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Se veía venir

Los Angeles es un punto neurálgico en la fabulosa NBA. Se trata de uno de los mercados más grandes, no solo dentro del básquetbol, sino en cualquier aspecto en la vida de los Estados Unidos, por lo que los hechos repercuten el triple que en cualquier otro lugar, sobre todo cuando de los Lakers se trata.

Para esta temporada, la franquicia angelina apostó fuerte con el objetivo volver a hacerse del Larry O’Brien, una obligación que se imponen y se han impuesto año tras año a lo largo de la rica historia que llevan escrita.

Y para continuar a la altura de su prestigio como una de las marcas más importantes del mundo deportivo alrededor del planeta, Los Angeles apostó fuerte de cara a la 2012-2013 y sacudió el mercado contratando a los dos jugadores más deseados durante el receso: Steve Nash y Dwight Howard, la “vedette” del verano estadounidense.

Con la conformación de un equipo plagado de nombres estelares, los Lakers se prepararon para destronar a los Miami Heat de LeBron James y compañía, sin embargo la situación no fue para nada favorable ni estuvo siquiera cerca de lo que todos imaginaban.

El primer paso ya fue para el olvido; Las ganas de ver al equipo de las estrellas de Hollywood recibieron un sopapo de lleno en el mentón: La pretemporada terminó con un escalofriante récord de 0-8; Pese a ser un momento en el año en el que los jugadores se empiezan a conocer entre sí, y a “amigar” con los sistemas ofensivos y defensivos, el hecho de no poder conseguir al menos un triunfo reforzaron las dudas que ya existían para con Mike Brown.

El ex entrenador de los Cleveland Cavaliers, quien llegó a L.A con los pergaminos de ser el coach del año en 2009 y de haber alcanzados las finales en 2007, nunca tuvo el crédito total en el “mundo Laker”; Comenzó con la difícil - y por momentos injusta - tarea de tener que reemplazar a una gloria de la NBA como Phil Jackson, quien además de ser uno de los entrenadores más prestigiosos del mundo se había consagrado campeón nada menos que cinco veces en el banco angelino.

El hecho de tener que lidiar con los egos de las figuras como Kobe Bryant, Pau Gasol, Derek Fisher, Metta World Peace o Andrew Bynum – al margen que antes ya había dirigido a un más joven James – era un punto a tener en cuenta, como así también el adaptar al equipo a su sistema de juego luego de haber jugado durante varias temporadas con la afamada ofensiva triangular de Tex Winter, algo que todos llevaban en la piel.

Los Lakers comenzaron dubitativos la 2011-2012, pero luego enderezaron su andar y lograron terminar con un récord de 41-25, aunque quedaron afuera en semis de conferencia ante los Oklahoma City Thunder (1-4). De esta manera, tras una temporada en la que nadie estuvo totalmente conforme con la forma en la que jugaba el equipo, y luego de un espantoso comienzo en la previa de la actual, que encima comenzaron con solo un triunfo en cinco presentaciones, el poco crédito no debería sorprender a nadie.

Los números indican que los Lakers son el decimoprimer equipo en cuanto a goleo con un promedio de 97.8 puntos por juego, al tiempo que es el décimo peor a la hora de defender al recibir una media de 95.2 tantos por noche y permitir un 42.8% en tiros de campo de sus rivales.

Ahora, como era de esperarse, la danza de los nombres comenzó furiosa, pero hay uno que sobresale entre todos y que según la dirigencia hay un 95% de chances que diga que sí, y no es otro que el “Maestro Zen” Jackson. Desde el seno de la franquicia afirman que para ellos, el once veces campeón de la NBA como entrenador comenzará su tercer etapa con el equipo “dorado y púrpura” (estuvo desde la 99/00 a 03/04 y de la 05/06 a 10/11), y que lo único que podría conspirar con ello sería algún problema físico o de salud.

Si finalmente Jackson no acepta, una de las variantes que manejan los Lakers es Mike D’Antoni, quien el año pasado fue echado de los New York Knicks. También tienen en carpeta a Jerry Sloan, que solo dirigió a los Utah Jazz desde 1988, y a Nate McMillan (ex Seattle y Portland). Los Lakers están a la deriva con un equipo de estrellas que les saldrá más de 100 millones de dólares este año. En Los Angles no pueden permitírselo.

Foto: Gentileza Getty Images

Sebastián Ciano
Twitter: @Seba_Ciano
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