Cuatro minutos y medio tardo Peñarol en meter el primer doble de la mano de Weigand. Para entonces ya había errado dos triples y cinco dobles, sumando además en ese lapso tres pérdidas.
El comienzo del partido fue tan malo, tan lleno de imprecisiones para Peñarol que bien podría ser la continuidad del partido del martes ante Uniceub. En el marco de un juego de bajó vértigo fue Aguada quien mejor y más propuso poder acelerar y llegar rápido al gol.
Con el ingreso al juego de Matías Ibarra y Gabriel Fernández Peñarol mejoró mucho su andamiaje ofensivo para poder cerrar el cuarto 21-10, lejos en el marcador pero anotando 8 puntos en los últimos 4 minutos del segmento.
Como Pablo Morales entró a marcar muy de cerca a Leo Gutiérrez el líder de Peñarol se alejó del canasto y jugó con espacios para sus compañeros. Quien lo aprovechó infinitamente fue Adrián Boccia destrozando la marca de Leandro García Morales.
Fue tan bueno lo de Boccia en el duelo del uno por uno que anotó 8 puntos seguidos devolviendo a Peñarol al juego. Además la defensa del equipo de Mar del Plata mejoró ostensiblemente en el bloque del cinco vs cinco sin permitirle a su rival el uso del contraataque ni poner la bola interior.
En dos minutos entre Boccia y el “Lata” Ibarra acercaron a Peñarol 24-18. Javier Espíndola, técnico local, mandó al pibe Rodrigo Trelles a frenarlo a Boccia mientras dejó de Alero a García Morales. Para que su equipo no sea lento ante una media cancha tan liviana, Tulo Rivero le contestó con el reingreso de Johnson por Weigand. Así mantuvo la intensidad defensiva mientras seguía aprovechando el renacer ofensivo.
Apareció la mano de Leo Gutiérrez (dos triples para acompañar) y con Peñarol apenas abajo por (32-30) salió Boccia con 15 puntos para descansar. El equipo lejos de caerse ya se sintió fortalecido por la levantada y dominó el cierre del segundo cuarto para quedarse con la primera mitad 36-41 con un parcial favorable de 15-31.
En el inicio del tercer cuarto el conjunto de Mar del Plata tuvo un par de réplicas iniciales muy veloces, llegó al gol marcó diferencia. Con un doble de Boccia sacó la máxima de 13 puntos (43-56). Desde que llegó a Montevideo que el equipo no había podido disfrutar del ataque rápido. Fue el mejor momento del juego para el “Milrayitas”.
Fue entonces que apreció él: Leandro García Morales se adueñó del partido y lo dio vuelta a pura intensidad, determinación y gol. Metió 15 puntos en el segmento pero sobre todo mostró el camino ante el desconcierto de su equipo que buscaba con los 3 foráneos hacer lo que hizo ante Argentino. Pero esta vez era diferente. Con un doble de Smith sobre la chicharra del tercer cuarto Aguada pasó al frente justo para entrar al último segmento 61-60.
Peñarol se quedó sin gol exterior y cuando buscó a Leiva que perdió en proporciones iguales a las que ganó. Ya no hubo fluidez en el ataque y Aguada controló su rebote defensivo
Para el segmento final la cancha era un infierno. Hubo una mala defensa de Johnson sobre Babosi permitiendo tiros abiertos del base de Aguada, cuando toda la defensa miraba a Garcìa Morales (marcado entonces por Ibarra).
Había corrido un minuto y medio del último y Peñarol perdía por seis (y el foco del juego) y Gabriel Fernández cometió una falta ofensiva, cuando iba hacia el banco de suplentes por el recambio le sancionaron un técnico por protestar. Leandro García Morales facturó los dos libres y en la reposición marcó otro doble para llevar en menos de dos minutos la diferencia a 10 puntos (60-70).
Peñarol se vio abajo en el marcador muy prontamente y por una diferencia amplia sin entender siquiera que estaba pasando. Era tal el desconcierto que Leo Gutiérrez allí erro dos libres (Y terminó con 2/12 en triples)
No obstante Aguada también llevaba sus nervios y tras un triple errado de Leandro G. Morales y una perdidas de Curtis Peñarol descontó a 6 (64-70) con seis minutos por jugar)
Allí otra vez fue Leandro García Morales el responsable final de llevarle a su equipo la tranquilidad (y los puntos) necesarios para aguantar la embestida anímica de Peñarol sobre el cierre. Para el equipo de Mar del Plata queda apenas la luz verde de haber sabido reaccionar al mal comienzo del partido, pero careció de gol en el momento importante y apoyó apenas en Boccia la situación ofensiva. Algo de Weigand y el resto no apareció.
Aunque Aguada no clasificó sacó medio pasaporte a la Final Four con un triunfazo a pura emoción. Para Peñarol no es eliminación pero debe ganarle a Argentino de Junín por 44 puntos y esperar una derrota de Uniceub ante Aguada.
Desde Montevideo Pablo Tosal (@pablotosal)
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