Palomas

• 22/03/2003
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De chico, siempre fui muy malo para dibujar o para hacer trabajos en artesanías. Toda manualidad era una tarea muy dificultosa. Hubo, no obstante, un solo dibujo que me salía redondito: la paloma.

De la misma manera que fue el único objeto que me salvó en el trabajo de primer año, para rendir taller: Palomas de arcilla. Inconscientemente las palomas me salvaron toda la vida.

Todavía hoy me gusta caminar por ciertas plazas o por el centro de Buenos Aires, para pasear entre ellas. Al lado de la lectura también entendí que universalmente la paloma representa el símbolo de la palabra PAZ.

Entre tantas cosas raras, en sociedades tan iconoclastas como las occidentales, parece que la paloma cayó en desuso. El valor del dólar, el precio de los celulares, el auto nuevo y el valor de la nafta son nuestros nuevos tema de conversación.

Las guerras han existido siempre, por problemas geopolíticos (como ésta) o religiosos. Pero los vientos que hoy se oyen suenan distintos a todos. Ya no es solamente un pueblo que sufre y muere junto a sus soldados por la opresión del más fuerte.

Hoy toda la humanidad, de este a oeste y norte a sur no puede dormir. Sabe que el nuevo imperio no impone la paz por las armas, sólo arregla su expansión y problemas económicos. Lo sabe toda la humanidad. Sin embargo los 500 mil estadounidenses que hoy manifestaron en Nueva York en contra de su propia guerra y genocidio levantaron sus gritos al cielo, y sus voces se perdieron en la nada. Mientras la cabeza de muchos chocaba contra los bastones de la policía neoyorquina.

Pero CNN ( la televisión oficial de la guerra) no muestra nada de esto, y cuenta todo con guión de película.

Los mandamases tienen otros sueños. Como ellos hacen las reglas, ellos la rompen. Cuelgan carteles de “Prohibido fumar” para proteger la salud, cuando deberían enseñar desde chicos con carteles que digan “Prohibido el cinismo” que mata mucho más que un cigarrillo.

Mientras nos asesinan el alma, nos cuentan que están matando en nombre de la futura paz.

Y desde este lado del mundo se escuchan voces de alerta “Ojo, que a nosotros, o a Uruguay, o a Chile, mañana le puede pasar lo mismo”. Cuando la venda de una sociedad sumida en la hipocresía no quiere ver que es imposible que en Latinoamérica haya invasiones de conquista, ya que fue invadida y conquistada hace mucho tiempo atrás sin que siquiera nos demos cuenta. Con la lógica excepción de Cuba.

No hay detrás de estas líneas ningún discurso político. Es la enorme tristeza de un tipo que envuelto en la humanidad se resiste a creer que la muerte de alguien me traiga un poco de paz.
“Una combinación de polvos que darán lodo después. Callen lo que callen los demás.”, hace 25 años Patricio Rey nos contó esto, como tantas otras cosas. Será bueno entonces tomar conciencia ahora, antes de que nuestros hijos en la escuela dibujen águilas, en vez de palomas.

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar
Imagen: Paloma de la paz de Picasso