periodo sufrió una verdadera anemia de conversiones, al punto tal de meterse al minuto final con la celeste y blanca arriba por dos, 49 a 47 (4-2 en el cuarto).
La distancia criolla se estiró a cuatro (51-47), producto de dos idas a la línea (Sancisi y Martínez), las cuales, en ambos casos, entregaron un 50% de eficacia; pero con un Canadá improductivo, Argentina se benefició de igual forma, y ese tanteador llegó a los 27 segundos finales.
Con otro uno de dos (en esta oportunidad de Llorente), nuestra selección sacó cinco de luz (52-47), y si bien las de América del Norte solicitaron un tiempo muerto para edificar una ofensiva, la misma no dio frutos rápidamente, aunque le terminaron sacando provecho con libres (52-49), aunque con el reloj como principal enemigo: 4.3.
Argentina repuso de fondo y le entregó el balón a Sancisi, la cual fue cortada rápidamente (3 segundos por jugar). La marplatense erró su primer lanzamiento, pero no así el segundo (53-49), y sin tiempo para más se desató la alegría nacional, que consiguió por cuarta vez en su historia un tercer puesto dentro de un FIBA Americas realizado para selecciones femeninas menores.
Síntesis
Argentina (53): Micaela Sancisi 5, Victoria Llorente 20, Agustina Joutdheuil 0, Magali Armesto 5 y Mara Marchizotti 0 (inicial); Florencia Martínez 11, Julieta Armesto 7, Sofía Chelini 5, Macarena Jerez 0, Zulema García León 0, Naomi Larrieta 0 y Sofía Aispurúa 0. DT: Hernán Amaya.
Canadá (49): Maois 4, Lukan 4, Crozon 6, Cooper 5 y Roger 13 (inicial); Byrne 0, Hill 0, Halvorson 2, Purkovic 2, Hudyn 8, Campbell 5 y Hamblin 0.
Parciales: 9-20 / 34-32 / 45-45.
Foto: Fibaamericas.com
Emanuel Niel
En twitter @ManuNiel
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Fan 22/08/2012
Felicitaciones, jugadoras, cuerpo técnico y dirigentes por tan buen torneo. Seriedad, humildad, trabajo y resultados. Que mas se puede pedir? Se esta cambiando la cara del basquetbol femenino
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